El telescopio James Webb culmina su despliegue en el espacio
Aún quedan otros cinco meses y medio de configuraciones para que esté listo
El telescopio espacial James Webb completó con éxito ayer la última etapa de su despliegue, desdoblando su último espejo principal y alistándose para comenzar a estudiar –en unos cinco meses y medio– cada fase de la historia del cosmos. La primera de sus dos alas fue desplegada el viernes y la segunda en la mañana del sábado, como se tenía previsto, según anunció la NASA.
Los equipos de ingeniería celebraban en el Space Telescope Science Institute en Baltimore, Maryland, en el momento en que la agencia espacial anunciaba en Twitter que el ala final quedaba lista. Como el telescopio era demasiado grande para caber en el cono de un cohete, fue transportado plegado como un origami.
El despliegue, culminado ayer, ha sido una tarea compleja y desafiante, el proyecto más abrumador que se haya intentado jamás, según la NASA. «Todavía tenemos trabajo por hacer», expresó la NASA en sus actualizaciones en vivo. «Cuando el pestillo final esté seguro, NASA Webb se desplegará completamente en el espacio», precisó.
Webb, el telescopio espacial más potente jamás construido y sucesor del Hubble, despegó en un cohete Ariane 5 desde la Guayana Francesa el pasado 25 de diciembre y se dirige a su punto orbital, a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra. Aunque llegará a su destino, conocido como el segundo punto Lagrange, en cuestión de semanas, aún le quedan otros cinco meses y medio de configuraciones para quedar listo.
Los próximos pasos incluyen alinear los elementos ópticos del telescopio y calibrar sus instrumentos científicos. Su tecnología infrarroja le permite ver las primeras estrellas y galaxias que se formaron hace 13.500 millones de años, brindando a los astrónomos una nueva perspectiva de la época más temprana del Universo.
Temperaturas de 110ºC
A principios de esta semana, el telescopio desplegó su protector solar de cinco capas, un aparato en forma de cometa de 21 metros de largo que actúa como una sombrilla, el cual asegura que los instrumentos del Webb se mantengan a la sombra para que puedan detectar débiles señales infrarrojas de los confines del universo. Este escudo quedará permanentemente posicionado entre el telescopio y el Sol, la Tierra y la Luna, con el lado expuesto al Sol construido para soportar temperaturas de 110ºC.
Su misión también incluye estudiar planetas distantes para determinar su origen, evolución y habitabilidad. El correcto despliegue permitirá desarrollar los próximos cinco meses y medio de tareas, que consisten en calibrar los instrumentos científicos.