El Gobierno alemán anuncia una rebaja fiscal de 30.000 millones
«Nadie debe arruinarse por deudas fiscales durante la pandemia», según Lindner
El ministro alemán de Hacienda, Christian Lindner, ha felicitado el año a los contribuyentes con el anuncio de una reducción de impuestos a ciudadanos y empresas de más de 30.000 millones de euros en los próximos años. También promete medidas de ayuda para las empresas que se han visto gravemente afectadas por la crisis causada por la pandemia.
«El Presupuesto de 2022 todavía está conformado por el Gobierno anterior, pero mi borrador para 2023 contendrá ya el alivio», ha adelantado el líder del Partido Liberal (FDP) en su primera entrevista en el cargo, concedida a ‘Bild am Sonntag’.
Esta rebaja fiscal afectará sobre todo a los impuestos relacionados con las contribuciones al seguro de pensión y contendrá la supresión del recargo EEG sobre el precio de la electricidad.
«En este periodo legislativo vamos a aliviar a las personas y las empresas medianas en significativamente más de 30.000 millones de euros», ha definido Lindner, que anuncia una nueva «ley de impuestos coronavirus» basada en la descarga fiscal de pymes, autónomos y familias. «Se crearán o ampliarán una serie de medidas de ayuda», ha añadido sobre su estrategia, y ha señalado que las pérdidas para las arcas del Estado en 2022 y 2023 deberían compensarse con las ganancias de años anteriores en los que Alemania registró reiteradamente superávit.
Poco margen en 2022
«Nadie debería arruinarse por las deudas fiscales durante la pandemia», formula el principio rector de su política, al tiempo que insta a los demás ministros del Gobierno de la «coalición semáforo», liderados por el socialdemócrata Olaf Scholz, a ser más ahorrativos que nunca. «El margen de maniobra es estrecho en 2022», advierte, por eso señala a sus colegas de gabinete que «prioricen sus proyectos y pongan a prueba los gastos anteriores».
El freno de la deuda, que figura en la Ley Fundamental alemana y ha sido temporalmente suspendido para afrontar las consecuencias económicas de la pandemia, volverá a aplicarse a partir de 2023, «de modo que solo se podrá distribuir la prosperidad que se generó anteriormente».
En estas declaraciones hay una velada crítica al resto de los ministros alemanes que, desde que juraron sus cargos el pasado 8 de diciembre, han contratado ya a más secretarios de Estado que nunca antes en la historia de la República Federal, 37 más que el antiguo Gobierno, lo que ha ocasionado una primera queja pública de la Federación Alemana de Contribuyentes.
Lindner se propone reducir los gastos estatales de dudosa necesidad. A modo de ejemplo, ha solicitado ya el abandono de la construcción prevista de una oficina gubernamental representativa en el aeropuerto de Berlín BER, con un coste de 50 millones de euros . «No considero necesario un nuevo edificio representativo para invitados y visitas oficiales y espero que el Ministerio de Relaciones Exteriores cambie su opinión», ha dicho.
Con este anuncio, Lindner da varios pasos más allá del acuerdo de coalición con socialdemócratas y verdes, que recogía la intención de no elevar los impuestos pero no decía nada acerca de rebajas fiscales, de modo que consiguió dejar en tablas la discusión interna sobre materia fiscal. «Ya antes de las elecciones dije que nuestra propuesta de rebajar impuestos no tiene que realizarse de inmediato. Lo decisivo es que después de una década en que la carga fiscal y la burocracia han aumentado haya ahora un cambio de paradigma y entremos en alivios y reducción de la burocracia», justificó entonces Lindner la concesión.
Para conseguir los fondos propone una reducción de subvenciones que apunta concretamente a la industria automovilística y usar empresas con participación estatal, como Deutsche Telekom, como palancas para impulsar inversiones.