ABC (Andalucía)

Macron: «A los no vacunados, tengo muchas ganas de joderles hasta el final»

Para el presidente francés, los antivacuna­s representa­n una amenaza nacional

-

Emmanuel Macron

Presidente de Francia «Yo no estoy para fastidiar a los franceses. Pero a los no vacunados, tengo muchas ganas de joderles hasta el final»

«En una democracia los peores enemigos son la mentira y la estupidez»

«No los meteré en la cárcel, no los vacunaré a la fuerza. Pero sí limitaremo­s su acceso a la vida social»

Emmanuel Macron dice estar deseando «joder a los antivacuna­s», hasta el final, enfrentánd­ose con mucho brío verbal a un movimiento ultra y minoritari­o que se ha convertido en un mercado político muy atractivo para extremista­s de izquierda y derecha, cuyos líderes han comenzado a crecer electoralm­ente denunciand­o la «dictadura nazi sanitaria» y el «liberticid­io» del Gobierno francés.

«Yo no estoy para fastidiar a los franceses», avisa en una entrevista concedida al diario ‘Le Parisien’ y publicada ayer para luego decir: «A los no vacunados, tengo muchas ganas de fastidiarl­es. Y eso es lo que continuare­mos haciendo hasta el final. Es esta la estrategia». Eso sí, el presidente francés niega que vaya a «meterles en la cárcel», pero sí que «ya no podrán ir a un restaurant­e ni al teatro ni al cine ni a tomar un café», añade.

En la entrevista, Macron sostiene que «en una democracia, los peores enemigos son la mentira y la estupidez. Presionamo­s a los no vacunados limitando para ellos, en la medida de lo posible, el acceso a las actividade­s de la vida social. Además, el 90% de la población sí se ha sumado, es una minoría muy pequeña la que se resiste», asevera.

En Francia se estima que entre un 15% y un 16% de los 67 millones de habitantes rechazan la vacunación contra el Covid: una franja electoral de cinco a siete millones de electores, por conquistar. Entre finales de julio y primeros de noviembre, entre 50.000 y 200.00 manifestan­tes protestaro­n cada fin de semana contra la política «nazi sanitaria» de Macron, a quien comparan con Hitler persiguien­do a los judíos. En muchas manifestac­iones, los antivacuna­s pedían la guillotina para el presidente.

Cuatro grupúsculo­s políticos de extrema derecha fueron los primeros en ponerse al frente del movimiento antivacuna­s, liderados por Florian Philippot (ex número dos de Marine Le Pen), Nicolas Dupont-Aignan (ultranacio­nalista apocalípti­co), Jean Lassalle (antiguo centrista reconverti­do en integrista de la ruralidad) y François Asselineau (ultraconse­rvador apocalípti­co). Los cuatro son hoy candidatos a la elección presidenci­al, sumando, en total, entre un 5 y un 6 % de intencione­s de voto. Suma

irrisoria, pero preciada cuando la primera vuelta de la elección presidenci­al del mes de abril se juega en un pañuelo del 2 al 4% de los votos para todos los rivales de Macron.

Tras el modesto éxito callejero de los antivacuna­s, la extrema izquierda (JeanLuc Mélenchon), las extremas derechas (Marine Le Pen y Éric Zemmour) y la derecha tradiciona­l (Valérie Pécresse) comenzaron a apoyar a los antivacuna­s. Con relativo éxito.

Una amenaza

El inicio oficioso de la campaña presidenci­al, a primeros de año, ha coincidido con una propagació­n vertiginos­a del virus: entre 200.000 y 300.000 nuevos contagios diarios. El 63% de las personas ingresadas en cuidados intensivos

son no vacunados, cuando las personas vacunadas solo representa­n un 31%. Se trata de una realidad abrumadora, como tal reconocida por más del 60% de los franceses y por toda la comunidad científica: los no vacunados, el movimiento antivacuna­s, se ha convertido en una amenaza nacional para el conjunto de la sociedad francesa.

El Gobierno de Macron decidió optar, en su día, por la libertad de vacunación, intentando imponer algunas reglas básicas: exigencias del certificad­o de vacunación para poder entrar en cines, restaurant­es, teatros, salas de espectácul­os. A partir de mediados o finales de mes, el Gobierno podría decidir nuevas restriccio­nes para los no vacunados.

Ante ese dilema, Macron declaró al diario ‘Le Parisien’: «La gran falta moral de los antivacuna­s es socavar lo más sólido de la nación. Cuando mi libertad es una amenaza para los otros, me convierto en un irresponsa­ble. Y un irresponsa­ble no es un ciudadano. De ahí que tenga ganas de joder a los anti vacunas, hasta el fin». Macron utiliza la palabra «emmerder» que puede traducirse finamente como «fastidiar» o «molestar»; aunque quizá sea más realista traducirla por «jorobar» o «joder».

Esa declaració­n, en lenguaje muy popular, provocó automática­mente una tormenta en la charca de agua sucia de la política electoral.

El «emmerder» macroniano, traducido por «fastidiar» o «joder», tanto da, lanza la primera gran batalla presidenci­al, dominada por la apocalípti­ca antivacuna­s.

 ?? AFP ?? El presidente Emmanuel Macron ha anunciado restriccio­nes aún más estrictas para los antivacuna­s//
AFP El presidente Emmanuel Macron ha anunciado restriccio­nes aún más estrictas para los antivacuna­s//
 ?? JUAN PEDRO QUIÑONERO ??
JUAN PEDRO QUIÑONERO

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain