ABC (Andalucía)

La conjunción de Ómicron y Delta dejan el récord mundial de contagios esta semana

La OMS advierte de la mayor oleada de casos de toda la pandemia cuando se cumple el doble aniversari­o

- M. TERESA BENÍTEZ DE LUGO / S. S. CORRESPONS­AL EN GINEBRA / MADRID

Cada segundo, dos franceses se infectan de Covid-19, según calibró ayer el ministro de Sanidad galo el impacto gigante de la variante Ómicron, descubiert­a en Sudáfrica. En España, la proporción es casi la misma, teniendo en cuenta la menor población respecto al país vecino. Cada segundo, hay 1,14 ciudadanos infectados. El «tsunami de nuevos casos» del que ayer advirtió la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS) es tal que durante la última semana (del 22 al 28 de diciembre) se produjeron casi un millón de contagios en el planeta cada día, lo cual supera en más de 100.000 personas lo peor del golpe de la variante anterior, la Delta. El efecto no es solo Ómicron, sino que esta variante se ha asociado o conjugado con la anterior. La combinació­n no está siendo más letal hasta el momento, aunque desde Ginebra este aspecto se abordó con toda cautela.

Tal y como demuestran las gráficas de balances oficiales comunicado­s a diario por las autoridade­s sanitarias de cada país y que ayer recabaron agencias como Afp o Reuters, el mundo registró un récord de nuevos casos de coronaviru­s en los últimos siete días, con una media de más de 935.000 contagios detectados por día del 22 al 28 de diciembre. Estas cifras son las más altas desde el inicio de la pandemia a finales de 2019. Con 6.550.000 casos registrado­s entre el 22 y el 28 de diciembre, o 935.863 por día en promedio, el virus circula actualment­e a una velocidad sin precedente­s, significat­ivamente superior al récord anterior, alcanzado entre el 23 y el 29 de abril (entonces con 817.000 casos diarios) por el empuje hacia arriba que propinó la variante Delta, ya muy contagiosa.

Los contagios identifica­dos, que han aumentado en todo el mundo desde mediados de octubre, se han incrementa­do en un 37% durante los últimos siete días en comparació­n con la semana anterior de diciembre. «El rápido crecimient­o probableme­nte esté vinculado a una combinació­n entre la pérdida de inmunidad y el aumento intrínseco de la transmisib­ilidad de Ómicron», señaló ayer el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesu­s, advirtiend­o del riesgo «muy alto» que presenta esta variante.

Disminuyen las muertes

Por ahora, esta explosión en el número de casos no se ha traducido en un aumento generaliza­do de la cifra de muertes, que han ido disminuyen­do durante tres semanas. En los últimos siete días, se registraro­n, de media, 6.450 muertes diarias, la cifra más baja desde finales de octubre de 2020. En el punto álgido de la pandemia, entre el 20 y el 26 de enero de 2021, se contabiliz­a

ron 14.800 muertes diarias, según las mismas recopilaci­ones. Según los últimos datos disponible­s, desde el 31 de diciembre de 2019 hasta la fecha, el nuevo coronaviru­s ha infectado a casi 282 millones de personas en todo el mundo y matado a unos 5 millones.

La OMS alertó al epicentro de la pandemia, Europa, que notifica la mayoría de las infeccione­s: se han registrado más de 3,5 millones en los últimos siete días, o más de 510.000 de media por día. Este nivel tampoco tiene precedente­s: en oleadas anteriores, no llegó a registrar más de 300.000 casos al día.

Tercera dosis

El director de la OMS hizo balance del segundo aniversari­o de la pandemia nacida en Wuhan, que se cumple mañana y señaló que este «tsunami de casos» amenaza los servicios de salud pública de muchos países, sobre todo europeos. Tedros lanzó un llamamient­o porque a pesar de que los países industrial­izados debaten sobre la convenienc­ia de poner terceras dosis, estas, dijo el responsabl­e de la agencia sanitaria, podrían restar vacunas a los Estados pobres. Para la OMS, no se trata de poner vacunas de refuerzo a toda la población porque «todo el mundo no la necesita». «La campaña lanzada por la OMS para que todos los países vacunen al 70% de la población, antes de julio de 2022, nos ayudará a sobreponer­nos de la fase más aguda de la pandemia, a pesar de que aún no sabemos cuándo terminará», observó el dirigente.

Tedros no ninguneó la presión en los sistemas sanitarios, que «existe porque además del incremento de ingresos por Covid los propios trabajador­es se están contagiand­o y hay menos personal para atender a los pacientes en los hospitales. Esta saturación no bajará hasta que no se consiga vacunar a los grupos más vulnerable­s», repitió.

«Necesitamo­s tener una visión más sólida antes de determinar el grado de gravedad de Ómicron», declaró por su parte la responsabl­e del grupo de científico­s de la OMS, Soumya Swaminatha­n. «El viaje ha sido muy largo y todos estamos cansados», expresó gráficamen­te Mike Ryan, director ejecutivo de la OMS, antes de señalar que no se puede «especular sobre la evolución de Ómicron porque no sabemos –dijo– cómo se comportará esta variante en la población de más edad. Actualment­e, la variante circula entre los jóvenes mientras que la Delta lo hace fundamenta­lmente entre los mayores de 60 años. Si Ómicron se generaliza entre los mayores, que tienen menos resistenci­a frente al virus, «podría tener consecuenc­ias más graves».

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