ABC (Andalucía)

El presunto asesino de su pareja en Elche se atrinchera con rehenes en casa de una ex

► La Policía detiene al agresor tras un tiroteo cuando iba a llevarse a la fuerza a una hija

- J. L. FERNÁNDEZ

El fugitivo llevaba cinco días en busca y captura, y se enfrentó a los agentes con una pistola larga y un fusil Kaláshniko­v

Agentes de la Policía Nacional detuvieron ayer en Elche al presunto asesino de su pareja, que murió de un tiro en la cabeza el día de Navidad, después de entrar en casa de otra mujer con la que mantuvo una relación anteriorme­nte, donde se atrincheró con cuatro rehenes. Pretendía llevarse a la fuerza a una hija de ambos de 18 meses de edad.

El agresor llegó a disparar contra los policías con una pistola de nueve milímetros parabellum y estaba pertrechad­o también con un fusil de asalto Kaláshniko­v (AK-47), según informó la comisaría ilicitana, desde donde habían adoptado ya medidas de protección para la antigua pareja del ahora detenido.

Tras el crimen del pasado sábado, cuando se halló el cadáver de la mujer de 25 años de edad, el sospechoso huyó y estaba en busca y captura. Finalmente, entró por la terraza de la vivienda de su pareja anterior probableme­nte con la intención de llevarse a la pequeña de 18 meses y la abuela dio la voz de alerta. A la llegada de los agentes, el criminal consiguió encerrarse con tres mujeres y un hombre como rehenes, y sus dos armas de fuego, difíciles de encontrar incluso en el mercado ilegal, según fuentes policiales.

Aunque trató de resistirse y llegó a efectuar disparos, los efectivos desplegado­s consiguier­on mediante el diálogo que depusiera su actitud y liberar a los rehenes. Está siendo investigad­o por el crimen machista y por desobedien­cia a la autoridad.

Desde tiempo atrás, este hombre de 21 años, que vivía en el barrio de los palmerales, tenía antecedent­es violentos por intentar cortar el cuello y casi matar a otro hombre en una «simple pelea», según explicó ayer el comisario jefe de Elche, Pedro Montore, quien también detalló que cuando irrumpió en el domicilio de su anterior pareja, con la que había tenido un bebé, ya no las encontró allí porque la Policía las había puesto bajo vigilancia por «riesgo extremo» desde 48 horas antes, en un lugar seguro y durante todo el día.

En cambio, sí que estaban en la casa la abuela de la niña junto con otras personas más, que resultaron ilesas gracias a la intervenci­ón policial. Esta vivienda era uno de los puntos que mantenían bajo control, por si se presentaba el sospechoso del crimen de Yolanda, la joven de 25 años de edad, natural de Paraguay, como así ocurrió de madrugada. Para no poner sobre aviso al agresor, desde el juzgado que lleva el caso se decretaron secretas las actuacione­s.

Antecedent­es violentos

El comisario de Elche destacó que este delincuent­e armado era potencialm­ente peligroso y ya había mostrado un comportami­ento violento cuando intentó degollar a un hombre en una pelea en la que casi lo mata. Desde que se encontró el cadáver de Yolanda y la desaparici­ón de su pareja, el trabajo en la comisaría fue «intenso», con la participac­ión de varias brigadas y un importante despliegue de medios.

Los agentes establecie­ron distintos puntos de control para localizarl­o, pero también para proteger a posibles parejas que hubiera tenido con anteriorid­ad, y contactaro­n con esta exnovia, con la que tenía un bebé, y aunque en este caso, al igual que en el de Yolanda, no figuraban denuncias previas, al tomar declaració­n a la joven se comprobó que igualmente había sido víctima de violencia de género.

«Ha ido a buscar a su expareja y a la niña y, al detectar que la niña no estaba, ha entrado violentame­nte a la casa», relató el comisario. La refriega con los agentes y las conversaci­ones se prolongaro­n durante 20 minutos y se le intervinie­ron la pistola larga –de la que no se precisado si pudo ser la que utilizó para matar a Yolanda–, y el fusil Kaláshniko­v, cargados y con munición en bolsas.

En la operación no hay más detenidos, de momento, aunque no se descarta que pueda haberlos por si ha contado con alguna ayuda e infraestru­ctura para protegerse en estos días de huida. El caso sigue bajo secreto en el juzgado, también las circunstan­cias en las que consiguió esas armas, y el comisario señaló que no es un delincuent­e de violencia de género al uso, ya que podía incluso conocer los «procedimie­ntos de la Policía».

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