«Existen partes de Cataluña donde hay ciudadanos que sufren una muerte civil»
SCC prepara un cambio en su presidencia con objeto de dar un nuevo impulso al constitucinalismo
Sociedad Civil Catalana (SCC), la entidad constitucionalista nacida en 2014 para dar la réplica al independentismo, prepara para las próximas semanas el relevo de su actual presidente. Fernando Sánchez Costa, después de tres años al frente de la entidad, dará paso si los socios así lo aprueban en asamblea a Elda Mata, responsable de SCC en Gerona, la demarcación donde más difícil es levantar la bandera de la defensa de la concordia entre catalanes y de la unidad de España.
–Si los socios así lo aprueban, su presidencia nacerá en paralelo a un nuevo plan estratégico. ¿Qué líneas marcarán el mismo?
–SCC es y quiere seguir siendo la entidad de referencia del constitucionalismo, con una vocación claramente transversal. La interlocución con los partidos políticos es imprescindible, pero siempre desde una vertiente absolutamente civil. Queremos ser más que nunca la voz de los ciudadanos, no de los políticos. Hay una parte de la ciudadanía a la que en Cataluña se considera de segunda por no comulgar con el ideal nacionalista identitario del independentismo.
–Estamos en un momento de cierta desmovilización política. A nivel institucional el contexto no es el de 2017.
–Es obvio que a nivel político estamos en un momento distinto, porque no tenemos a un presidente que vaya a declarar la independencia. Pero por otra parte seguimos teniendo una Generalitat absolutamente desleal con respecto a la Constitución y el estado de derecho, y que insta a los ciudadanos, a través de los colegios por ejemplo, a no cumplir la ley. No veo mucha diferencia con lo que había antes, la verdad.
–Donde no hay diferencia, denuncian en SCC, es en el ‘pressing’ civil, sobre todo fuera del área metropolitana de Barcelona, donde el nacionalismo es más fuerte.
–Sí, eso sigue igual. Hay partes de Cataluña donde hay ciudadanos que sufren una muerte civil. Con el tema de los colegios y la sentencia del 25%, ¿cuántos padres en Gerona, Tarragona o Lérida se atreverán a pedir que se cumplan sus derechos y sus hijos puedan ser escolarizados en castellano y no sean estigmatizados? Lo de Canet lo hemos visto ahora, pero esto dura desde hace 40 años.
–La lengua, y la escuela, como su última bandera. El castellano, como un idioma ajeno.
–Basan su discurso en un signo identitario. No puede ser el color de la piel o la genética: es la lengua. Por eso reaccionan de esta manera ante las sentencias judiciales que reconocen derechos.
❝ Vendidos «El Gobierno de España nos ha vendido por un plato de lentejas: antes con CiU, ahora con ERC» Un gran comedero
«¿Acaso había un clamor pidiendo la independencia? No. Han aprovechado el momento para construir un gran comedero»
Saben que esto es una brecha en el muro, y ese muro va a caer.
–Hay encuestas que señalan que la gente de manera mayoritaria aboga por más castellano en la escuela, incluidos los nacionalistas.
–Es un ejemplo de lo que es la política catalana. Hacen un dogma de la inmersión, pero no preguntan a la gente. Al igual que el ‘procés’, que ha sido una revolución de arriba hacia abajo. ¿Acaso había un clamor en la calle pidiendo la independencia? No. Han aprovechado el momento para construir un gran comedero que da dinero a mucha gente, a gente que vive de esto.
–Desde Gerona usted siempre ha denunciado el ostracismo en el que viven los constitucionalistas.
–Mucha gente no se atreve a decir lo que piensa, porque teme lógicamente ese ostracismo. Y esto también ha pasado con los empresarios, que no se han atrevido, porque todo tiene consecuencias. Conozco a empresarios que no tengo ninguna duda de que son constitucionalistas pero que tienen miedo a expresarse. Y vivir en Cataluña, dentro de España, dentro de la Unión Europea, con miedo a la muerte civil, es muy grave.
–El nuevo plan estratégico de SCC pone mucho énfasis en la penetración fuera de la Barcelona metropolitana.
–Hay que hacerlo por justicia. Si en Barcelona y su entorno hay gente que puede sentirse desamparada, en la Cataluña interior el abandono ha sido de tal magnitud que es casi una cuestión de justicia dar amparo a estas personas, que sienten la presión del entorno solo por el hecho de hablar castellano.
–Han conseguido invisibilizar a una parte de la sociedad.
–Y deshumanizarla, como si ni sintiésemos ni padeciésemos. Ha llegado un momento en el que en Cataluña hay que poner a las personas por encima de todo. Lo importante no es la lengua, ni el territorio, ni el origen. Todas las personas tenemos la misma dignidad, hablemos el idioma que hablemos. Eso es lo que defendemos en Sociedad Civil Catalana.
–El independentismo habla de cientos de represaliados.
–Mire, sus represaliados son personas que han conculcado la ley y sufren las consecuencias legales de haberlo hecho. Nosotros en cambio cumplimos la ley y sufrimos las consecuencias sociales. No ha habido estado de derecho en Cataluña.
–¿Hay que llegar a acuerdos con el independentismo?
–Durante años se pensó que haciendo la vista gorda con el nacionalismo, o mirando a otro lado, se sumarían réditos, y que, gracias al ‘seny’ de los catalanes, no llegaría la sangre al río. Y llegó 2017. Las cesiones no han servido ni servirán para nada. Estamos huérfanos de una Generalitat identitaria que solo trabaja para los que piensan como ellos, y de un Gobierno de España que nos ha vendido por un plato de lentejas cuando ha necesitado los votos primero de CiU y ahora de ERC.