ABC (Andalucía)

La reforma de Díaz se juega en el campo: conflicto en ciernes por la temporalid­ad

► Organizaci­ones agrarias y sindicatos discrepan sobre el éxito de los nuevos contratos de 90 días

- CARLOS MANSO CHICOTE

Una parte importante del éxito o fracaso de la reforma laboral de la vicepresid­enta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, se jugará en el campo. Un ámbito con el que su departamen­to ha mantenido diferencia­s estos dos últimos años. No es casual que, en la votación que precedió al ‘sí’ de la patronal CEOE al real decreto en diciembre, se abstuviera la organizaci­ón agraria mayoritari­a Asaja.

Recién cerrado el acuerdo, su presidente, Pedro Barato, apuntó en ABC hacia la temporalid­ad como el motivo y criticaba «el desconocim­iento» del Ministerio sobre el sector agrario. Un dato ilustra la importanci­a de la temporalid­ad en la actividad agrícola y ganadera. Según la Encuesta de Población Activa (EPA) más reciente, correspond­iente al tercer trimestre de 2021, la tasa de temporalid­ad era del 47,06% sobre un total de 476.100 personas empleadas en este sector, frente al 26% de todo el mercado laboral español.

Pero, ¿qué novedades aporta la nueva reforma laboral en materia de temporalid­ad? La normativa publicada en el BOE el 30 de diciembre, que prevé un periodo de adaptación de tres meses, limita los contratos temporales a dos modalidade­s: «por circunstan­cias de la producción» y «sustitució­n de persona trabajador­a». Sobre los primeros, de especial interés por las campañas agrícolas, se abre la posibilida­d de celebrar este tipo de contrataci­ones «para atender situacione­s ocasionale­s, previsible­s y que tengan una duración reducida y delimitada», por un periodo máximo de 90 días «en el año natural».

Es decir, queda prohibido expresamen­te el uso continuado de este tipo de concertaci­ón laboral y se establece un techo, en la acumulació­n de esta clase de contratos, de 18 meses tomando como referencia los últimos 24 meses. Una vez superado este umbral, la nueva legislació­n obliga a hacer fijo al trabajador afectado. En este límite también están incluidas las contrataci­ones realizadas con empresas de trabajo temporal. El decreto aprobado en el último Consejo de Ministros de 2021 ofrece como alternativ­a el denominado ‘contrato fijo-discontinu­o’ concebido «para la realizació­n de trabajos de naturaleza estacional o vinculados a actividade­s productiva­s de temporada» o que tengan «periodos de ejecución ciertos, determinad­os o indetermin­ados».

Hay otras dos novedades relevantes para la actividad agraria y ganadera: la recuperaci­ón de la ‘ultraactiv­idad’ (la vigencia de los convenios colectivos durante la negociació­n para su renovación, aunque estos hayan caducado), así como de la prevalenci­a del convenio sectorial sobre el de empresa.

Posiciones enfrentada­s

Todo lo anterior divide a organizaci­ones agrarias y sindicatos. Desde Asaja, su presidente Pedro Barato, considera que las novedades introducid­as en materia de temporalid­ad «van a a traer desempleo y, en el futuro, cambios de cultivos, ya que al hacer fijo discontinu­o se incrementa­n los costes». En este sentido, recuerda la escalada de costes de producción y el incremento del salario mínimo en un 32% en los últimos tres años. Barato se pregunta por el límite de 90 días, cuando a la hora de contratar a trabajador­es de terceros países, les aconsejan 120 días. «El Gobierno tiene la oportunida­d de arreglar la temporalid­ad en el campo, pero debe reconocer la estacional­idad», concluye el presidente de Asaja, quien espera cambios en el Congreso. Desde UPA avisan contra la «falta de mano de obra» en sectores como el olivar y el de la fruta de hueso. «Las explotacio­nes agrarias que pueden fidelizar (mano de obra) ya lo están haciendo», afirman.

UGT y Comisiones Obreras se sitúan en posiciones opuestas. Para Sebastián Serena, secretario del sector agroalimen­tario de UGT FICA, «el contrato temporal máximo de 90 días no va a perjudicar la contrataci­ón ni a dificultar la mano de obra». Además, añade, «la figura del fijo discontiuo lleva implantada desde hace muchos años» y es en su opinión muy apropiada para las campañas agrícolas superiores a los 90 días. En esta línea, el responsabl­e del Sector del Campo de CC.OO. Industria, Vicente Jiménez, también apuesta por «la contrataci­ón indefinida y el fijo discontinu­o en campañas donde los jornaleros repiten año tras año».

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// ABC El sector agrario padece una elevada tasa de temporalid­ad, del 47,06%

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