Ómicron suma otro millón de contagios en Estados Unidos y paraliza el país
∑Ya son 15.000 los vuelos cancelados desde Navidad y muchas ciudades aplazan la reapertura de colegios ∑Biden implora a los norteamericanos que se vacunen y dice que hay razones «para preocuparse pero no alarmarse»
Más de 15.000 vuelos cancelados desde navidad por bajas entre el personal por coronavirus. Reducción del servicio de metro y autobús en Nueva York y otras grandes ciudades. Miles de clases canceladas o en remoto por lo contagioso de la variante dominante ómicron. Más de 100.000 hospitalizados y, por encima de todo, más de un millón de infectados por Covid al día, un récord histórico que obligó este martes al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, a dirigirse a la nación para calmarla.
De nuevo, EE.UU. se ha convertido en el epicentro de la pandemia, por un cóctel ominoso de alto contagio de la nueva cepa del virus, aun entre los vacunados, y el intento de volver a la normalidad en los viajes navideños. Las nuevas restricciones de Biden —todos los viajantes que lleguen a EE.UU. deben tener un test de antígeno o PCR hecho un día antes del vuelo, todos los extranjeros deben haber sido vacunados— no han impedido una explosión de los contagios durante las fiestas.
A pesar de la escasez de pruebas rápidas y PCR, los diagnósticos han llegado en EE.UU. a cotas nunca antes vistas. El lunes de detectaron exactamente 1,08 millones de casos, aunque las muertes no han aumentado notablemente, y se mantienen en unas 1.600 por jornada, según datos amasados por la universidad de Johns Hopkins de Baltimore. Lo más preocupantes es que esos cómputos no incluyen los datos de seis de los 50 estados, que no informaron de contagios y fallecimientos el lunes.
El presidente Biden se reunió este martes de urgencia con sus asesores sanitarios para tratar de atajar la crisis, que ha doblegado a una Casa Blanca que no contaba con unas cifras tan exorbitantes y unos efectos tan graves para la economía del país. El gobierno dijo que ha adquirido 20 millones de tratamientos de Paxlovid, la nueva pastilla de Pfizer para tratar los síntomas del coronavirus, que no cuenta con tener plenamente en el mercado hasta dentro de unos meses.
El presidente imploró a los norteamericanos que se vacunen —hay un 15% que se resiste, según el censo— y dijo que entre los inmunizados hay razones «para preocuparse, pero no para alarmarse» por este brote de contagios.
El mayor caos se está viviendo en los aeropuertos de EE.UU., por la incapacidad de las aerolíneas de dotarse del personal necesario para operar vuelos nacionales e internacionales. Las bajas entre personal de cabina y de tierra obligaron el lunes a cancelar 3.000 rutas, una cifra agravada por un frente de tormentas que barrió parte del país el domingo y lunes. Desde el día de Nochebuena, los vuelos cancelados son 15.000, lo que ha impedido el regreso a casa de las fiestas de numerosos estadounidenses que pensaron que estas fiestas se podría vivir cierto retorno a la normalidad.
Muchos padres en EE.UU. se han encontrado con que las clases, a las que los niños debían volver el 3 de enero, han sido canceladas o, en menor número, trasladadas a formato
virtual, por el elevado índice de contagios y las bajas entre profesores. Estas cancelaciones han afectado a todo el país, pero sobre todo a grandes áreas metropolitanas como Nueva York o Chicago.
Es cierto que las autoridades locales han intentado mantener las clases en la medida de lo posible. El nuevo alcalde de Nueva York, Eric Adams, que tomó posesión del cargo el 1 de enero, obligó a las escuelas municipales a abrir después de la nevada del lunes, con un millón de alumnos, que debían presentar resultados negativos de tests de antígenos hechos en casa. Eso no pudo impedir numerosas cancelaciones. En Los Ángeles, la reapertura de las escuelas, con 600.000 estudiantes, se aplazó temporalmente al 11 de enero.