FAES se desmarca del PP y avala el papel de CEOE en la reforma laboral
Celebra que se ha salvado la flexibilidad interna en las empresas y el coste del despido
El rechazo que estos días se ha vertido desde el Partido Popular a la reforma laboral acordada entre el Gobierno y los agentes sociales se topó ayer con un análisis de FAES, la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales que preside José María Aznar, que respalda la estrategia de los empresarios a lo largo de la negociación. Según un texto publicado por el ‘think tank’, la cuestionada apuesta pactista de Antonio Garamendi, presidente de la CEOE, ha sido acertada pues el texto final acordado «mantiene los elementos fundamentales de flexibilidad interna en las empresas y consolida dos importantes novedades introducidas por aquella reforma (la de 2012): la reducción del coste del despido y la supresión de los salarios de tramitación», celebra la fundación.
FAES explica que si el objetivo de la patronal «era limitar el daño que las soflamas demagógicas del Gobierno y sus socios parecían anticipar», el resultado del acuerdo alcanzado «avala la negociación llevada a cabo por la CEOE». Y destaca que, por mucho que el Gobierno insista, la nueva regulación «ni es histórica ni deroga la de 2012 vigente hasta la fecha». «Es más, en algunos aspectos nada menores la consolida, como bien saben los socios de la coalición», remarca.
El análisis de FAES llega tras días de
Antonio Garamendi
oposición y críticas por parte del PP a la nueva normativa. Tras el acuerdo, el presidente popular, Pablo Casado, mostró claramente su rechazo al texto acordado: «Rechazamos la contrarreforma laboral de Sánchez y recuperaremos nuestro modelo que ha creado tres millones de empleos y permitido los ERTE», insistió a través de Twitter, al tiempo que defendió un modelo laboral con «más flexibilidad, implantar la mochila austriaca y bajar cotizaciones». Ayer, Casado avanzó el voto contrario a la misma: «La contrarreforma es humo y un error que perjudica el empleo cuando duplicamos el paro de la UE. Votaremos en contra, no somos recambio de los socios de Sánchez sino su alternativa».
Desde FAES, precisamente, explican esta oposición frontal como estrategia para evidenciar la dependencia parlamentaria del Gobierno de grupos como
ERC, Bildu o el PNV. «No puede extrañar que el PP haya decidido dejar que el Gobierno arregle sus cuentas con ERC, Bildu y PNV, y les convenza si puede, y, por otra parte, quiera mantener vigente su propuesta política, sin comprometerse con la recién aprobada», remarca.
Además, el ‘think tank’ de Aznar también evidencia las limitaciones del texto acordado, que cree «notoriamente insuficiente y carente de virtualidad dinamizadora del mercado laboral». «Lo mejor que puede decirse, y en estas circunstancias no es poco, es que no tendrá los efectos letales del impulso populista con que el PSOE y su socio de coalición, Unidas Podemos, arrancaron la legislatura», concluye. En su opinión, los empresarios han logrado «preservar estas prioridades», por lo que la prevalencia del convenio sectorial sobre el de empresa en materia salarial y la vuelta a la ultraactividad, «contenidos regresivos» de la reforma, «han parecido a los empresarios un coste asumible, dadas las circunstancias», frente a la prioridad de sindicatos de «recuperar poder» a través de estas medidas.
FAES cuestiona las posibilidades de las medidas para luchar contra la temporalidad porque «no se trata de propiciar cambios semánticos, ni transformaciones formales», sino de «promover las condiciones económicas y regulatorias en las que la temporalidad se vaya reconduciendo hacia fórmulas de mayor estabilidad».
Hoy se espera que entre en vigor la reforma, tras publicarse en el BOE, hecho que se anunció que ocurriría ayer, tras su aprobación por el Gobierno, pero no fue así. A «una cuestión de tiempos» achacó Trabajo este retraso que, sin embargo, es insólito.