«Contrataremos a todos los sanitarios que hagan falta, que no quepa duda»
▶ Confía en que los puntos autocovid y los incentivos a médicos y enfermeros para trabajar por la tarde acaben con las colas en los centros de salud
Como el resto de españoles, el consejero de Salud y Familias, Jesús Aguirre (Córdoba, 1955) le pide a los Reyes Magos recuperar la vida normal, la de antes, y dejar atrás en 2022 esta siniestra pandemia que hemos sufrido y seguimos padeciendo, aun con la barrera de protección que ofrece tener a más del 80% de la población vacunada contra el Covid. «Yo le pido a Dios que me dé un año normalito porque llevo tres años que para mí se quedan», confiesa este médico de familia. Cuando juró el cargo, en enero de 2019, no imaginaba que tendría que lidiar con la mayor crisis sanitaria del último siglo. A los que desde la oposición política le martillean cada día a cuenta del cese de 8.000 de los 20.000 profesionales sanitarios fichados en lo peor de la tercera ola, les contesta que «hemos ganado 12.000 contratos» que se renovaron durante seis meses más, pese a no contar con un fondo Covid extraordinario del Gobierno central. Deja la puerta abierta a incorporar los refuerzos que hagan falta. «Que no quepa duda», apostilla.
—¿Cree que el uso de la mascarilla al aire libre, obligatorio desde este viernes, puede reducir los contagios?
—La Ley 2/2021 pone el uso obligatorio de mascarillas en interior y exterior. Luego, el presidente del Gobierno, sin pasar por el Consejo Interterritorial [de Sanidad], soltó en Turquía que en el exterior no era obligatoria. Eso supuso una disminución de la percepción del riesgo. El Ministerio de Sanidad decía que no hacía falta si se mantiene una distancia de 1,5 metros. Pero, ¿quién mantiene en la calle Sierpes de Sevilla los 1,5 metros? Es imposible, máxime en estas fiestas. La mascarilla en el exterior es para aumentar la percepción del riesgo. ¿Va a solucionar algo? Al menos, sirve de concienciación. Es la principal arma para evitar la difusión del virus.
—Desde el pasado lunes, en Andalucía hay que exhibir el pasaporte covid para entrar a bares y locales de ocio. ¿Cuántas personas reacias a vacunarse han acudido a ponerse la primera dosis desde entonces?
—Unos 70.000 pueden haberse recuperado para la vacunación. Los no vacunados predominan en la franja de 30 a 50 años. En los puntos de vacunación muchos me han contado que han ido a vacunar a los niños y ya los padres dando ejemplo se la han puesto también. Ha servido también como acicate para recuperar parte de esa franja no vacunada, en la que más incidencia acumulada tenemos ahora mismo, junto con la de 5 a 11 años.
—Cataluña ha cerrado el ocio nocturno y retomado el toque de queda. ¿Se plantea restricciones similares?
—La semana que viene se reunirán los comités territoriales. Andalucía ahora está en los niveles 1 y 2, por lo que no hay restricciones, y en el momento en que algún área pase al nivel 3 se aplicarán las que corresponden, que afectan a los aforos en interior y exterior [de la hostelería] y personas por mesa. Todo eso está perfectamente calibrado. La situación de Cataluña no es la de Andalucía, que tiene la mitad de ocupación de camas UCI que la media de las comunidades y Cataluña, el doble. No tenemos una situación clínica para que haya restricciones. Estamos con unos 700 ingresos y llegamos a casi 5.000 en febrero. La incidencia acumulada no tiene el valor predictivo de anteriores olas. Es totalmente diferente porque nos pilla vacunados y la cepa ómicron es muy contagiosa pero la mayoría de gente que la ha cogido está con un trancazo y lo pasa de forma mucho más suave. Aumentan los ingresos, pero no en la misma proporción que antes.
—Su consejería ha recomendado reducir a dos los núcleos familiares en las comidas navideñas. ¿Teme que los cotillones y otras celebraciones disparen los contagios y haya que aplicar medidas más duras?
—No estamos en situación de prohibir sino de recomendar, igual que se hizo el año pasado. En las recomendaciones que publicamos se habla de reuniones familiares, cotillones, cabalgatas de reyes… No son taxativas pero sí deberían de cumplirse con una situación ascendente de la pandemia. Por eso la importancia de un máximo de dos burbujas o núcleos familiares por reunión, a ser posible a mediodía para poder hacerla en el exterior. En los cotillones con mucha gente, no se guarda la distancia y se relajan las condiciones higiénico-sanitarias, entramos ya en la exaltación de la amistad y eso es un foco de contagios. Recomendamos que los cotillones sean con la menos gente posible en el caso de que existieran, que no tienen por qué.
—¿Se plantea recomendar las cabalgatas de reyes estáticas?
—Cualquier medida, bienvenida sea.
Debe ser en calles anchas. Por supuesto, vamos a pedir mascarillas y se aglutine el menor volumen de gente posible. Ya lo he hablado con algún que otro alcalde. Hay que dar a los niños la felicidad de un Día de Reyes, pero intentando minimizar el riesgo de contagios.
—Queda aún mucho tiempo. Pero, ¿las procesiones de Semana Santa y las ferias, que llevan dos años sin celebrarse, están aseguradas en 2022?
—Yo vivo semana a semana. Pensábamos todos que íbamos a tener unas Navidades tranquilas y fíjese en esta sexta ola con un volumen de vacunación de un 90-91 por ciento y una variante con más contagiosidad. Hacer una predicción de cara a la Semana Santa, Carnaval o Feria es muy complicado. El volumen de vacunación en niños para entonces va a estar cercano al 80%. En los mayores estará puesta la tercera dosis de forma íntegra y eso nos debería proteger para tener una Semana Santa, Feria y Carnaval lo más tranquilas posible. Pero de ahí a poderlo decir de forma taxativa sería una temeridad por parte mía. Yo lo que le pido a Dios es que me dé un año normalito porque llevo tres años que para mí se quedan. Para eso tenemos
❝ Fiestas de Fin de Año «En cotillones con mucha gente no se guarda la distancia y ya entramos en la exaltación de la amistad»
Otras celebraciones «Espero una Semana Santa, Feria y Carnaval lo más tranquilos posible pero no me atrevo a hacer pronósticos»
Tercera dosis para adultos «Para enero estarán vacunados los de 50 a 59 años y empezaremos con la franja de 40 a 49»
Atención primaria «A los médicos les damos la opción de trabajar por las tardes para agilizar las consultas»
Impacto «Pensábamos de la cepa ómicron que la pandemia estaba vencida con las vacunas. Nos hemos movido más de la cuenta y eso ha provocado un colapso»
que tener controlada la pandemia, no voy a decir vencida. Espero que sí, pero eso es una esperanza y una apreciación subjetiva mía. Objetivamente no me atrevo con ningún pronóstico. —El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, prevé que el 80% del grupo de 50 a 59 años esté vacunado con la tercera dosis en la semana del 24 de enero, y el 80% de los de 40-49 años
a principios de marzo. ¿Cuándo empezarán a vacunarse los mayores de 50 años en Andalucía? ¿Y los de 40?
—Por encima de 60 años, rondamos el 70% de vacunados. Este lunes empezamos a llamar a los de 59 años para ir bajando de forma progresiva y calculo que para enero tendremos esa franja perfectamente vacunada y empezaremos con la de 40-49 años para que entre febrero y primeros de marzo puedan tener puesta la tercera vacuna.
—Existe confusión jurídica porque falta una legislación clara. ¿Tener que buscar aval judicial para adoptar medidas dificulta la gestión?
—Si nosotros tenemos las competencias, le pedimos al Gobierno central que nos dé las herramientas. No nos las dio cuando decayó el estado de alarma. Desde el principio, le estamos pidiendo una ley de pandemias o un cambio en la Ley General de Sanidad de 1986. Al no haber una ley básica, cada tribunal superior actúa según su criterio. En otros países han puesto la vacunación obligatoria a sanitarios y aquí no podemos. No tenemos una ley que nos ampare ni hay voluntad del Gobierno central.
—Si tuviera esa ley, ¿qué medidas tomaría?
—Por lo pronto sería mucho más ágil porque no tendríamos que tener el plácet del TSJA que unas veces dice que sí, otras que no y otras que hay que irse al Tribunal Supremo. Cada vez que tomamos una medida lo hacemos con mucho miedo, esperando que diga que sí o que ponga un pero. Hay una inequidad en el abordaje de la pandemia como consecuencia de que no hay una ley básica. Hubiéramos puesto a lo mejor el certificado Covid no ahora, sino hace un mes y pico. No tendríamos ni que consultar. Sería agilidad para la toma de medidas.
—¿Va a contratar a personal jubilado y prejubilado para reforzar el sistema sanitario?
—Esta sexta ola está afectando de forma importante a la atención primaria. En las anteriores provocó una gran presión hospitalaria. Nosotros ya sabíamos que iba a ser la parte más castigada en lo que quedara de pandemia. Por eso en noviembre decidimos mantener el cien por cien de los contratos en primaria y aumentarlos en un 20%. Hace dos semanas pedimos 30 rastreadores militares y hemos pedido 60 más. Para el rastreo, igual que antes, vamos a recurrir a personal jubilado y de los colegios profesionales. Así descongestionamos un poco la atención primaria que está muy sobrecargada entre las vacunaciones, la presión asistencial y la alta frecuentación por el invierno. Todo el tema del certificado covid nos lo hemos llevado a [la red] Guadalinfo, a los ayuntamientos y a las delegaciones territoriales de Salud. Vamos a habilitar casi un centenar de puntos de autocovid para sacar de la atención primaria todo lo que es Covid a un punto específico con personal propio en las ocho provincias. Los puntos autocovid suponen quitarle el 50% de la presión asistencial que está soportando y facilitará la accesibilidad a la atención primaria.
Sanitarios de refuerzo
—Hay una nueva ola pero las comunidades autónomas no tiene fondo covid para asumir los gastos sanitarios que genera la pandemia. Y la oposición no para de reprocharle que no se han renovado 8.000 profesionales contratados como refuerzo. ¿Cómo piensa desactivar estas críticas?
—Hubo unos contratos para el plan de verano y la ola de covid. A nivel hospitalario la presión bajó de forma importante en octubre e hicimos 12.000 contratos nuevos que mayoritariamente fueron a atención primaria. Luego, no es que hayamos perdido 8.000 sino que hemos ganado 12.000 contratos nuevos para el plan de alta frecuentación, que son todos los médicos y gran parte de la enfermería. Después, se contrataron a 1.100 enfermeros más.
—Algunos profesionales que no fueron renovados en noviembre eran técnicos de laboratorio. ¿Ahora que hace falta aumentar el rastreo de casos, no sería necesario recuperarlos?
—El rastreo lo estamos haciendo con personal propio, jubilado, del Ejército y si es necesario se contratará más. Nos vemos ahora cercenados por no renovar los fondos covid el Gobierno central, por mucho que dijera el presidente que las comunidades tenemos fondos Next Generation. Éstos son para otras cosas, no para personal. Los 12.000 contratos del 1 de noviembre se han hecho a pulmón por esta consejería y haremos todos los que sean necesarios para solventar el problema, que no quepa duda. Si hay que contratar a técnicos de laboratorio, se contratarán.
—Como ha comentado, la presión hospitalaria de las anteriores olas se ha trasladado ahora a la atención primaria. Conseguir una cita con el médico de familia se torna a veces en una misión imposible. Tampoco se puede comunicar un positivo a través de Salud Responde porque es muy difícil contactar con un operador. ¿Cómo piensa acabar con esas colas?
—Todo eso es lo que llamamos gestión de colas. A los médicos le damos la opción de echar unas horas por la tarde a un precio determinado para agilizar las consultas y que la demora se acerque lo máximo posible al cero. A nivel de Enfermería hospitalaria hemos propuesto incorporarse a la vacunación o los puntos autocovid. Intentamos optimizar los recursos que tenemos.
—¿Se plantea abrir los centros de salud que están cerrados por la tarde?
—Algunos están abiertos porque estamos vacunando a niños por la tarde, también sábados y domingos. Si es necesario se abren, pero ahora están de forma preferente para la vacunación.
Sexta ola «por sorpresa»
—¿Cómo va a resolver la saturación del servicio de Salud Responde?
—La reforzamos en septiembre y octubre con una inversión importante. Ahora tiene 100.000 llamadas, que van desde bajarse un certificado covid hasta preguntar qué hacer con un hijo cuando hay un positivo en su clase. Bajará la presión al quitar estos trámites de los centros de salud. La gestión de cola telefónica es otra de las lineas de trabajo que tenemos.
—¿La sexta ola nos ha pillado a todos por sorpresa?
—Nos ha pillado a todos por sorpresa. Ahora todo el mundo tiene a alguien en su casa que ha dado positivo. Eso genera ansiedad y lleva aparejado que acudas al centro de salud porque aunque te encuentres bien, quieres hacerte una prueba o que llames a Salud Responde para pedir una cita a sabiendas de que no tiene trascendencia clínica. Todo eso está colapsando el sistema, por un aumento de patologías. Estamos declarando 8.000 ó 9.000 positivos diarios a los que hay que hacer el seguimiento, que han tenido mucho más contactos que antes, porque teníamos la percepción de que la pandemia estaba medianamente vencida con las vacunas. Nos hemos movido más de la cuenta y eso está provocando un colapso en cadena. Esa ansiedad se focaliza en sanidad y principalmente en la atención primaria. Eso está pasando aquí, en el resto de comunidades y en el mundo entero.