«Rajoy no echó a Pedrojota porque simplemente no podía»
—¿España tiene una clase política presentable?
—La ha tenido, y muy respetable. Iban a la política con vocación de servicio y no como forma de vida. Personas formadas, de trayectorias profesionales muy meritorias, de alta cualificación, que incluso aceptaban perder dinero para ayudar a los demás.
—Una degeneración progresiva.
—En los últimos años la política la hacen exclusivamente los militantes de los partidos. Los méritos se hacen en el partido y no en la sociedad. Endogamia. La política es su medio de vida. La única carrera que han hecho es ésta, aunque siempre hay honrosas excepciones.
—La libertad de expresión.
—Políticos que hayan respetado a los medios ha habido, pero escasean. Todos hablan de la libertad de expresión pero cuando publicas lo que no les gusta, te castigan.
—¿Cómo?
—Te reducen la publicidad si la información es hostil, no acuden a tus eventos. El fair play no es un elemento que predomine.
—Pero es que ya empezamos mal yendo a pedirles dinero.
—El modelo de explotación de los medios de comunicación está muy basado en la publicidad, y esto durante muchos años les permitió mantener una posición solvente frente al mercado. Ahora el modelo ha cambiado a un ritmo vertiginoso y la inmensa mayoría de medios necesita publicidad institucional para sobrevivir.
—Y así Rajoy echó a Pedrojota.
—La presión es inherente al poder. Pero quien toma la decisión es el accionista. Y las causas que motivan las decisiones no son las presiones. Rajoy no echó a nadie, simplemente porque no podía.
—¿Entonces Rajoy no presionó?
—Todos presionan, pero él no fue la causa de la salida de Pedrojota. Más presionó Alfonso Guerra cuando aún era vicepresidente: fue a ver a Agnelli para pedir su cabeza por las exclusivas sobre la corrupción y el GAL. En los medios estamos acostumbrados a lidiar con presiones pero ceder puede significar la muerte. En cualquier caso, quien toma la decisión nunca es el político, sino el accionista.
—Usted fue quien dio la cara por su empresa en España. ¿Se sintió bien tratado por su empresa?
—Yo encima de la mesa sólo pongo los papeles. Hay un acuerdo, se firma y se cumple. Nadie está obligado a dar más de lo que pide un contrato y yo soy un profesional.
—¿Le gusta el periodismo de hoy?
—Es menos comprometido y más ombliguista. Internet contribuye a esto. Es funesto que un periodista esté pendiente de los clicks y de los comentarios de los lectores. Un periodista ha de ser un espíritu puro y escribir lo que tiene que escribir, sin que le importe un comino lo que se dice de él.
—Las redes sociales.
—Su contenido es mucho más banal y están ganando mucho terreno a los medios de comunicación tradicionales, tal como la democracia está en regresión y los populismos avanzan.
—La corrección política.
—El repliegue de las religiones verdaderas da paso a las nuevas supersticiones, con sus dogmas de fe de lo políticamente correcto, y son mucho más integristas.
—¿Vox es populismo?
—El populismo es una herramienta que todos los partidos usan, sobre todo los más radicales por la izquierda. Yo no soy votante de Vox, pero no creo que como partido merezca todas las penas del infierno. El compromiso de Vox con el sistema es mucho más sólido que el de muchos de los socios del Gobierno.
—Pedrojota fue amigo de Zapatero. ¿Usted sería amigo de Sánchez?
—Un periodista no se puede permitir el lujo de tener amigos en la política. Ser amigo del presidente del Gobierno no es sano para un periodista. Lo digo por Pedrojota y por todos.
—¿Es Florentino Pérez la persona con más poder en los medios?
—Florentino está muy pendiente de los medios pero no tiene un poder oscuro sobre ellos, como a veces se dice. Eso sí, es muy protestón.
—¿Se le hace caso?
—Pregúntale a él.
—Es que no da entrevistas.
—Como todo en la vida, se le hace caso cuando tiene razón.
—¿Hay algún líder que le interese?
—La política se tiene que desprofesionalizar. Tiene que resultar atractiva a personas con más peso específico, de más calidad. Hoy los méritos individuales significan muy poco.