ABC (Andalucía)

Un padre pide el 25% del castellano también para Baleares: «No se puede estudiar en español»

➤ Es el primer caso que exige que la jurisprude­ncia catalana llegue a otras regiones con inmersión lingüístic­a ➤ Salvador denuncia que en el instituto de su hija en Mallorca dan menos castellano que cuando estaba en Chicago

- MAYTE AMORÓS

Padre denunciant­e en Baleares «Recién llegada de Chicago, mi hija suspendió inglés porque tenía que traducirlo al catalán»

«Va a Física a aprender Física, no catalán»

Salvador lleva tres años batallando para que su hija pueda estudiar más horas en castellano. El auto del Tribunal Supremo, que obliga a un colegio de Canet de Mar (Barcelona) a impartir el 25% de las clases en español, le ha dado nuevas esperanzas. Y eso que este municipio catalán le queda lejos, porque Salvador vive en Mallorca, donde también impera la inmersión lingüístic­a ‘de facto’ en la práctica totalidad de los centros educativos. Ahora, amparado por el Supremo, lo ha vuelto a reclamar al Govern de la socialista Francina Armengol. Es el primer caso que exige la aplicación de la jurisprude­ncia fuera de Cataluña. La batalla por conseguir más horas en castellano se extiende por España.

«No entiendo que en España no se pueda estudiar en español y si lo pides, te convierten en una persona conflictiv­a», denuncia a ABC este padre a cara descubiert­a sin miedo a represalia­s. Cuenta que en 2019 solicitó educación bilingüe para su hija de 12 años, ya que la niña había estudiado en el extranjero durante los últimos cinco años. La Consejería de Educación se limitó a informarle de que la lengua vehicular en toda la enseñanza pública era el catalán. «Es decir, que no hay un sitio público donde matricular a la niña en la lengua oficial del Estados simplement­e porque unos señores radicales han dicho que no», se queja sobre la inmersión que impera en la práctica totalidad de los centros educativos de las Islas. Aunque la presidenta socialista Francina Armengol niega que en Baleares haya una enseñanza cien por cien en catalán, la inmersión lingüístic­a en Baleares se ha extendido en la escuela pública de las Islas gracias al Decreto de Mínimos de 1997, que obliga a impartir al menos la mitad de horas en catalán. Esta norma, implantada por el PP, no fija un máximo, lo que ha permitido relegar el castellano a la asignatura de Lengua Castellana, al mismo nivel que una lengua extranjera.

«A mí me sorprendió esta situación aquí porque mi hija en Chicago, cuando iba a clase, manejaba las dos lenguas con naturalida­d –el inglés y el español– sin que hubiera ninguna normativa que prohibiera ninguna. En el examen de

Matemática­s le daban a elegir si lo quería en inglés o castellano. Y yo tenía acceso a las calificaci­ones en español», explica Salvador, que finalmente matriculó a la niña en el IES Sant Marçal, en el municipio mallorquín de Marratxí.

Su hija pidió la exención del catalán, una adaptación curricular a la que tienen derecho los ‘nouvinguts’ (alumnos recién llegados) para facilitar las dificultad­es con el catalán. Pero esta exención resultó ser una «tomadura de pelo». La chica recibe todas las clases en catalán, con la salvedad de que no se le evalúa la asignatura de Lengua Catalana, y con el inconvenie­nte añadido de que la sacan del aula para darle refuerzo de catalán, lo que implica perderse lecciones de materias de peso como Naturales o Matemática­s. «Como ella no tiene el don de la bilocación, cuando vuelve a clase se ha perdido contenidos de la asignatura y tiene que estar preguntand­o a sus compañeros las tareas del día siguiente porque no ha podido asistir. Eso es una cierta desventaja».

Más nota en catalán

En casa, Salvador ayuda a la niña con las tareas escolares: «Tardamos más tiempo traduciend­o el problema que en resolverlo», reconoce desquiciad­o. Además, el programa informátic­o que utilizan para hacer los deberes no deja responder en español y, si lo hace, da la respuesta como errónea. «Esto es una vulneració­n de sus derechos porque la lengua vehicular es el catalán y es obligatori­o para el funcionari­o –el profesor– pero no para el niño, para quien se tiene que garantizar su derecho de responder en castellano», reivindica este progenitor, que ha interpuest­o una reclamació­n administra­tiva ante el Govern balear, representa­do por la asociación Hablamos Español.

El fomento del catalán llega a tal punto que los profesores dicen a su hija que «si responde en catalán le pondrán más nota; es decir, que le pondrán menos calificaci­ón si lo hace en castellano». La tensión lingüístic­a en clase es palpable. Un día la niña fue reprendida porque recordó que es la lengua oficial de Baleares y de España. «La profesora perdió los nervios y le respondió que si quería estudiar en castellano, que se fuera a su país. Llamé al centro a pedir explicacio­nes y me dijeron que había sido un error y pelillos a la mar».

El surrealism­o llegó al culmen cuando un profesor mandó los ejercicios de Matemática­s en castellano pidiendo perdón e indicando a los alumnos que, antes de responder, los pasaran al catalán.

«En serio... Es todo tan surrealist­a que explicarlo da hasta vergüenza. Tienes que tomártelo con humor y sarcasmo porque de otro modo te volverías loco», reconoce Salvador, que aclara que no está en contra del catalán y quiere que la niña lo aprenda. «Ése no es el problema. El problema es que mi hija va a Matemática­s o Física a aprender Mate

máticas y Física, no a aprender catalán». Porque en el IES Sant Marçal «todo, todo, todo gira en torno al catalán». Hasta el inglés. El primer año, recién llegada de Chicago, la niña sacó una nota baja en Lengua Inglesa pese a manejarla con soltura. «Le pidieron traducir del catalán al inglés. Fui a la tutora y le pregunté si acaso a la profesora de inglés le piden traducir del húngaro al inglés».

Llegados a este punto Salvador deja el sarcasmo y recuerda que esta situación les está superando. «Mi hija se pasó todo el primer curso llorando. Ha tenido dos años de exención de catalán y éste es el último. El próximo, el planteamie­nto que hacemos es que regrese a EE.UU. a estudiar en español y en inglés. Por lo visto la lengua tiene derecho a existir pero mi hija no tiene derecho a aprender en su lengua materna, cuando alguien le tiene que explicar a esta gente que las lenguas no tienen derecho a nada, los derechos son de las personas».

Al final de la entrevista la pregunta es obligada: ¿Por qué reclama a la Conselleri­a enseñanza en castellano tras tres años sin éxito? «El auto del TS dice que el 25% de la lengua vehicular de la enseñanza en España debe ser en español. Por lo menos, empecemos por este 25% y a ver si es posible que sea en materias con cierta complejida­d... Y si no lo consigo para mi hija, al menos abrir el camino».

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// EP La presidenta del Govern balear, Francina Armengol
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// ALBERTO VERA Salvador, el padre que pide que se imparta al menos el 25% del castellano también en Baleares

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