Sanidad recorta a siete días la cuarentena de los contagiados sin síntomas
La medida, acordada por el Ministerio y las comunidades, afecta también a los contactos estrechos no vacunados Sánchez aboga por conseguir un equilibrio entre «salud mental, salud pública y crecimiento económico»
Ni cinco, ni diez. La Comisión de Salud Pública, órgano en el que están representados tanto el Ministerio de Sanidad como las comunidades autónomas, acordó ayer por unanimidad que las personas contagiadas de Covid-19 reduzcan su aislamiento a siete días, en lugar de los diez que hasta ahora tenían que permanecer en sus viviendas para evitar la propagación del virus, en los casos en los que no presenten síntomas. La medida se traslada también para aquellos contactos estrechos que, al no haber sido vacunados, tenían que seguir guardando una cuarentena de diez días. Ayer, España registró más de 100.000 casos en un solo día, algo que no había ocurrido hasta ahora y la incidencia superó los 1.500 casos por cada 100.000 habitantes.
Varias comunidades, como Madrid, Andalucía o Castilla y León, habían manifestado su voluntad de que se redujeran las cuarentenas de las personas positivas a cinco días. También otras regiones como Extremadura, Baleares o Cataluña se mostraban a favor de que se acortara el tiempo de aislamiento. El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, dio ayer un paso más allá y pidió, antes de conocer la decisión de la Comisión de Salud Pública, que los positivos en Covid-19 se mantuvieran aislados solo durante tres días. Sin embargo, finalmente serán siete.
Convivir con el virus
También el presidente del Gobierno abogó ayer por «guardar un equilibrio entre salud pública, salud mental y crecimiento económico» como guía en la toma de decisiones para responder al aumento de casos derivados de la variante Ómicron. Pedro Sánchez defendió la que viene siendo su hoja de ruta desde que quedó atrás la primera ola pero sustancialmente desde que la vacunación cogió ritmo: evitar medidas que supongan un freno a la actividad económica. Ayer, durante su balance de fin de año en La Moncloa, se refirió a ese equilibrio trasladando la idea de que los altos índices de vacunación de nuestro país cambian la forma en la que se debe actuar: «Ante el nuevo embate del coronavirus, hoy estamos mejor preparados que hace un año y tenemos que perseverar en nuestra estrategia. Estamos mejor porque estamos vacunados. Ahora debemos evaluar la evolución de las hospitalizaciones y las UCI, y tenemos que aprender a convivir y entender el virus con la variante Ómicron».
Sánchez justificó su estrategia con algunos ejemplos: «Una persona mayor de 80 años tiene 18 veces más probabilidad de ingresar en la UCI si no está vacunada», dijo. Y añadió algunos datos: el 87% de los mayores de 70 años tienen ya la dosis de refuerzo y en dos semanas, el 24,6% de los menores de 5 a 12 años han recibido su primera dosis. Desde ese diagnóstico de que «estamos mejor que hace un año», el Gobierno volvió así a descargar la responsabilidad en el acuerdo con las comunidades autónomas, informa Víctor
Ruiz de Almirón.
«Estamos ante una variante con mayor capacidad de transmisión y contagio. Hasta ahora, y lo digo con prudencia, los casos presentan mayor levedad respecto a olas anteriores y podemos estar ante un cambio de paradigma. La respuesta estratégica que damos se va adaptando a la situación epidemiológica de cada momento. De ahí la necesidad de esta modificación», subrayó ayer la ministra de Sanidad, Carolina Darias, en la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo Interterritorial de Salud.
La decisión no estuvo exenta de debate previo. Según explicó la ministra, la Ponencia de Alertas y Planes de Preparación y Respuesta, órgano dependiente de la Comisión de Salud Pública, señaló durante la mañana la necesidad de disponer de más tiempo para tomar una decisión sobre si se deberían o no reducir los aislamientos de los positivos asintomáticos. «Pero dijo que no veía mal la posibilidad de ir a una semana. Ello motivó que la Comisión de Salud Pública se reuniera», justificó Darias. Por tanto, y tras esta decisión, desde hoy las personas que hayan dado positivo y no tengan síntomas podrán abandonar el aislamiento a partir del séptimo día y sin hacerse una prueba de detección.
«Periodo de incubación»
En la rueda de prensa, Darias estuvo acompañada por el director del Instituto de Salud Carlos III, Cristóbal Belda, quien apoyó, como miembro de la Comisión de Salud Pública, acortar las cuarentenas. Se refirió para ello al «periodo de incertidumbre» que se da desde que una persona mantiene un contacto estrecho con un positivo hasta
que comienza a tener síntomas. «En las primeras olas esos periodos podían ser muy prolongados, pero conforme han ido evolucionando las distintas olas pandémicas y cepas observamos que ese periodo de incubación se acorta mucho en el tiempo y el de incertidumbre se reduce y puede impactar en la cronología posterior», afirmó.
Aun así, el director del Carlos III puntualizó que este recorte en los días de aislamiento es solo para aquellos que no presenten síntomas. «El que presenta síntomas está enfermo. Vamos a aplicar el sentido común», reclamó. La responsable de Sanidad, por su parte, recordó que aquellas personas que hayan dado positivo en una prueba de detección del virus y presenten síntomas tienen que seguir guardando la cuarentena que hasta hoy era la establecida, es decir, diez días.
«A veces se debate esta cuestión pensando en temas económicos, que es importante tenerlos en cuenta, pero como epidemiólogo el mejor argumento sería el de cómo cambia el panorama con Ómicron», señala Joan Caylà, miembro de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE). «Lo que sabemos es que el periodo contagioso de este virus se acaba en el día siete desde que hay manifestaciones clínicas», continúa, citando investigaciones publicadas en ‘The Lancet’, que constatan que el paciente es contagioso incluso uno o dos días antes de comen
zar con los síntomas. «Podría haber alguna persona que contagie en el día 8 o 9, pero sería anecdótico, por lo que lo vemos razonable», sentencia.
Sin embargo, Caylà insiste en que la variante Ómicron es más transmisible, por lo que reclama «asegurar» los aislamientos que hasta ahora se siguen considerando necesarios. «Si un contacto no vacunado se mueve por todas partes lo que puede pasar es que vaya contagiando». Además, el impacto de esta nueva variante, asegura, «es inasumible por el sistema sanitario». «La herramienta clave, y en España ha fallado bastante, es hacer buenos estudios de contactos, tanto convivientes como no convivientes, y ver que se cumplan las recomendaciones de aislamientos y cuarentenas», dice.
En esta línea se manifestó ayer la Organización Mundial de la Salud (OMS), que precisó que la recomendación del organismo es la de observar una cuarentena de 14 días, aunque puede ser adaptada por cada país en función de su situación interna para encontrar un equilibrio aceptable entre las necesidades de cada sociedad y las medidas de prevención. Según la OMS, se desconoce aún el grado de peligrosidad de la variante Ómicron porque aunque por ahora parece muy contagiosa pero causa cuadros menos graves de la enfermedad respecto a Delta, esta situación puede variar en el tiempo, ya que hace falta un análisis más profundo de la situación, informa