Detenido el exjefe de los servicios secretos acusado de alta traición
Nazarbáyev, el hombre fuerte en la sombra, sigue en el país y no ha perdido poder
El hasta hace poco jefe del Comité Nacional de Seguridad de Kazajistán (KNB) y exprimer ministro, Karim Masímov, fue detenido el jueves bajo la acusación de alta traición. Alcanzó la cima de su carrera durante el mandato del anterior jefe del Estado, Nursultán Nazarbáyev, considerado el ‘patriarca’ de la nación, pero ahora es cuestionado por los manifestantes por enquistarse en el poder manteniendo su influencia en la sombra. El arresto de Masímov podría terminar destapando las disensiones existentes dentro del régimen en una aparente pugna por el poder e incluso un posible complot contra el actual presidente del país, Kasim-Zhomart Tokáyev. Masímov fue destituido como responsable del KNB junto con el resto de los miembros del Gobierno el pasado miércoles como primera medida para tratar de aplacar la ira de los manifestantes que protestaban por la subida de los precios del gas licuado. Al día siguiente, fue detenido y ahora se expone a un mínimo de 15 años de cárcel y puede que la cadena perpetua.
Un asesor de Nazarbáyev, Ermujamet Ertisbáyev, citado por varias agencias rusas, manifestó ayer que la actual crisis en el país «tiene que ver directamente con la traición de algunos funcionarios y responsables de la fuerzas del orden (…) sin esta deslealtad en el seno de las más altas esferas del poder, y especialmente en las fuerzas del orden, no hubiera progresado la revuelta». Según Ertisbáyev, «justo 40 minutos antes del ataque al aeropuerto de Almatí, se dio la orden de retirar completamente el cordón de seguridad».
Tokáyev retiró a Nazarbáyev esta semana del puesto de presidente del Consejo de Seguridad, uno de los estamentos desde donde manejaba la política, además de su partido. El presidente acaba de destituir también a Azamat Abdimomúnov, como vicesecretario del Consejo de Seguridad, lo que, junto con la detención de Masímov, supone un fuerte golpe para el antiguo líder.
En los últimos días se había rumoreado que Nazarbáyev, que estuvo al frente del país casi 30 años, había huido fuera del país. Rusia era uno de los destinos que se barajaban. Sin embargo, su portavoz, Aidos Ukibái, ha anunciado que no ha salido del país. Según ha declarado a la agencia rusa Interfax, se encuentra en Nursultán, la capital, y «está en contacto permanente y directo con el presidente Tokáyev».
Ukibái dijo también que «Nazarbáyev ha mantenido varias conversaciones telefónicas con jefes de Estado amigos de Kazajistán y pide a todos que se unan en torno al presidente para superar los desafíos actuales y garantizar la integridad territorial de nuestro país».
Mientras tanto, el Ministerio del Interior de la república ofrecía ayer nuevas cifras sobre el balance de los desórdenes: 40 muertos y casi de 4.500 detenidos desde el comienzo de las protestas el pasado domingo día 2. Entre los arrestados hay 11 instigadores de los disturbios y la casi mitad de los muertos son agentes de las fuerzas de seguridad. Una menor de 11 años murió a consecuencia de una bala perdida. Según la ONU, unas mil personas resultaron heridas durante la semana de protestas.
Cumbre de aliados
Mientras tanto, los enfrentamientos armados en Almatí ayer se trasladaron al extrarradio, a la carretera que lleva a la ciudad de Bishkek, la capital de la vecina república de Kirguistán. Aunque algo menos numerosas, las manifestaciones continuaron produciéndose en distintos puntos del país. Las autoridades creen que la situación tiende a normalizarse. Para mañana lunes ha sido decretado día de luto en todo Kazajistán por los muertos de los últimos días.
El presidente ruso, Vladimir Putin, habló ayer por videoconferencia con Tokáyev para, según el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, proponerle la celebración de una cumbre de los países que forman parte de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (ODKB), Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán, Rusia y Tayikistán.