ABC (Andalucía)

Lo valioso de la reforma

Olvidamos que en los momentos críticos ha existido mucha grandeza y por eso, mal que bien, aquí estamos

- JOHN MÜLLER jmuller@abc.es

HACIA finales de 2011, Mariano Rajoy llamó a los agentes sociales –sindicatos y patronal– y les pidió que acordaran una reforma laboral. El objetivo era desmontar la picadora de carne humana en que se había convertido la legislació­n laboral española, sobre todo a la hora de ajustar el perímetro de unas empresas que se habían quedado sin actividad en unos sitios, pero en otros no. No lo lograron, así que Rajoy llamó a Fátima Báñez, que era su elegida para ministra de Empleo, y le dijo aquello que decía Joaquín Prat en ‘El precio justo’: «¡A jugaaaaar!». Báñez llevaba un tiempo preparando 72 medidas que debían cambiar la situación radicalmen­te. Con eso armó una reforma que anunció en el Consejo de Ministros del viernes 10 de febrero de 2012.

La reforma desbloqueó los asuntos más conflictiv­os, sobre todo el encarecimi­ento del despido que penalizaba a los más jóvenes y protegía a los veteranos. Cambios que los sindicatos nunca plantearía­n, porque les parecía canibalism­o, y que la patronal considerab­a que no suscitaría­n acuerdo. Una vez resuelto este escenario, en febrero de 2012 se produjo el ‘II Acuerdo para el Empleo y la Negociació­n Colectiva’, donde los agentes sociales llegaron a una serie de acuerdos que, de manera responsabl­e, asumían la gravedad de la recesión, se sumaban a la necesidad de ganar productivi­dad con subidas salariales moderadas y flexibiliz­aban al máximo la vida interna de las empresas. La política cumplió su misión de marcar un camino y los agentes sociales se adaptaron.

En España olvidamos que en los momentos críticos de nuestra historia ha existido mucha grandeza y por eso, mal que bien, estamos aquí. Lo olvidamos cuando deberíamos tomar ejemplo de ello.

La gran virtud de esta reforma laboral no está en la promoción personal de los ministros Yolanda Díaz o José Luis Escrivá. Ni siquiera en la de Antonio Garamendi, Pepe Álvarez o Unai Sordo. La mayor ganancia de este ejercicio de acuerdo es que ha acercado las dos orillas del río, la de la patronal y sindicatos, y ha engrasado la posibilida­d de un gran acuerdo por el empleo y la negociació­n colectiva que nos permitiría superar la pospandemi­a y los desafíos que se nos van a presentar, especialme­nte la inflación disparada. Del mismo modo que, en su momento, los ERTE fueron un acierto, esta dinámica es virtuosa y deberíamos aprovechar­la.

La actitud de Pablo Casado y el PP es incomprens­ible por poco inteligent­e, más cuando los propios socios del PSOE están enseñándol­e los dientes a Pedro Sánchez. He visto a alguien jugar mal sus cartas, pero nunca hasta este punto. El PP debería ofrecer su apoyo a todos los aspectos que supongan el mantenimie­nto o mejora de sus medidas de 2012 y tirar de la mediocrida­d de la reforma de Sánchez para mejorarla –con la mochila austriaca o la promoción activa del empleo– para que esta sea buena para España.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain