Cataluña reta al Gobierno para que reimplante el toque de queda en el país
► Sanidad modifica el protocolo para los contactos estrechos, que no tendrán que guardar cuarentena si están vacunados con la pauta completa
Crece la presión ante Pedro Sánchez por su demora para atajar la expansión del coronavirus a las puertas de la Navidad. Un día antes de la Conferencia de Presidentes, la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, se limitó ayer a decir en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros que el encuentro será una «puesta en común» de las medidas y de «análisis de la situación», evitando confirmar si se adoptarán nuevas directrices. Preguntada en reiteradas ocasiones por las restricciones que plantean algunas comunidades, singularmente Cataluña, Rodríguez mostró «el máximo respeto a la autonomía, en el ámbito de las competencias sanitarias, a las medidas que en un momento dado puedan proponer».
La ministra se inhibía de las críticas recibidas sobre que el Gobierno «llega tarde» ante la rápida expansión, en parte provocada por la nueva variante, Ómicron. En todo momento insistía en que, con respecto a la Navidad del año pasado, España se encuentra «más preparada», con más «experiencia y conocimientos». «No hemos llegado tarde, hemos estado donde se tenía que estar», dijo. Fuentes gubernamentales insisten en lanzar un mensaje de tranquilidad pese a la explosión de casos –ayer España notificó el mayor número de contagios diario de toda la pandemia, casi 50.000, con la incidencia disparada hasta los 695 casos– y deslizan que serán los gobiernos regionales los que tomen medidas.
Sobre la mesa no faltan propuestas como la última de la ponencia de Alertas, fechada el viernes pasado y que establece posibles medidas restrictivas en función del nivel de riesgo de cada zona. Según el último informe sobre el seguimiento de Covid-19 actualizado por el Ministerio de Sanidad el pasado 17 de diciembre, hasta nueve provincias se sitúan en el nivel de alerta 4 y otras nueve en el 3.
Cierre de la hostelería
Dicho borrador establece, en relación a la hostelería, que en el interior de los establecimientos que se encuentren en territorios en nivel 1 y 2 se permita un máximo de 10 personas por mesa con distancia de 1,5 metros. En el nivel de alerta 3 pide limitar el 50% el aforo en interiores, con 6 personas por mesa y el cierre de estos establecimientos a las 23.00 horas, con prohibición del consumo en barra. En el nivel 4 se recomienda cerrar el interior de la hostelería.
En cuanto al ocio nocturno, en los niveles más bajos –1 y 2– contempla su apertura pero sin pistas de baile, es decir, en mesas de hasta 6 personas. Establece el cierre de los locales en el nivel 3 y 4. Sin embargo, de la Comisión de Salud Pública no salió ayer ningún acuerdo relacionado con el tema. Sí que aprobó por mayoría que los contactos estrechos con un positivo por coronavirus que tengan la pauta de vacunación completa no necesitarán realizar una cuarentena domiciliaria de 10 días. Deberán, durante diez días, limitar sus actividades a las esenciales, reduciendo todo lo posible sus interacciones sociales y realizar una vigilancia estrecha ante la posible aparición de síntomas compatibles.
De cara a la reunión telemática de esta tarde con Pedro Sánchez, los líderes autonómicos siguen pidiendo medidas más concretas y uniformes para todo el país. El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, pedirá al Gobierno que extienda las ya impulsadas en Cataluña, como el toque de queda en municipios de más de 10.000
Un frente común de siete comunidades confían en que se restaure la obligatoriedad de la mascarilla en exteriores
personas y con alta incidencia, limitar las reuniones sociales a diez personas, cerrar el ocio nocturno y limitar aforos en actividades como restauración y comercio.
También quiere que se tomen decisiones con «algunos mínimos comunes» el presidente de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, quien aseguró que el hecho de que las medidas sean compartidas en todas las comunidades es algo necesario «para no marear a la gente». Un criterio que aplica también el lendakari, Íñigo Urkullu, que así lo manifestó en una misiva que envió el pasado sábado al jefe del Ejecutivo. En este sentido, el presidente del Gobierno de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, reclama «un esfuerzo» al resto de líderes autonómicos para alcanzar una «postura común».
El presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, por su parte, manifestó ayer también su deseo de que las decisiones que se adopten para frenar el Covid-19 sean «lo más homogéneas posibles en todo el territorio nacional» para «evitar el desconcierto». También desde Extremadura se buscará en la Conferencia de Presidentes «una serie de medidas» consensuadas tanto por las comunidades como por el Gobierno.
Varias regiones han anunciado además su intención de pedir a Sánchez la restauración de la obligatoriedad de la mascarilla en exteriores. Los presidentes de Castilla y León y Navarra se sumaron en las últimas horas a sus homólogos de Andalucía, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana, Galicia y País Vasco, que coincidían en este aspecto.
La Región de Murcia, por su parte, solicitará que el Gobierno no obligue a las comunidades a devolver las ayudas que envió para las empresas de la región.