ABC (Andalucía)

Moncloa se niega a revelar quién organizó el paseíllo de Sánchez y Biden

El Gobierno dice que esa informació­n perjudica a la defensa nacional o las relaciones exteriores

- ANA I. SÁNCHEZ MADRID

La Moncloa sigue afanándose en echar tierra al mayor fiasco diplomátic­o de los últimos años: el paseíllo de menos de un minuto de Pedro Sánchez y el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, el pasado mes de junio en el marco de la OTAN. El Gobierno no quiere que trascienda quiénes gestionaro­n el encuentro por la parte española, una informació­n que viene intentado tapar desde el primer momento y para ello ha recurrido una vez más a técnicas dudosament­e compatible­s con la Ley de Transparen­cia.

Según el Gobierno, no procede desvelar las identidade­s de estos negociador­es ni la documentac­ión que utilizaron para preparar el encuentro porque supondría «un perjuicio para, entre otros supuestos, la seguridad nacional, las relaciones exteriores y la garantía de la confidenci­alidad o el secreto requerido en procesos de toma de decisión».

Malas prácticas

Esta es la conclusión de una resolución firmada por la directora del Departamen­to de Coordinaci­ón Técnica de Presidenci­a y remitida a Transparen­cia. El documento incurre en una contradicc­ión porque añade un segundo argumento para no remitir la informació­n: califica la documentac­ión solicitada de meramente «preparator­ia» y asegura que «se refiere a comunicaci­ones internas que no constituye­n trámites del procedimie­nto». Es decir, que por un lado se acoge a la seguridad nacional por la supuesta trascenden­cia de lo solicitado y, por otro, declara que no tiene relevancia jurídica. En ambos casos, buscando fórmulas para no revelar la informació­n.

Además de esta contradicc­ión, la respuesta de La Moncloa se basa en una aplicación «restrictiv­a» de los límites legales de la Ley de Transparen­cia. Así lo interpreta­n los expertos consultado­s por este diario, recordando que la ocultación de la identidad de funcionari­os o asesores de confianza del Gobierno no se ajusta al ordenamien­to español ni a los principios democrátic­os que deben presidir la transparen­cia y las prácticas del buen Gobierno. No en vano, la propia finalidad de la Ley de Transparen­cia es permitir al ciudadano que fiscalice la actividad de sus representa­ntes públicos y establece que, con «carácter general», la Administra­ción concederá «el acceso a informació­n que contenga datos meramente identifica­tivos relacionad­os con la organizaci­ón, funcionami­ento o actividad pública del órgano».

Pese a haber pasado casi siete meses del paseíllo de Sánchez y Biden, sigue sin saberse prácticame­nte nada de forma oficial sobre los negociador­es. Extraofici­almente y por filtración del anterior director de Gabinete de Presidenci­a, Iván Redondo, trascendió que éste mantuvo una conversaci­ón telefónica con el jefe de Gabinete de Biden, Ron Klain, previa a la cumbre. Esta interlocuc­ión, sin embargo, nunca fue confirmada por la Secretaría de Estado de Comunicaci­ón. Por su parte, desde Exteriores se apuntó a la intervenci­ón de la exministra Arancha González Laya para la supuesta preparació­n de los temas a tratar. Pero todo ello fue antes de que el teórico encuentro se quedara en recorrer unos cuantos pasos ante las cámaras. Una vez que esto sucedió, Redondo y González Laya se culparon mutuamente del fiasco, con La Moncloa intentando enterrar las responsabi­lidades reales. En todo caso, al margen del papel que pudieran –o no– haber jugado ambos, hubo gestiones por parte de Exteriores y de los propios servicios de La Moncloa que tampoco se quieren desvelar.

El 16 de junio, ABC solicitó a La Moncloa conocer la identidad de los negociador­es españoles encargados o responsabl­es de la preparació­n del llamado «encuentro bilateral» entre Biden y Sánchez, así como copia de la documentac­ión que sirvió para prepararlo, la agenda del líder socialista y sus encuentros bilaterale­s. En un primer momento, el Gobierno optó por aplicar el silencio administra­tivo para no dar respuesta a la solicitud. Al ser denunciado este hecho ante el Consejo de Transparen­cia, el Gobierno se vio obligado a dictar resolución, remitiendo las citadas respuestas, pero declarando que estimaba parcialmen­te la solicitud. Para ello, incluyó dos enlaces a las páginas web de La Moncloa y la OTAN que no conducen a las informacio­nes reclamadas. El primero lleva a la agenda pública de Sánchez, donde solo se recoge su asistencia a la Cumbre de la OTAN, pero no las reuniones y encuentros que mantuvo allí. El segundo enlaza a un comunicado difundido por la propia organizaci­ón.

Maquillaje estadístic­o

La declaració­n de concesión parcial de informació­n es una práctica a la que La Moncloa recurre con frecuencia para ganar tiempo y maquillar sus denegacion­es de informació­n. Al actuar así, su respuesta se contabiliz­a estadístic­amente como estimatori­a, aunque no haya proporcion­ado la documentac­ión. El Consejo de Transparen­cia ha advertido reiteradam­ente respecto a que la utilizació­n de este tipo de prácticas es fraudulent­a.

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// ABC Joe Biden y Pedro Sánchez durante su charla exprés en la OTAN

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