La Fed, a la carga
La primera semana del año no ha sido para nada de trámite en los mercados. Da la sensación que había que cerrar el anterior para cambiar el paso por completo y el año nuevo ha dado el pistoletazo de salida. Además, la Reserva Federal americana también ha ayudado con un tono algo más duro en el mensaje de su última reunión, que conocimos la semana pasada.
Los bancos centrales van a ser los grandes protagonistas este año y por lo que vimos hace unos días por lo menos en Estados Unidos arrancan fuertes el 2022. Anticiparon que van a subir algo más rápido los tipos de referencia y que van a reducir más rápido la compra de bonos en el mercado.
Este anuncio marca el final de un periodo extraordinario de política monetaria ultra laxa. Ahora, que suban algo los tipos de interés o que se reduzcan las compras de bonos no quiere decir que de un día para otro se haya adoptado una política monetaria restrictiva, nada más lejos. Solo es un paso hacia la normalización de la política monetaria y que además se ha dado por las razones correctas.
Además es poco probable que los tipos vuelvan donde estaban hace unos años. A medida que la presión en los precios vaya remitiendo no hay razones para pensar que los tipos vayan a volver donde estaban hace unos años.
Por último, importa recordar que Estados Unidos y Europa no se encuentran en situaciones comparables. Y, por lo tanto, los tiempos en esta parte del mundo van a ser otros. Sin duda, los responsables de política monetaria han estado a la altura de las circunstancias extremas que nos han tocado y ahora toca que empiecen a recoger velas ordenadamente sin poner en riesgo lo conseguido. Su suerte es la nuestra.