El modelo lineal ya no se recicla
Casi la mitad de la empresas españolas ya mantienen procesos de reducción y valorización de los residuos
La implicación de todos los actores de la sociedad es necesaria para que la economía global pueda transformarse de manera decisiva y con la ambición y la urgencia que se necesita frente al cambio climático y la escasez de recursos.
En 2021, a nivel global, se consumieron solo en siete meses todos los recursos naturales que el planeta puede regenerar en un año. En España, todos los recursos naturales del año se consumieron en menos de cinco meses. Si todo el mundo consumiera al ritmo que lo hacen los españoles, serían necesarios 2,5 planetas. La extracción de recursos se ha triplicado en 50 años hasta las 92 .000 t/año, y si no se adoptan medidas urgentes y concretas, el uso mundial de materiales se duplicará hasta 2060, de 92.000 a 190.000 millones de toneladas. La crisis de los recursos naturales es considerada como un riesgo de alto impacto y probabilidad por el Foro Económico Mundial, que solo podría revertirse con un cambio sistémico que permita un modelo más circular y regenerativo. Y en ello, las empresas son un agente fundamental.
De lo lineal a lo circular
El informe «Modelos de negocio basados en la economía circular: cómo pueden las empresas pasar de la linealidad a la circularidad» presentado recientemente por el Pacto Mundial de Naciones Unidas España, señala que un 43% de las empresas españolas ha impulsado ya procesos de economía circular (mejora en la gestión de los desechos, reducción, reciclaje y reutilización). Si desgranamos este dato por tamaño, las grandes suben hasta el 67%, el 37% las pymes y el 20% de autónomos que los llevan a cabo.
Asímismo, destaca que un 86% de las empresas del IBEX 35 ya han puesto en marcha medidas o políticas relacionadas con la economía circular. Éstas se encuentran muy por delante de las empresas públicas españolas, que se sitúan en un 49%. «Muchas empresas ya se están moviendo hacia la economía circular buscando reducir costes, innovar sobre nuevas líneas de negocio y fuentes de ingreso y gestionar los riesgos asociados del modelo lineal. Esto demuestra que este modelo no sólo reportará beneficios medioambientales, sino también económicos. Por ello alentamos a las empresas a convertir su modelo en uno circular de modo que todos caminemos hacia una próspera recuperación de la economía con bajas emisiones de carbono y teniendo presente los límites planetarios», dejaba claro Sánchez, directora ejecutiva del Pacto Mundial de Naciones Unidas.
Valor para las empresas
Se estima que la economía circular podría reducir entre un 80% y un 99% los desechos industriales en algunos sectores y entre un 79% y un 99% de sus emisiones y tiene la capacidad de reducir las emisiones globales de gases de efecto invernadero un 39% y el uso de materias primas en un 28%. Pero los modelos circulares, además de dar respuesta a los desafíos sociales y ambientales, generan valor para las empresas y la economía. El informe deja claro los beneficios de este modelo, que podría desbloquear un crecimiento del PIB mundial de hasta 4,5 billones de dólares hasta 2030. La Fundación Ellen MacArthur, SUN y McKinsey han identificado que, adoptando los principios de la economía circular, Europa puede aprovechar la inminente revolución tecnológica para crear un beneficio neto de 1,8 billones de euros para 2030.
La aparición de nuevos modelos empresariales y nuevos mercados vinculados con actividades circulares como la reparación, la reutilización o el reciclaje han generado un valor añadido de casi 147.000 millones de euros, que han llevado consigo una inversión de aproximadamente 17.500 millones de euros. Comparado con el escenario habitual, un enfoque integral de economía circular tiene el potencial de reducir el volumen anual de plásticos que ingresan a nuestros océanos en más del 80%, generar ahorros de 200.000 millones de dólares por año, reducir en 25% las emisiones de gases de efecto invernadero y crear 700.000 puestos de trabajo adicionales para 2040. El informe señala que las empresas están dando pasos hacia adelante en este camino circular, pero cada una de ella tendrá que analizar sus propias circunstancias y realizar su propia transición teniendo siempre presente la mejora continua y la innovación. En este sentido, las pymes juegan un papel decisivo.
El papel de las pymes
El informe «Economía Circular en Pymes en España», realizado por la Cámara de Comercio y Mapfre, señala que el 46% de las pymes españolas conocen las ventajas de la economía circular, una cifra que varía según el sector de actividad y que mejora a medida que aumenta el tamaño de la empresa. No obstante, el estudio deja claro que las pequeñas y medianas empresas están progresando en la promoción de este modelo basado en la reutilización, reparación y reciclaje, y que permite extender la vida útil de cualquier producto.
Así, el 94,4% de ellas ha adoptado medidas para reducir la generación de residuos; el 56% vende o cede sus desechos a otras empresas para que los aprovechen, después de separar en origen una parte o todos sus residuos, especialmente papel y plásticos y otras recurren a gestores privados para desprenderse de residuos más contaminantes. Este estudio también concluye que el sector de la hostelería es «claramente» el más comprometido y que más iniciativas adopta para prevenir la producción de residuos y promover el reciclaje, así como el más activo a la hora de formar e implicar a sus empleados y en exigir a sus proveedores certificados ambientales.
Sin embargo, uno de los puntos de mejora en el que han de incidir las empresas es en el ecodiseño de sus productos. Así, las pymes siguen sin tener en cuenta diseños ecológicos en sus productos (21,1%), clave para lograr incrementar la tasa de reciclaje; no eliminan tanto como sería deseable los plásticos de un solo uso (16,2%); y no creCristina
en que deban tomar medidas para recuperar y reutilizar el agua (88%), excepto las del sector industrial.
Además, señala que los inversores, los bancos y otras empresas de servicios financieros tienen el alcance y la experiencia para ayudar a las empresas a emprender el camino hacia un modelo circular. No se trata solo de invertir en empresas ya circulares o de desinvertir en las menos sostenibles, sino de involucrar y estimular a todas las empresas, de todos los sectores y tamaños. «Los gobiernos, los bancos centrales y los reguladores financieros deberán complementar y favorecer el cambio del sector privado invirtiendo directamente en determinadas actividades y sectores económicos. Las inversiones a través de la contratación pública con criterios de economía circular serán herramientas vitales», señala el estudio.
La realidad es que el mercado de financiación de la economía circular está despegando rápidamente, como lo demuestra que entidades líderes como BlackRock, Credit Suisse y Goldman Sachs, durante los últimos tres años, hayan lanzado diez fondos que se centran parcial o totalmente en la economía circular, y que contasen con rendimiento positivo de cinco puntos porcentuales durante el primer semestre de 2020, en relación a sus índices de referencia. Además, según un estudio realizado por la Fundación Ellen MacArthur, desde 2016 a 2020 se multiplicaron por diez el número de fondos del mercado privado, incluidos fondos de capital de riesgo, capital privado y deuda privada, que invirtieron en actividades de economía circular. Y desde principios de 2020, los activos gestionados a través de fondos de capital público, con la economía circular como único o parcial foco de inversión, se han multiplicado por seis.
Todo ello demuestra que la circularidad no es el futuro, sino el presente de la acción empresarial.