Gana el minoritario
El lunes pasado nos desayunábamos con la noticia del enfrentamiento en el Consejo de la mayor inmobiliaria cotizada española. De una parte, el principal accionista – el Banco Santander, que en la actualidad tiene algo más de un 20% de la compañía– y de la otra, el equipo ejecutivo de la misma, con Ismael Clemente su consejero delegado a la cabeza. Esa misma tarde se convoca un Consejo Extraordinario de urgencia con un único punto del día: la destitución de Ismael. El resultado es de sobra conocido: contra todo pronóstico el Santander no se llevó el gato al agua. Ni siquiera se llegó a votar la continuidad del actual máximo ejecutivo.
Con independencia de lo que llevara al banco a reconsiderar su propuesta, el hecho de que Ismael Clemente continúe al frente de Merlin es la mejor noticia posible para el accionista minoritario. Clemente y su equipo son los que han hecho de Merlin lo que es hoy. En poco más de seis años han levantado la mayor inmobiliaria cotizada de España. Son líderes en oficinas, logística y centros comerciales. Tienen palancas para seguir creciendo en los nichos de mayor crecimiento –Distrito Castellana Norte, logística, centros de datos– a través de eventuales desinversiones en activos más maduros que hoy resultan muy atractivos.
Los altos sueldos del equipo ejecutivo son, al parecer, a lo que se agarra el Santander para promover el cambio. El modelo retributivo no es nada nuevo. Es prácticamente el mismo que venía en el folleto de la salida a bolsa de la compañía. Lleva tiempo bajo la lupa de los accionistas y sus modificaciones se han aprobado en Junta. En cualquier caso, parece un poco traído por los pelos a estas alturas del partido para promover de un día para otro y sin previo aviso un cambio de tanto calado. Ismael (y equipo) son los que han hecho de Merlin lo que es hoy. Su profundo conocimiento del sector es su mejor aval para seguir al frente. Y eso es lo más importante para el accionista minoritario. Lo demás son jugadas que se nos escapan al común de los mortales.