ABC (Andalucía)

Ómicron desata una cascada de bajas en pymes y servicios esenciales

► Los empresario­s temen que la eclosión de casos estrangule la economía durante un enero aciago ► Las mutuas computan más de medio millón de incapacida­des en diciembre, siete veces más que antes de la variante

- Con informació­n de A. G. Jerez, M. Villamedia­na, M. J. Pereira, T. Jiménez y M. Amorós E. MONTAÑÉS / N. MIRA / DELEGACION­ES ABC MADRID

Seguro que lo han notado. Miran a la silla de al lado y falta el compañero. O van a su farmacia o su bar de siempre, y no está la persona habitual que les dispensaba el medicament­o o el café. Eso, en el caso de que usted no sea uno de los casi 1,2 millones de personas que en estas últimas dos semanas han contraído el Covid en España. 646.715 personas en los últimos siete días.

Ómicron está diezmando las plantillas. Es lo que comunican desde patronales, pequeñas y medianas empresas y servicios esenciales. La Seguridad Social puso cifras el pasado martes a esa cascada de bajas: solo hasta el 23 de diciembre se tramitaron 240.011 bajas por incapacida­d temporal, el triple que en todo el mes de noviembre y siete veces más que en octubre; la Asociación de Mutuas de Accidentes de Trabajo (AMAT) lo eleva a 566.175 durante el mes de diciembre completo (un 632% más que en noviembre), aunque ha sido en las últimas semanas cuando el latigazo de la variante ha diezmado los equipos.

Desde la irrupción de Ómicron, reportada por primera vez en España el pasado 29 de noviembre, la pandemia entró en un nuevo escenario. Si en octubre el número de bajas por incapacida­d temporal debido al coronaviru­s marcó la cifra inferior de toda la emergencia sanitaria, la eclosión de casos como consecuenc­ia de su mayor transmisib­ilidad y su más rápido pronóstico clínico ha virado por completo el dato, y terminó 2021 con datos similares a los del mes de julio, de acuerdo con el mismo informe del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migracione­s.

Desde este Ministerio insisten en que el dato es similar al de otras oleadas, pero debido a la vacunación se ha acortado significat­ivamente la duración de esa inactivida­d. Así, en diciembre la prolongaci­ón media ha sido de 9,96 días, en comparació­n con los 12,6 del mes anterior o los 20 que se concedían en agosto de 2020, cuando comenzaba la segunda ola de la pandemia y el personal no estaba vacunado.

Fuentes de AMAT hablan de que el repunte de contagios ha derivado en un «auténtico tsunami de bajas laborales» y que al cierre de diciembre quedaban más de 340.000 procesos de baja en vigor, unos 40.000 más que en los peores momentos de la crisis sanitaria de marzo y abril de 2020.

Normalidad dentro del caos

Desde sectores como la hostelería en Madrid, aseguran que el coronaviru­s ha mermado más a las pequeñas y medianas empresas. Hay decenas de negocios particular­es que están en cuadro. Incluso, hay familiares sustituyen­do al dueño tras la barra, o tras la papelería repartiend­o entregas pactadas. El temor es ahora a una cuesta de enero mucho más empinada por Ómicron, a la que aún le quedan días de apogeo, que por la economía deteriorad­a. Desde la Federación Empresaria­l en Toledo aportan una descripció­n llamativa: «Hay normalidad en las plantillas dentro del caos absoluto».

Ómicron ha barrido por igual en todos los sectores esenciales. De una plantilla de 80.000 agentes de la Guardia Civil (en activo y reservas con destino), ahora mismo hay 3.600 infectados, informa el Instituto Armado. Fuentes sindicales también cifran que la tasa de agentes de la Policía Nacional afectados por la variante sudafrican­a es alta, el triple que entre la ciudadanía por su exposición al virus, agregan.

En el sector transporte­s, España no padece la afección que se ha recrudecid­o en otros países, puesto que todos los servicios tienen planes de contingenc­ia diseñados para estas graves incidencia­s y también porque, como en el caso de Metro de Madrid, la Navidad es un periodo (así como el verano) en que se ajustan los calendario­s para que no falle ningún servicio. Fuentes sindicales informan de que, por ejemplo en el suburbano de la capital, hay un centenar de maquinista­s que han comunicado la baja temporal por la enfermedad del coronaviru­s. No ha ocurrido lo mismo en el Metro de Bilbao, donde no es fácil encontrar conductore­s sustitutos con la cualificac­ión necesaria. En la plantilla están tratando de readaptar los turnos y está sobre la mesa pedir voluntario­s para suspender vacaciones y libranzas y garantizar el servicio.

Fuentes de Renfe cifraron en 14 los servicios que se vieron afectados justo ayer en todo el país, de un total de 4.000 circulacio­nes, menos afección –aseguran– que a finales de la semana pasada (cuando hubo un día que se suprimiero­n 53 servicios), la mayor parte de Cercanías, que es, por suerte, el servicio que en estas fechas menos se utiliza por las vacaciones navideñas. «Vamos lidiando con la enfermedad», aseveran fuentes ferroviari­as a este periódico; mientras que en la aerolínea Iberia el mensaje es el de que la tripulació­n afectada ha sido reemplazad­a con personas a las que han sacado del ERTE para cubrir los huecos. Iberia comenzó diciembre con un 17% de personas en ERTE, y lo acaba con un 4% por este motivo, aprecian desde la compañía a ABC.

En todos los sectores preguntado­s avalan que los enfermos por Ómicron se recuperan antes, dicen, en general, los sectores afectados, por lo que la vuelta es más temprana.

Sanitarios en cuarentena

Desde las mutuas y sindicatos como el de enfermería, Satse, o la Central Sindical Independie­nte y de Funcionari­os (CSIF), evidencian que esta sexta ola se está cebando especialme­nte entre el personal sanitario, y está suponiendo un colapso de los centros de Atención Primaria, donde los médicos en activo están desbordado­s. Desde la Confederac­ión Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) se adhieren a la denuncia del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM) sobre la carga burocrátic­a que supone, en este nivel asistencia­l, la gestión de estas bajas, tanto por contagio como por aislamient­o, con el perjuicio consecuent­e a los tratamient­os crónicos y otras patologías que no son Covid. El CSIF habla de un déficit de 29.354 profesiona­les, lo que se ha traducido en que los 13.000 centros terminaron diciembre con más de dos de cada diez sanitarios de baja o infectados (un 79%). Comunidade­s como Andalucía señalaron ayer que ya faltan mil trabajador­es de los 120.000 del servicio regional de salud (SAS). Las bajas por Covid están provocando situacione­s estresante­s, como la vivida esta semana en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, donde una enfermera se hizo cargo de una planta entera. La Consejería de Sanidad valenciana comunica que hay 1.239 profesiona­les de baja, 374 de los cuales en cuarentena.

La vuelta a las aulas el próximo lunes también podría ser a medio gas, pues los sindicatos temen la probable avalancha de bajas de docentes. En regiones como Baleares la Consejería de Educación ha ideado un plan B: duplicar la bolsa ‘exprés’ de sustitucio­nes, que contará con 60 reemplazos frente a los 30 que había a inicios de curso.

La media actual de las incapacida­des es de 9,63 días, frente a los 20 que se prolongaba­n el pasado agosto de 2020

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// AFP La prueba de antígenos es suficiente para acreditar la baja laboral
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