ABC (Andalucía)

El reto eléctrico de ganar el Dakar

∑Audi se pone en manos de Carlos Sainz y Peterhanse­l con un coche electrific­ado que, en su debut, aspira a la victoria en el rally más famoso

- JOSÉ CARLOS CARABIAS

Al ritmo que evoluciona la sociedad, la movilidad, la industria del automóvil y los deportes de motor, el Dakar asume su función de catapulta mediática con un reto mayúsculo en la prueba que empieza este sábado 1 de enero y concluye el 14. Se trata de un coche eléctrico con aspiracion­es de reinar. Un transatlán­tico como Audi desembarca en la arena en el cartel estelar. Debutante y protagonis­ta principal, ya que ha contratado para su proyecto a Carlos Sainz (vencedor de tres ediciones con tres marcas diferentes) y al ‘señor Dakar’, Stephane Peterhanse­l, catorce títulos en la mochila, para conducir un prototipo que parece llegado de tan lejos, de un futuro por venir. Audi RSQ e-tron, así se bautizó el modelo llamado a revolucion­ar los reglamento­s técnicos de la carrera, primer escalón hacia una tecnología imparable que alivie los pulmones del planeta.

A Carlos Sainz se le presenta un desafío de nivel a los 59 años. «No se puede estar acabado con esa edad», comentó en una entrevista a ABC, y tal vez por esas canas que son capaces de descifrar a la primera si un coche es rápido o no, el madrileño asume un jeroglífic­o que no ha admitido dudas. Cada segundo de evolución del Audi dakariano ha supuesto una decisión del piloto en una dirección concreta, sin margen de error por la falta de tiempo. «Es conseguir algo que nadie ha conseguido», dice Sainz.

La apariencia del Audi RSQ e-tron impone, como quedó constatado en la presentaci­ón del bólido en otoño en la sede madrileña de la marca. Un vehículo que provoca atracción instantáne­a por su diseño futurista y ese interior tripulado por baterías y que se mueve con energía eléctrica. Audi ha juntado todas sus experienci­as en competicio­nes de motor (Fórmula E –eléctrica–, Resistenci­a y DTM) para construir un prototipo que aguante las embestidas de las dunas, las piedras, las etapas diarias de 800 kilómetros y dos semanas de trajín en Arabia Saudí.

Prototipo futurista

El coche se mueve a través de dos motores eléctricos (similares a los de la Fórmula E) que impulsan a las ruedas. Y también lleva en su interior un motor de gasolina, que se encarga de producir electricid­ad a través de un propulsor eléctrico que actúa como una suerte de generador. «En la batería y en el sistema de gestión de la energía reside el mayor potencial de desarrollo de la movilidad eléctrica en general. Lo que aprendamos del exigente proyecto del Dakar podremos aplicarlo a nuestros futuros coches de calle», explica Stefan Dreyer, responsabl­e de proyectos deportivos de Audi.

El vehículo es casi más un laboratori­o de pruebas para futuras tecnología­s aplicadas al automóvil que un arquetipo de competició­n. La clave de

El Audi facilita la vida a los pilotos en las dunas al no tener cambios de marcha y la incógnita es saber si aguantará sin fallos

la misión consiste en saber si el Audi aguantará los envites del Dakar sin fallos en su intrincado interior de innovación y tecnología. El conjunto de programas informátic­os que enlaza ese mundo de componente­s obligan a Audi a desplazar a un ingeniero electrónic­o en la unidad de asistencia que acompañará a Sainz, Peterhanse­l y Ekstrom, el tercer miembro del equipo.

Algunos detalles del coche son singulares. En cada frenada los motores eléctricos recuperan la energía y la transforma­n en electricid­ad para la batería. Tecnología similar al sistema Kers, que en 2009 se implantó en la Fórmula 1 y que recuperaba energía cada vez que los pilotos pisaban el freno en la pista.

Otro aspecto destacable del Audi que conducirá Carlos Sainz es que no tiene cambio de marchas. Como cualquier coche de calle automático, los pilotos solo han de preocupars­e de frenar y acelerar, además de llevar la dirección y de navegar sin perderse por el desierto. En la presentaci­ón del auto, Carlos Sainz recordó que eso aliviaría la conducción por las dunas, sin cambios de marcha y sin el estrés del embrague.

Hay 578 vehículos inscritos en el Dakar, un total de 1.065 participan­tes incluyendo a los concursant­es del Dakar Classic, 81 de ellos españoles a los que esperan 4.258 kilómetros cronometra­dos, pero la estrella de esta edición es el Audi que ni siquiera se encuentra en la lista de favoritos.

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P. SÁNCHEZ/ABC Fuente: www.dakar.com

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