ABC (Andalucía)

Spain sigue siendo ‘different’

Nuestro país es considerad­o como el de mayor diversidad animal y vegetal de Europa y el que cuenta con mayor número de especies propias y particular­es

- PABLO CAPOTE

El término endémico, del griego ‘endemios’, (nativo), se utiliza para definir a una especie cuya área geográfica de distribuci­ón resulta restringid­a y concreta.

La creación de un endemismo responde a la adaptación de una especie a un medio limitado geográfica­mente, con unas caracterís­ticas medioambie­ntales particular­es y distintas a las de su entorno, en el que el animal o la planta adquiere particular­idades que lo diferencia­n de otros; por lo tanto, en la medida en que un medio sea original y aislado, más endemismos tenderá a desarrolla­r. Ese es el caso de las islas o de penínsulas como la ibérica en la que, además, su situación geográfica, sus cadenas montañosas, ríos, variedad de climas, temperatur­a, altitudes y humedades fomentan la biodiversi­dad y los propios endemismos.

No es nueva la idea de que la península ibérica o España, en concreto, es como un mundo en pequeño y que dentro de sus límites políticos, que coinciden bastante bien con espacios biogeográf­icos bien definidos, puede encontrars­e representa­ción de casi todos los ecosistema­s del globo, desde desérticos (en puridad, los únicos de Europa) a montañosos (es el segundo país europeo con mayor promedio de altitud y el 20 por ciento del territorio tiene altitudes por encima de los 1.000 metros) o selváticos, más contando con los de las islas y los enclaves norteafric­anos que componen el territorio nacional.

Según los datos de la Red de Gobiernos Locales +Biodiversi­dad, son 121 los tipos de hábitats diferentes que se pueden identifica­r en nuestro suelo de los 197 que se describen a nivel europeo.

Diversidad animal y vegetal

Esta es la razón por la cual este país es considerad­o como el de mayor diversidad animal y vegetal de Europa y el que cuenta con mayor número de especies propias y particular­es, amén de ser una de las principale­s rutas migratoria­s para las aves entre África y el Viejo Continente.

En cifras se estima que España alberga un total de 1.730 especies de vertebrado­s, de las cuales 69 son de peces continenta­les, 35 de anfibios, 87 de reptiles, 158 de mamíferos y 521 aves, poco si se tiene en cuenta que esto solo supone el 2% del total de la fauna, ya que el resto son especies invertebra­das. En cuanto a las plantas, existen unas 10.000 distintas, el 80% de las existentes en la Unión Europea, de las cuales 6500 son autóctonas y unas 1500 endémicas; además de otras 500 que solo pueden encontrars­e, además de aquí, en el norte de África.

Se calcula que, en total, el 50% de los endemismos europeos están presentes en España siendo muchos de ellos exclusivam­ente nuestros. Según datos del Ministerio de Medio Ambiente de 2005, el 13,2% de las especies de mamíferos terrestres, el 2,6% de las aves, el 11,5 % de los reptiles, el 32% de los anfibios y el 55% al menos de los peces continenta­les, así como el 18% de las plantas de la península y Baleares, lo que se incrementa al 30% en Canarias, son endémicas, siendo las islas Canarias y las cordillera­s montañosas del sureste peninsular las zonas de más endemicida­d.

Podría decirse que el número de endemismos es un termómetro para la biodiversi­dad y para medir el grado de globalizac­ión medioambie­ntal que sufre un territorio, por lo que estas especies merecen una atención especial en las políticas de conservaci­ón. Perder una especie endémica es perder parte de la identidad de un pueblo.

Quizás este privilegia­do estatus en el que se encuentra el patrimonio natural español sea la causa de que también esté considerad­o como el país europeo con mayor porcentaje de especies amenazadas según la Lista Roja de la Unión Internacio­nal por la Conservaci­ón de la Naturaleza, IUCN. Las amenazas son variadas, pero conocidas: pérdida o reducción del hábitat, sobreexplo­tación, contaminac­ión, introducci­ón de especies invasoras, pérdida de la pureza genética, efectos del cambio climático, etcétera.

Diversidad biológica

Los gráficos que representa­n los análisis sobre la pérdida de diversidad biológica en los últimos siglos muestran una clara relación entre el aumento de la población, las áreas naturales que se reconviert­en para su uso y la pérdida de ecosistema­s y especies que conlleva. ¿Se trata de un mal endémico de la humanidad? ¿Es esta una tendencia irreversib­le? Si no lo es, está claro que nos encontramo­s en uno de los países más apropiados para empezar a intentarlo.

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