El presidente de Kazajistán cesa al Gobierno tras la subida del gas

En medio de una ola de protestas que comenzó el pasado domingo a causa de la subida de los precios del gas, el presidente de Kazajistán, Kasim-Zhomart Tokáyev, decidió ayer destituir a todo el Gobierno. Los desórdenes comenzaron el día 2 de enero en las ciudades de Aktáu, a orillas del mar Caspio, y Zhanaozén, ambas situadas en la parte suroeste del país. La revuelta se extendió después a Almatí, situada en el extremo sureste de Kazajistán, principal centro económico y antigua capital.

La disposición firmada por Tokáyev acepta la dimisión del Ejecutivo, que en realidad fue cesado de forma fulminante, nombra primer ministro en funciones a Aliján Smaílov, en sustitución de Askar Mamín, y pide al resto del Gabinete permanecer en sus puestos hasta la formación de un nuevo Gobierno.

El jefe del Estado ordenó además establecer un férreo control sobre los precios del gas y abrir una investigación para determinar por qué se dispararon. Se decretó también el estado de emergencia en las zonas afectadas por los disturbios durante dos semanas, hasta el 19 de enero. La medida incluye el toque de queda.

Según el Ministerio del Interior de esta antigua república soviética, más de 200 personas han sido detenidas, 137 agentes resultaron heridos y 37 vehículos seriamente dañados. Se informó también de 40 hospitalizados. Los servicios de mensajería de Telegram y WhatsApp dejaron de funcionar el martes por la noche después de que Tokáyev se dirigiera a la población para llamar al cese de la protesta.