El Barça gana en el alambre
∑Dembélé y Jutglà remontan el gol del Linares y clasifican a su equipo para los octavos de Copa en un duelo incómodo
El Barça es un equipo tan de circunstancias, entre las lesiones y la precariedad, que cuesta distinguir cuándo juega con los suplentes o los titulares. Neto y Alves eran las presencias más novedosas, pero por lo demás era difícil saber si jugábamos contra el Linares, si estábamos lesionados, contagiados o el famoso «esto es lo que hay» de Ronald Koeman que Xavi está desmintiendo con su apabullante superioridad técnica y táctica. Lo que no era novedad es que Riqui Puig perdía cada balón que tocaba, con pases imprecisos, acelerones a destiempo y concesiones al rival que hacían pensar en el sentido de continuar dándole oportunidades. En algunas fases del partido daba hasta pena y la impresión que no sabía qué hacer con el balón.
Alves volvía a debutar en partido oficial con el Barça. Se convirtió en el jugador más viejo en jugar con el equipo, con 38 años y 244 días. Ya no es la fuerza torrencial que era, pero todo lo que hacía tenía sentido e interpretaba perfectamente las funciones que su excompañero y ahora entrenador le había encomendado. Bien en el juego interior, todavía mejor por fuera, abriendo la banda. Enseguida se hizo el dueño del balón parado. Nico, otra vez magnífico. Ayer como media punta, al principio, y luego como extremo. Ilías perdonó en un cara a cara con el portero justo antes de que Mingueza reaccionara tarde y mal a un centro de Carnicer, patrocinado por la pasividad de Jordi Alba y Riqui Puig. Más facilidades no pudo encontrar Hugo Díaz para adelantar a su equipo. No sería justo quitarle mérito al hecho de que un equipo como el Linares ganara, ni que fuera momentáneamente, al Barcelona. Pero ni Alba, ni Riqui ni mucho menos Mingueza tuvieron una actuación presentable.
El Linares acumulaba cansancio, fatiga, y el Barça esperaba impaciente que se cociera en su salsa. Era razonable pensar que así sucedería, pero los de Xavi se desesperaban por no hallar mejores argumentos ante un contrario tan modesto. Para el Linares era oro llegar al descanso con su ventaja y la protegía con constantes pérdidas de tiempo. Todo lo contrario, el Barcelona tenía prisa por empatar, ir perdiendo le incomodaba, esperaba que el Linares se agotara, pero a la vez los nervios le hacían precipitarse en cada ataque. Había jugadores que no sabían ni a qué jugaban, como si no fueran suficientemente inteligentes para entender las ideas futbolísticas de Xavi.
Es cierto que el Barça fue superior y que el gol local fue un accidente. Pero cuando en 45 minutos no eres capaz de marcarle un gol al Linares mereces claramente cualquier cosa que te pase.
El Barça se continuó precipitando tras el descanso, pero recuperaba rápido el balón tras sus fracasos. Nico no aparecía tanto, no encontraba espacios. Demebélé, Piqué y Frenkie de Jong entraron por Ilías, Araujo y Riqui. Lo normal era que el Barça remontara, pero en el campono había ninguna evidencia de que esto es lo que fuera a suceder. El Linares algo arañaba, aunque poco. Los acelerones del Barcelona, la frontalidad –que no verticalidad–, y la angustia por el tiempo que se iba consumiendo iban dando la sensación de que el partido de le podía atragantar, pero Dembélé encontró la luz entre tantas sombras y marcó desde fuera del área. Razak, portero estrambótico, falló hasta el punto que se le puede considerar coautor necesario del empate.
Gol anulado al Linares
Lo de Neto como portero suplente no merece la pena. Vale más dar oportunidades a los canteranos que tener a este pobre hombre. El Linares marcó un segundo gol –que anuló el árbitro por fuera de juego– que habría sido su vergüenza viral si llega a subir al marcador. Jutglà en el 69 adelantó al Barça, que resolvió el partido en sus momentos de fútbol más mediocre y deshilachado. Estas cosas pasan, en el deporte y en la vida. Da mucha rabia cuando eres el Linares y tanto te has esforzado, pero la ‘justicia’ no es un concepto futbolístico.
El Linares se hundió en su cansancio y ni con la ayuda de Neto, que fue considerable, pudo lograr el empate. Xavi continúa implementando sus ideas aunque sea con cuatro cañas.