Alemania y Austria también se desmarcan del aval europeo a la energía atómica y el gas
Los planes de la Comisión Europea de clasificar la energía nuclear como tecnología sostenible también chocaron ayer con el rechazo del Gobierno alemán, expresado por la ministra de Medio Ambiente, Steffi Lemke, y el responsable de Economía, Robert Habeck, ambos del partido Los Verdes. El Gobierno de Austria, por su parte, incluso amenaza con entablar una demanda contra el cambio.
«Creo que es absolutamente incorrecto que la Comisión tenga la intención de incluir la energía nuclear en la clasificación de la UE para actividades económicas sostenibles», dijo ayer Lemke, por tratarse de una forma de energía que podría conducir a «desastres ambientales devastadores y que deja grandes cantidades de desechos peligrosos y altamente radiactivos por miles de años, por lo que no puede ser sostenible». «Las propuestas de la Comisión diluyen la buena etiqueta de sostenibilidad», dijo Habeck, que además de ministro de Economía es también titular del Clima.
«Desde nuestro punto de vista, no hay aprobación posible. En cualquier caso, es cuestionable si este lavado (de imagen) verde tendrá aceptación en el mercado financiero», añadió. Tras el desastre de Fukushima, Merkel decidió en 2011 adelantar a 2022 el fin de la energía nuclear en el país, de manera que el viernes pasado fueron apagados los reactores de Brockdorf, Emslamd y Gröhnde y está previsto que el último día de 2022 cierren las tres últimas centrales de Neckarshaim 2, Isar y Gundremingen C. Si ahora la energía nuclear pasa a ser considerada sostenible, Alemania, que está realizando un gran esfuerzo presupuestario en el desarrollo de las sostenibles, probablemente se vería obligada a importar energía nuclear más barata y financiaría los reactores de los países vecinos.
Junto a alemanes y españoles, un tercer país, Austria, anuncia oposición al proyecto. «Es una acción de noche y niebla», criticó la ministra de protección climática, la también verde Leonore Gewessler. «El momento de la publicación (la noche del 31 de diciembre) por sí solo muestra que la propia Comisión obviamente no está convencida de su decisión», reprochó. Ha encargado un dictamen jurídico al reconocido bufete de abogados Redeker Sellner Dahs y advierte que Austria no rehuirá emprender acciones legales.