ABC (Andalucía)

El selecto club de los ladrones de cajas fuertes

Es un delito en alza con una forma de trabajar casi artesanal. Las técnicas para forzar las cajas de caudales se aprenden en círculos de confianza entre profesiona­les del robo

- J.J. MADUEÑO

La detención del ‘Orejas’ hace unas semanas en Fuengirola, hizo caer en Málaga a uno de los grupos más activos y especializ­ados en robos de España. Al mismo tiempo que desveló una forma de trabajar artesanal que se pasa de maestro a discípulo. Robar cajas fuertes llenas de dinero o joyas no es una tarea sencilla. Requiere de unos conocimien­tos a los que no es fácil acceder. Una mala mezcla de gas o un simple mal cálculo de la distancia puede poner en riesgo la vida del ladrón y el botín. Así, en este submundo del crimen existen dos tipos de ‘técnicos’, reducidos en su número, capaces llevar a cabo este tipo de robos.

Por un lado, están los que usan la lanza térmica y, por el otro, lo que se dedican al oxicorte. Este último es lo más usado. Es lo que empleaba el ‘Orejas’ para vaciar las cajas fuertes de naves industrial­es en Cádiz y la Costa del Sol. Botines pequeños que se pueden ver derretidos por la lanza térmica. «No hay más de 20 personas en toda España que dominen esta técnica. Es compleja, pero es más popular que la lanza térmica al ser más fácil de usar», señala uno de los inspectore­s de Robos de la Comisaría Provincial de Málaga que detuvo a esta banda a principios de diciembre.

Numerosos antecedent­es

La veintena de antecedent­es de este ladrón hizo que, cuando vieron cómo habían forzado las cajas fuertes, las pesquisas se centraran en ellos. Usar un soplete de oxicorte no es sencillo. Hay que saber mezclar los gases y luego cómo cortar con la llama azul el metal. «Es una técnica más sucia. Las cajas fuertes tienen una plancha de acero, otra de hormigón y luego otra de acero. Hay que cortar el acero, luego picar el hormigón con un martillo eléctrico y, después, volver cortar el acero con el soplete», explica el agente, quien dice que esta técnica deja graba en el suelo y polvo.

Esta fórmula se usa en la industria como técnica auxiliar a la soldadura para la preparació­n los bordes de las piezas a soldar cuando tienen mucho

Este tipo de golpes sale rentable a los criminales, pues no suelen ser condenados a más de dos años al no haber violencia

espesor, así como para realizar cortes de chapas o barras de acero al carbono de baja aleación con un soplete a más de 1.000 grados. «El equipo cuesta unos 1.000 euros», contabiliz­a. La inversión se rentabiliz­a con el primer golpe.

Conocimien­tos complejos que no se aprenden en cualquier lugar. «Es el caso del oxicorte, que pasa de un ladrón a otro. No es algo abierto, hay que pertenecer a la banda y tener la confianza del que sabe manejarlo», asegura el experto, que indica que suele enseñarse en la cárcel.

Los expertos policiales señalan que más cerrado es la lanza térmica. «Que sepan manejar esta técnica puede haber un grupo en Madrid. No hay más en España. Los verdaderos especialis­tas están en Italia», explican desde el Grupo

de Robos de la Comisaría Provincial de Málaga, donde señalan que el manejo de esta técnica requiere unos conocimien­tos, «como pueden ser los de un soldador experto». «Se trasmite entre familias en unos pueblos muy cerrados de Italia. Ellos son los maestros. Padres a hijos, primos, sobrinos… En ese club no se entra», afirman los agentes.

Ellos son los ‘grandes ladrones’. El material cuesta unos 5.000 euros entre las botellas de oxígeno, que son las grandes de 40 kilos, las varas de hierro enriquecid­as con magnesio o todo el material de protección para las altas temperatur­as. «La lanza alcanza los 5.000 grados y el que la usa está expuesto a unos 600 grados. Hay que saber manejar todo ese entorno», apuntan uno de los policías expertos en esta materia, que dice que este tipo de ladrones no se dedican a pequeñas cajas fuertes. «Necesitan bancos, museos, grandes joyerías…», aseguran estas fuentes.

Para ello usan esta forma más potente y pulcra de forzar las cajas fuertes más seguras del mundo, ya que es un corte «de cirujano», que sólo deja un polvillo. «Son asaltos en los que se llevan tres, cuatro, cinco millones de euros. Estos ladrones no suelen dar más de un ‘palo’ al año», explica uno de los policías. Suelen ser robos «de película», hechos por ladrones que trabajan de forma internacio­nal. «Son la élite. Hoy roban aquí, pero mañana en Viena o Suiza», señalan. El Grupo de Robos recuerda que sólo han visto esta técnica una vez en Andalucía. Fue en 2017 en Málaga siguiendo al grupo de la operación ‘Cansino’, a los que incautaron bienes por valor de más 900.000 euros.

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// JOSÉ ALFONSO Una caja fuerte violentada

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