La Policía se queda en Málaga sin uniformes de mujer para patrullar
Después de tres años sin reponer ropa, unas agentes han de prestar servicio de paisano
No son policías ‘secretas’, sino que, como afirma el sindicato Jupol, no tienen uniforme «decente» con el que vestirse. Por eso, algunas mujeres policías se ven obligadas a trabajar con su propia ropa y sin las prendas oficiales para el servicio, a lo máximo con un chaleco identificativo. El sindicato ha denunciado ante la inspección del Ministerio de Trabajo que muchas agentes del Cuerpo Nacional de Policía en la Costa del Sol están prestando servicio de paisano por no poder usar sus uniformes. El problema es el deterioro de las prendas oficiales y que la reposición de esta ropa de mujer no se hace desde, al menos, tres años pese a las solicitudes existentes.
Letras borradas, emblemas desgastados, deterioro por el uso, pérdida de color… «Son uniformes que no se pueden utilizar porque dan mala imagen ante el ciudadano», señalan desde el sindicato. La situación, según la denuncia a la que ha tenido acceso ABC, ha llegado hasta el punto que algunas de las afectadas han optado por solicitar uniformes de hombre y luego pagar ellas el arreglo de su propio bolsillo para tener una prenda con la que poder salir a patrullar.
Este problema afecta sobre todo a la Unidad de Intervención Policial (UIP). Estos son los que más en contacto están con el ciudadano y, por tanto, deberían tener uniformes impolutos. Y es así para los nuevos agentes. Las nuevas promociones de la Academia de Ávila salen uniformadas completamente con ropa nueva, que sí puede ser usada para trabajar. Sin embargo, no ocurre así con las funcionarias más veteranas, que solicitan esta ropa, pero no les acaba de llegar por varios impedimentos.
Fallo informático
En la actualidad, la petición se hace mediante una aplicación informática operativa desde 2019. «Está mayormente inoperativa y el problema se agrava, no solo en Málaga sino en todo el país, recortando este derecho básico y necesario», añade el sindicato, que remarca que esto se ha puesto en conocimiento de los superiores del cuerpo en varias ocasiones, pero que no hay solución. Por esta razón, el sindicato solicita que se permita la adquisición de material en almacenes privados, ya que como asegura hay dinero en «la caja pagadora» y en los fondos reservados para afrontar esta inversión a favor de las mujeres policías.
Así, Jupol relata que en diciembre de 2020 se llevó dos veces a las reuniones trimestrales en Granada del Comité de Seguridad y Salud. La respuesta fue que «Madrid no suministra» y que no se puede comprar ropa, aunque la haya en establecimientos privados. Es otra traba más. Pese a que este tipo de uniformes están en algunas tiendas, las agentes afectadas por esta carestía de medios no pueden adquirirla. «No hay solución posible», afirma la denuncia, que pone en conocimiento de la inspección que las mujeres policías tienen que vestir de paisano por estos motivos.
El sindicato relaciona que faltan las siguientes tallas de ropa de mujer: 36L, 36R, 36A, 38L, 38R, 38A, 40L, 40R, 40A. Así como que el problema está más generalizado en la UIP. Una unidad a al que considera «prioritaria» debido a la sobrecarga de trabajo de la época estival y las largas temporadas que pasan fuera de casa destacados en zonas como Ceuta o Melilla en control de fronteras. «Además, con la pandemia, la ropa se lava más, con productos desinfectantes para evitar contagios y a más de 60 grados. Eso desgasta aún más las prendas», señala Miguel Millán, delegado de Jupol en Málaga, que pide también lavadoras en las comisarías para no llevar la ropa, para que no llegue infectada, a casa.
Ante la escasez, algunas agentes piden ropa de hombre para costear ellas después los arreglos de su propio bolsillo