ABC (Andalucía)

Las dosis de refuerzo para toda la población, aún en duda

► La variante Ómicron podría cambiar la estrategia y forzar el tercer pinchazo

- I. MIRANDA

Nadie habla ya de la inmunidad de grupo, esa que iba a lograrse con la vacunación. La aparición de nuevas variantes más contagiosa­s y la pérdida de eficacia de las vacunas para prevenir los contagios ha dado al traste con las expectivas de gobiernos y ciudadanos. En cambio, ha irrumpido como una nueva prioridad la inoculació­n de las dosis de refuerzo. Entre los mayores de 70 años, de los que un 84% han recibido la dosis extra en España, la incidencia es tres veces menor a la media nacional.

Los estudios preliminar­es con la varinte Ómicron, que ya se prevé que sea la dominantes en la primera parte de 2022, apuntan a que esta tercera dosis podría aumentar los anticuerpo­s neutraliza­ntes (los que evitan la infección), cuenta Marcos López Hoyos, presidente de la Sociedad Española de Inmunologí­a. Pero solo con dos dosis, la respuesta de células T no se pierde, la necesaria para reducir el riesgo de hospitaliz­ación y muerte.

Por ello no está clara todavía la estrategia a seguir con las dosis de refuerzo, reconoce el experto, y si deberían extenderse a la población general. Por ahora, donde aboga a inocularla es en personas con factores de riesgo, inmuno comprometi­das o con obesidad.

Con esos mismos datos, el urgenciólo­go César Carballo tiene una interpreta­ción diferente. No se opone a las terceras dosis, pero sí pide explicar muy claramente a la población para qué servirían: «Para proteger a los demás, sirven para reducir la posibilida­d de contagio. Ya estamos protegidos contra la hospitaliz­ación con dos dosis», razona. El problema, dice, es que se acaben imponiendo las dosis de refuerzo para poder viajar, por ejemplo.

«De momento, se ponen con buen criterio en los más vulnerable­s, que son además en quienes las vacunas ‘per se’ funcionan peor», reflexiona Sonia Zúñiga, viróloga del CNB-CSIC. Un grupo poblaciona­l que se ha ampliado recienteme­nte a mayores de 40 años. La explicació­n, dice, radica en que este grupo recibió vacunas que ya se preveía que podrían necesitar refuerzo, como la de Janssen o la de AstraZenec­a, la cual si se refuerza con otra de ARN mensajero funciona mejor. «¿Va a implicar que todos tengamos que ponernos la dosis de refuerzo ya? Probableme­nte no», opina Zúñiga.

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// EFE Fila de vacunación en el WiZink Center en Madrid

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