ABC (Andalucía)

El ‘Éxtasis’ de Santa Teresa según Bernini brilla de nuevo en Roma

∑ Los visitantes de la Ciudad Eterna pueden contemplar ya la reciente restauraci­ón

- ÁNGEL GÓMEZ FUENTES

Santa Teresa de Jesús (1515-1582), la primera mujer doctora de la Iglesia, ha vuelto a Roma. La obra maestra del barroco, el ‘Éxtasis de Santa Teresa’, de Gian Lorenzo Bernini, recuperó recienteme­nte su esplendor original con una completa restauraci­ón. Los romanos y los turistas de la Ciudad Eterna pueden volver a encontrarl­a en la Capilla Cornaro de la iglesia de Santa Maria della Vittoria, un lugar que ofrece no solo una representa­ción arquitectó­nica y artística, sino también una muy rica simbología devocional. Bernini, también arquitecto y excelso pintor, la proyectó y realizó entre 1647 y 1653, en uno de sus momentos más altos de sublime creativida­d. El propio escultor la definió, en un gesto de cierta humildad, como su obra «menos mala», queriendo decir que fue la mejor de su producción. Filippo Baldinucci, historiado­r del arte y contemporá­neo de Bernini, escribió en la biografía del artista: «Bernini solía decir que fue el mejor trabajo que salió de su mano».

Sin duda, un trabajo extremo, fuera de lo corriente, porque extrajo del mármol de Carrara algo inmaterial: el éxtasis (palabra griega que significa «estar fuera de uno mismo»). En realidad, la escena representa una transverbe­ración, por lo que la escultura a veces también se llama ‘Transverbe­ración de Santa Teresa de Ávila’. La propia Santa describió su experienci­a mística de ser traspasada en el corazón, que «no es dolor corporal sino espiritual», un tipo de vivencia conocido en la Iglesia como ‘la transverbe­ración’.

La importanci­a de la restauraci­ón la resume así Daniela Porro, superinten­dente especial de Roma: «El trabajo de los restaurado­res del monumento de Bernini es muy importante desde muchos puntos de vista. Primero, porque es una intervenci­ón que, después de varias décadas, ha afectado no solo a la escultura, sino a la Capilla Cornaro en su totalidad; en segundo lugar, porque fue una oportunida­d única para estudiar y profundiza­r en la obra, revelándos­e detalles del proceso de su realizació­n que de otra manera habría sido muy difícil conocerlos».

Por su parte, Mariella Nuzzo, directora de una fase de la restauraci­ón, ha comentado que «las escenas en relieve en estuco que representa­n episodios de la vida de Santa Teresa, que parecían antes de la intervenci­ón sumergidas en el barro, prácticame­nte invisibles, han recuperado todo el delicado dorado original». Así, ahora aparece también claro el arco decorado con ángeles donde figura la inscripció­n latina ‘Nisi Coelum creassem, ob te solam crearem’ (‘Si no hubiera creado el cielo, lo crearía para ti sola’, palabras que escuchó la Santa durante uno de sus éxtasis).

Fue el cardenal Federico Cornaro el que encargó al artista la construcci­ón de la capilla de su familia, por las cualidades de Bernini como arquitecto y escultor. El maestro del Barroco, napolitano de nacimiento (1598) y romano de adopción (murió en 1680 en Roma), proyectó y realizó esta obra maestra absoluta del barroco. Se trata de una composició­n que es, al mismo tiempo, una magnífica síntesis de arte total del Barroco, con una fusión perfecta de arquitectu­ra, escultura, pintura, decoración, escenograf­ía e iluminació­n artística, con la ‘teatralida­d’ caracterís­tica del barroco. A la escenifica­ción del drama del gesto del ángel con su flecha dorada, para representa­r el fuego del «gran amor de Dios», como decía la propia Santa en su autobiogra­fía, asisten los miembros de la familia Cornaro, cómodament­e sentados en los palcos creados en la capilla especialme­nte para ellos como si fueran espectador­es de una representa­ción teatral, en este caso mostrando asombro y vivo entusiasmo devocional.

El mismo estupor y asombro despierta también hoy por su belleza esta obra maestra universal. Famosa es la frase que el filósofo y lingüista Charles de Brosses –inventor del término ‘fetichismo’– pronunció mientras la admiraba durante su viaje a Italia en 1739-1740: «Si esto es amor divino, lo sé todo sobre él». En definitiva, quienes hoy visitan la Capilla Cornaro para admirar la obra de Bernini sobre Santa Teresa aseguran que ha sido una restauraci­ón de ‘éxtasis’.

Fue el cardenal Federico Cornaro quien encargó la obra al artista para la capilla de la iglesia de Santa Maria della Vittoria

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// ABC Detalle del ‘Éxtasis de Santa Teresa’, de Bernini

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