Acuerdo sobre su seguridad pero no tanto sobre su urgencia
► Aunque los niños no son grupo de riesgo no están exentos de que haya casos graves
Sonia Zúñiga: «En menores de 11 años no se han registrado miocarditis y las reacciones son más suaves»
Federico Martinón: «La vacunación en niños sanos es menos prioritaria que en otros grupos»
Mientras en la mayoría de países europeos la vacunación infantil sigue en estudio, la campaña comenzó en España hace una semana. Pero la necesidad de establecer como prioritaria la inmunización de los menores de 12 años con buena salud no está clara. Si los niños apenas cursan la enfermedad grave, ¿para qué vacunarles? ¿Deben afrontar los posibles efectos secundarios para proteger al resto de la sociedad? «Lo que se ha aprobado o recomendado no ha sido para evitar la transmisión a los mayores, sino porque los beneficios son superiores a los posibles riesgos. Los niños no son un grupo de riesgo, pero no significa que no haya casos graves», apunta el virólogo Adolfo García-Sastre, jefe de patógenos emergentes del Hospital Monte Sinaí de Nueva York.
Los datos en niños en EE.UU. apuntan a que cada 200 contagiados, hay uno que acaba hospitalizado. «No es mucho pero es un número suficientemente grande», asegura. De 700.000 muertes registradas en el país, 800 son de niños. Unos ratios similares a los registrados en España y para los que no parece haber un perfil claro de riesgo de enfermedad grave, explica Sonia Zúñiga, viróloga e investigadora del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC). A favor de la inmunización, la experta añade que en menores de 11 años no se ha registrado un solo caso de miocarditis como efecto secundario y, en cambio, sirve para prevenir las secuelas a largo plazo que pueda generar la enfermedad en los menores, sobre lo que ahora se conoce muy poco.
Pero hay expertos que se preguntan si es el momento de vacunar a todos los niños. Uno de ellos es Federico Martinón-Torres, pediatra e investigador, jefe del servicio de Pediatría del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela. «La vacunación en el niño sano frente al Covid-19 es menos prioritaria que la vacunación en otros grupos (...), lo que no quiere decir que, por el hecho de que no sea tan prioritaria, sea mala. La vacuna se ha administrado ya a millones de niños sin incidencia alguna de seguridad», dice a ABC.
Aunque sí es recomendable en menores con obesidad, diabetes y otras patologías, establecer la vacuna universal en niños es complejo, más aún cuando la infección es asintomática o leve en la mayoría de los casos, y menos de un 2% de los que son sintomáticos requieren hospitalización. Además, el beneficio directo en este grupo es marginal en comparación con la de los adultos y los niños no parecen actuar de reservorio principal de la infección, defiende también Martinón-Torres en un artículo publicado ayer en la revista ‘Anales de Pediatría’. La decisión «debe de ser muy cuidadosa, particularmente en contextos como el español, donde las coberturas vacunales sobre la población diana son muy altas», escribe.
«No acabo de entender bien los objetivos de la vacunación infantil con esta nueva variante, quitando a los niños de riesgo, que sí se deben vacunar», opina el urgenciólogo César Carballo. Su razonamiento radica en que si las vacunas disponibles, elaboradas a partir de la cepa original, apenas frenan el contagio de Ómicron, sería necesario un análisis más profundo. «Desde luego, no es la solución para evitar la sexta ola», dice y añade: «En niños no nos hace falta correr».