ABC (Andalucía)

España recibió oficialmen­te casi 42.000 inmigrante­s irregulare­s

∑ Interior cierra el balance provisiona­l de 2021 sin contar las diez mil personas que se colaron en Ceuta

- CRUZ MORCILLO

La Policía Nacional no tiene aún las cifras. Esa es la razón, según fuentes de Interior, de que transcurri­dos más de siete meses no conste de forma oficial cuántos inmigrante­s se colaron en Ceuta durante las dos jornadas de ‘puertas abiertas’ de mayo. Ayer, el ministerio que dirige Fernando GrandeMarl­aska ofreció un balance sobre inmigració­n irregular –aún provisiona­l– en el que siguen sin aparecer unas diez mil personas.

Sin esos datos, las llegadas irregulare­s por vía marítima y terrestre a España durante 2021 ascienden a 41.632 personas, solo 164 más que en el año de la pandemia. Pero, como se ha dicho, esa cifra no es real, puesto que los datos oficiales de la avalancha no existen. En el informe se especifica que no están recogidos. Tampoco las llegadas de los tres últimos días de diciembre, que sí se sabrán la próxima semana.

En el apartado destinado a las llegadas a Ceuta y Melilla por vía terrestre, se aclara con un asterisco que faltan esas entradas de mayo, que darán un vuelco a los números cuando finalmente se contabilic­en. Ahora consta que a las dos ciudades autónomas accedieron 1.797 personas sin papeles, frente a las 1.674 de 2020, es decir, solo 123 más. De ellas 705 tenían como destino Ceuta, un 164 por ciento por encima del año anterior.

De forma extraofici­al se ha apuntado desde mayo que los días 17 y 18 burlaron la frontera ceutí alrededor de diez mil personas, en dos jornadas límite con rescates en el agua ‘in extremis’ y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad desbordada­s. No se sabe con exactitud ni cuántos llegaron ni cuántos han permanecid­o en España después de las devolucion­es en grupos que se hicieron en los días siguientes.

En los balances quincenale­s que publica el ministerio (el último que llega hasta el 28 de diciembre también lo es), las explicacio­nes han ido variando. Desde finales de mayo, cuando era lógico que no se hubiera podido cerrar el trabajo estadístic­o por lo reciente de la crisis, se hacía un inciso en los informes con asterisco: «Los datos relativos a Ceuta no han podido ser actualizad­os, ya que los mismos se encuentran bajo análisis y tratamient­o».

Esa aclaración –incluida una y otra vez en el apartado de entradas por Ceuta– se mantuvo hasta octubre en la estadístic­a oficial. Desde entonces y hasta el último balance quincenal se añade otra coletilla en el mismo sentido: «Los datos relativos a Ceuta no recogen la entrada de inmigrante­s irregulare­s que se produjo los días 17 y 18 de mayo». Las palabras análisis y tratamient­o han desapareci­do. Desde el ministerio insisten en que en los primeros días tras la avalancha muchos optaron por volver a Marruecos sin que se tuviera siquiera constancia oficial de que se habían colado cuando las fuerzas policiales marroquíes abrieron la frontera. Y admiten, además, que algunos de esos inmigrante­s volvieron a entrar de nuevo –o a intentarlo– en Ceuta, por lo que es «casi imposible tener una cifra exacta», una radiografí­a de la gran crisis bilateral con personas como moneda de cambio. Con el año nuevo sigue sin haber un mapa concreto de lo ocurrido.

La radiografí­a de la inmigració­n irregular de 2021 evidencia que las llegadas por vía marítima a la Península y Baleares en pateras y cayucos se mantienen estables, con un ligero crecimient­o del 2,6 por ciento. Entraron por esa vía 16.991 inmigrante­s, 431 más. Y Canarias, que a finales del año pasado vivió una oleada de embarcacio­nes propia de la década anterior, registró también una mínima variación: 22.200 personas accedieron a sus costas, 480 menos que en 2020, lo que significa que las islas registrand­o la mayor presión migratoria. Más de la mitad de todos los ‘sin papeles’ irregulare­s utilizaron la ruta atlántica.

Cerca de 4.500 muertos

Es una ruta asesina. Y así lo ha denunciado la ONG Caminando Fronteras, que cifra en 4.404 los muertos y desapareci­dos en pateras durante el año pasado, un triste récord que supone un 103% más que en 2020, cuando la ONG contabiliz­ó 2.170 muertes. De las víctimas del mar el año pasado, 4.016 perdieron la vida en la ruta canaria en un total de 124 naufragios. Caminando Fronteras considera que la crisis diplomátic­a entre España y Marruecos ha tenido incidencia en estos naufragios; denuncia que se han usado embarcacio­nes muy precarias y rutas más peligrosas. Los traficante­s de personas, ajenos a la pandemia, siguen haciendo su agosto.

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// EP Miles de inmigrante­s llegaron a nado a la playa del Tarajal en Ceuta, a mediados del pasado mayo

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