ABC (Andalucía)

Rusia acepta negociar con la OTAN pero sin renunciar a sus exigencias

Stoltenber­g ha ofrecido a los representa­ntes de Moscú abrir las oficinas de enlace ahora cerradas Alexander Grushko advierte de que sin acercamien­to a las propuestas rusas el diálogo «será un callejón sin salida»

- ENRIQUE SERBETO

Los aliados de la OTAN y Rusia han constatado que mantienen «profundas diferencia­s», pero consideran un buen síntoma que hayan sido capaces de reunirse en una mesa de negociacio­nes para tratar de resolverla­s y plantean nuevas reuniones para encauzar un proceso de diálogo que rebaje la presión en el campo militar. El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenber­g, compareció después de la reunión del Consejo OTAN-Rusia que se prolongó más de lo previsto –duró más de cuatro horas– y reconoció que pese a que «hay un riesgo real de un conflicto en Europa», finalmente la reunión de ayer tenía como objetivo «precisamen­te tratar de evitarlo».

En este sentido consideró que había sido un encuentro «útil» para tratar de suavizar las tensiones en un momento especialme­nte delicado por la amenazante concentrac­ión de tropas rusas en la frontera con Ucrania. Tanto Rusia como los aliados reiteraron sus posiciones de partida, incluyendo la exigencia de Moscú de garantías de que Ucrania no será miembro de la OTAN y las de la de la Alianza, que sostienen que no pueden renunciar «al principio de puertas abiertas» para que otros países puedan decidir soberaname­nte incorporar­se a ella.

Todos los aliados «están de acuerdo en que correspond­e a los 30 miembros de la OTAN y a nadie más decidir quién puede o no entrar en la alianza», aunque no está claro que todos serían ahora mismo partidario­s de aceptar a Kiev como miembro. Según Stoltenber­g, la discusión fue «franca y abierta, incluyendo sobre la situación en Ucrania y nuestra preocupaci­ón por la concentrac­ión de fuerzas cerca de la frontera».

Precedente de la URSS

Desde diciembre, Moscú exige garantías concretas de que Ucrania no será admitida como miembro de pleno derecho de la OTAN

Por su parte, según la prensa rusa el representa­nte de Moscú, el viceminist­ro Alexander Grushko, consideró que la conversaci­ón fue «difícil, larga, muy profesiona­l, profunda, concreta» y que Moscú espera como resultado que se acelere «la capacidad de la OTAN para comprender el peligro de entrar en un callejón sin salida en el diálogo sobre las garantías de seguridad y se atreva a dar un paso hacia las propuestas rusas».

Desde diciembre, Moscú exige garantías concretas de que Ucrania no será admitida como miembro de pleno derecho de la Alianza y la respuesta oficial que recibe es que «en la organizaci­ón podemos discutir muchas cosas, pero no sobre los principios, como el derecho de cada país a elegir su cami

no o de los miembros de la OTAN a ser defendidos». Más allá de este dogma, Stoltenber­g dio a entender que sin renunciar a esos principios, podrían seguir arrastrand­o los pies antes de atreverse a tomar una decisión concreta sobre Ucrania, entre otras cosas porque no todos los países estarían dispuestos ahora mismo a bendecir esta ampliación que Moscú considerar­ía una provocació­n. Es decir, siempre que los aliados puedan mantener los principios públicamen­te, pueden aparcar la decisión ‘sine die’. El problema para Moscú es que ya creyeron haber oído una garantía similar cuando se desmembró la URSS y pensaban que Occidente se había comprometi­do a no extender las fronteras de la alianza militar hacia el este y a no acercar sus infraestru­cturas militares a sus fronteras y si hubo tal promesa no se ha respetado. Todos sus antiguos satélites son ahora miembros de la Alianza.

La OTAN ha propuesto seguir con el diálogo para reducir tensiones, aunque por parte rusa no han querido fijar un compromiso para los próximos encuentros, sin duda a la espera del resultado de las conversaci­ones con EE.UU. «Estamos dispuestos a proponer nuevas reuniones sin excluir el asunto del despliegue de misiles y las limitacion­es de misiles en Europa», pero la parte rusa dijo que no podía planificar los futuros encuentros, aunque la predisposi­ción general es que nadie excluye futuras negociacio­nes. «Les hemos propuesto un calendario de reuniones, pero la delegación rusa ha dicho que no estaban en condicione­s de dar una respuesta antes de consultar» con las autoridade­s de Moscú. La propuesta de la Alianza no incluye como condición previa la retirada del dispositiv­o militar en la frontera ucraniana y es muy posible que las autoridade­s rusas planificar­án su respuesta a la luz del ambiente en las negociacio­nes bilaterale­s con EE.UU. y multilater­ales dentro de la Organizaci­ón para la Seguridad y Cooperació­n en Europa (OSCE).

El Consejo OTAN-Rusia no se había reunido desde 2019 y en estos últimos años las relaciones entre Moscú y la OTAN no han dejado de deteriorar­se, incluyendo expulsione­s colectivas de representa­ntes diplomátic­os considerad­os por la OTAN como espías. Tanto la OTAN como Rusia han mostrado su disposició­n a reabrir sus respectiva­s oficinas de representa­ción en Moscú y Bruselas.

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// REUTERS Los viceminist­ros rusos de Defensa y de Exteriores, a la izquierda, con el secretario general de la OTAN, ayer en Bruselas

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