ABC (Andalucía)

Una Navidad atrapada en los Emiratos Árabes

La malagueña Mercedes Cárdenas lleva más de un mes retenida en Dubai después de que saliera mal su aventura de trabajar dos años como marinera en un yate con su pareja

- PABLO MARINETTO

Al poco de comenzar a trabajar repararon en las deficienci­as y riesgos para la seguridad del barco

Mercedes fue retenida en el por Inmigració­n en el mismo aeropuerto, aseguran que sin motivo

Sola, sin ayuda y a casi 6.000 kilómetros de casa. Lo que en un principio iba a ser una oportunida­d laboral de dos años en Emiratos Árabes ha acabado convirtién­dose en una auténtica pesadilla para Mercedes Cárdenas. Esta malagueña lleva retenida 33 días en Dubai después de que el pasado 25 de noviembre las autoridade­s del aeropuerto le impidieran embarcar en un vuelo de regreso a España sin alegar motivo.

Tras un mes de angustia para ella y su familia, aún desconoce la causa por la que le impiden salir del país, no cuenta con ningún documento oficial que lo justifique y denuncia el escaso interés de la Embajada española en resolver su situación.

Mercedes viajó a Dubai junto a su pareja, José Luis Sánchez, a principios del mes de octubre. Ambos habían sido contratado­s para trabajar en un yate de lujo durante dos años. Ella como marinera y él como capitán de la embarcació­n. Pero en apenas unos días empezaron los problemas.

Sánchez, que sí pudo coger el vuelo con destino a Madrid, ha explicado a ABC que al llegar al barco comenzaron a apreciar múltiples deficienci­as que ponían en riesgo a la tripulació­n y a los pasajeros. «Llegó a un punto en que me quedé sin timón y sin ancla en un barco de 30 metros de eslora y capacidad para 50 personas», sostiene. «Le dije al propietari­o que me negaba a navegar en esas condicione­s y le enviamos una carta solicitand­o la rescisión del contrato».

Según José Luis Sánchez, denunció la situación ante la autoridad marítima del país y al cabo de 48 horas un inspector comprobó que sus preocupaci­ones eran fundadas y que la embarcació­n carecía de las condicione­s necesarias para navegar de forma segura.

Además, como el empresario no respondía, pusieron su caso en conocimien­to de la Embajada de España; del departamen­to de Derechos Humanos de la Policía por las condicione­s «infrahuman­as» en las que trabajaban, y del Ministerio de Trabajo, al que solicitaro­n la baja laboral. Posteriorm­ente, el propietari­o se personó con una pareja de abogados y dos agentes de la policía en el yate, que también servía de alojamient­o para José Luis y Mercedes. «Nos echó a la calle sin darnos explicacio­nes y nos tuvimos que marchar del barco sin la nómina y solo con la reserva de una noche de hotel», explica el capitán, quien asegura que desde la Embajada les recomendar­on regresar a España.

Él embarca, ella no

Cuando el día 25 de noviembre llegaron al aeropuerto, Mercedes se quedó rezagada mientras José Luis pasaba el control de pasajeros. «Me dijo que iba al baño y quedamos en vernos dentro, pero al cabo de la hora y pico no sabía nada de ella.

Cuando ya estaba dentro del avión me escribió para decirme que Inmigració­n la había retenido y que no la dejaban volar», cuenta José Luis, que sí tomó el vuelo porque ambos creían que el problema se solucionar­ía en unas horas y Mercedes podría coger el próximo avión. Pero nada más lejos de la realidad.

Siete horas y media después, Sánchez llegó a Madrid y Mercedes aún seguía retenida. «Estuvo 14 horas en una silla con dos cafés y con el trato intimidato­rio de los funcionari­os», denuncia la pareja de la malagueña, que desde hace más de un mes vive «desesperad­a» y sufre crisis de ansiedad. Se mantiene gracias a la ayuda económica que le envía su familia desde España y al alojamient­o que le han ofrecido algunos conocidos latinos y españoles en Dubai.

Apoyo institucio­nal

«Alquilarte una habitación en un piso compartido puede costarte entre 1.500 y 1.800 euros al mes», explica Sánchez. Durante este tiempo ha movido cielo y tierra para ayudar a su pareja y lograr que la Embajada interceda, al menos, para obtener un documento oficial del Gobierno de Emiratos Árabes que justifique la retención.

Después de 33 días la familia sigue sin respuesta y, aunque han tenido la colaboraci­ón de la Presidenci­a de la Junta de Andalucía y la Alcaldía de Málaga, se sienten «abandonado­s» por la diplomacia española. Sánchez asegura que se trata de una retención absolutame­nte «ilegal», sobre todo teniendo en cuenta que ambos viajaron en las mismas condicione­s a Dubai y él sí pudo regresar sin problema.

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// ABC Mercedes Cárdenas, en el barco en el que comenzó a trabajar

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