Aragonès buscará «alternativas» para la secesión si la mesa de diálogo no da resultados en 2022
▶ No renuncia a otras fórmulas si la negociación con Sánchez se encalla
El presidente de la Generalitat de Cataluña, Pere Aragonès, fijó ayer el próximo año 2022 como la fecha límite para que de la mesa de negociación con el Gobierno de España salgan resultados en la línea de la celebración de un referéndum de independencia y una amnistía para los implicados en el ‘procés’. Si no es así, buscará «alternativas» para la ruptura de España.
El tradicional mensaje navideño del presidente autonómico catalán, este año adelantado del 31 de diciembre al día 26, festividad de San Esteban, se centró principalmente en la lucha contra el Covid y las consecuencias económicas que están teniendo en Cataluña. Sin embargo, Aragonès también hizo mención a la mesa de negociación con el Ejecutivo de Pedro Sánchez y al sistema de inmersión lingüística en las escuelas.
Respecto al diálogo entre Gobiernos, el presidente de la Generalitat auguró que 2022 «ha de ser el año en que empecemos a desbloquear el conflicto con el Estado» y «en que la negociación con el Estado avance y empiece a aportar resultados tangibles». Una respuesta que debe pasar, sí o sí, en opinión del líder de ERC (con el permiso de Oriol Junqueras) por «el ejercicio del derecho a la autodeterminación y la amnistía» para los condenados y procesados por el ‘procés’.
Así, indicó que «tenemos una mayoría sólida, transversal, sostenida en el tiempo», que «quiere resolver el conflicto y que no acepta ningún bloqueo». Por lo tanto, añadió, empezará «a construir alternativas, actuando con realismo, buscando el máximo consenso y aprendiendo del camino que hemos hecho hasta ahora, por si la negociación se encalla y no aporta resultados». Es decir, Aragonès reitera su oferta de «resolución democrática del conflicto político», pero sin «renunciar a la independencia de Cataluña».
«Elemento central»
El mensaje institucional del presidente autonómico se grabó en una escuela de Santa Coloma de Gramanet (Barcelona), una de las primeras en las que se aplicó la inmersión lingüística en los primeros años ochenta del pasado siglo. De esta manera, Aragonès quiso escenificar su defensa de un sistema que, recientemente, los tribunales de Justicia señalaron ilegal en la manera en que se aplica (es decir, con todas las clases solo en catalán).
En relación a este tema, tuvo palabras de agradecimiento a los padres que, hace cuarenta años, «querían que sus hijos e hijas aprendiesen catalán porque eran plenamente conscientes que así contribuían a la cohesión social del país y ofrecían un futuro de oportunidades para sus hijos y sus hijas». Unos padres, dijo, de los que nació «el modelo actual de escuela catalana», que definió como «moderna, abierta, cercana, que construye comunidad, que cohesiona a la sociedad».
De la misma manera, Aragonès dijo que «esta escuela tiene el catalán como un elemento central», «como lengua vehicular y de encuentro» y que, si tenía sentido hace cuarenta años, más ahora, añadió, «en un contexto en el que la diversidad cultural y lingüística del país no ha parado de crecer y de enriquecerse con aportaciones de todo el mundo». Por lo tanto, la Generalitat potenciará «su modelo lingüístico» en las escuelas («la lengua catalana continúa jugando un papel neurálgico»), apuntó, sin concretar cómo pero en un evidente desafío a los tribunales, porque «sin ningún tipo de duda, (la escuela) es el núcleo de la nación catalana».
Más allá de estos dos temas, Aragonès centró su intervención navideña en el Covid, las vacunas y sus consecuencias y en la aprobación de los presupuestos de la Generalitat, hace unos días, para el año próximo («que por primera vez en doce años entrará en vigor el 1 de enero»), y que esto mejorará la vida de los catalanes. El presidente de la Generalitat, en una intervención exclusivamente en catalán, envió un mensaje de optimismo, a pesar de la situación económica y las restricciones por la pandemia: «Esperanza y confianza en nosotros mismos y en las oportunidad que tenemos. Porque saldremos adelante de la misma manera que este país ha superado momentos dificilísimos a lo largo de la historia». Finalizó su discurso con un: «¡Viva Cataluña libre!».
«Un alegato separatista»
En su mensaje, obviando el español, el ‘president’ dijo que la escuela es «el núcleo de la nación catalana»
Tras el mensaje institucional del presidente de la Generalitat, algunos responsables políticos de la oposición en el Parlamento catalán criticaron las palabras de Aragonès. Ignacio Garriga (Vox) señaló que, si se avanzaba hacia la independencia: «Os meteremos en la cárcel de nuevo». Carlos Carrizosa (Cs) destacó que el discurso de Aragonès había sido «un alegato separatista». Y Alejandro Fernández (PP) definió el mensaje del ‘president’ como «ofensivo y divisivo», y preguntó para qué «ha servido la supuesta ‘distensión’ de Sánchez e Illa».