Los manifestantes toman las calles alemanas contra las restricciones
La limitación de reuniones o el registro de vacunados inquieta a miles de personas
Decenas de miles de personas salieron ayer a protestar en Alemania contra las nuevas medidas de lucha contra la pandemia, que incluyen la limitación de reuniones de un máximo de diez vacunados (sin contar niños), tanto en interior como en exterior, y de dos no vacunados no convivientes. El grueso de las consignas se dirigía contra la vacunación obligatoria, que votará el Parlamento alemán en febrero en forma de una ley que apenas está comenzando a ser escrita y que suscita varias controversias. La última de ellas es la posible creación de un Registro Nacional de Vacunación, contra el que se ha pronunciado el ministro de Justicia, Marco Buschmann, partidario solamente de controles aleatorios para garantizar el cumplimiento de la futura ley. «Se trata de un retroceso en derechos constitucionales que no estamos dispuestos a permitir», clamaba la noche del lunes a través de un megáfono uno de los 800 manifestantes de Mannheim.
Según las autoridades, en las manifestaciones está representado el espectro burgués, pero también la extrema derecha y los ‘pensadores laterales’. En algunas de las manifestaciones de los Bundesländer orientales, la Policía fue atacada. En Mecklemburgo-Pomerania Occidental, según la Policía, se reunieron de 15.000 manifestantes.
«Se están tomando decisiones sin legitimación democrática. Ningún partido dijo esto en la campaña electoral y ahora nos lo imponen, ignoran nuestros derechos y nuestra libertad», explicaba Nella, una administrativa de 42 años, sobre su participación en la marcha de Brandemburgo, a la que asistieron alrededor de 9.000 personas.
La mayoría de las reuniones no se habían registrado de antemano como exige la ley, sino que fueron convocadas de forma no oficial a través de las redes sociales, y se repartían por barrios para no violar los límites de aforo impuestos a las reuniones. «Si miles de personas caminan sin avisar y sin supervisión, entramos en situaciones de peligro real», dijo el jefe del departamento de Policía Sur, Sven Bogacz.
En Cottbus, alrededor de 3.000 personas protestaron juntas y en Finsterwalde
(Elbe-Elster) fueron más de 1.000. También en Bad Liebenwerda, Herzberg, Falkenberg y Doberlug Kirchhain se produjeron «paseos de protesta» en los centros urbanos. «La mayoría de las reuniones no estaban registradas, pero fueron pacíficas,» dijo la portavoz de la Policía, Ines Filohn, que lamentó que en distritos como Elbe-Elster la mayoría de los «paseantes» no usaban mascarilla y no guardaban la distancia de seguridad. Los agentes registraron los datos personales de algunas de estas personas, pero resultaba imposible registrar a todas ellas. «La mayoría de los participantes son de clase media y mediana edad, incluidos empresarios minoristas que temen las regulaciones», señaló Bogacz.
Altercados
En otras marchas, sin embargo, la violencia estuvo presente. En Werder (Havel) fue necesario un dispositivo policial especial porque, durante una marcha, una mujer de 63 años que no llevaba mascarilla se negó a revelar sus datos personales a los agentes de policía. Cuando iba a ser trasladada a comisaría, hirió a una agente con una patada y a partir de ese momento, se produjeron actos violentos contra los agentes por parte de otros manifestantes. En varios lugares de Sajonia hubo disturbios, como en Bautzen, donde la policía reportó doce agentes heridos y doce vehículos dañados con pirotecnia y botellas.