Denuncian en la Audiencia Nacional a la cúpula de ETA en 2006 por el atentado de la T4
Entre los acusados por la colocación de la bomba está el exjefe etarra Josu Ternera
El 30 de diciembre de 2006 la detonación de una furgoneta-bomba mató a Diego Armando Estancio y a Carlos Alonso Palate en el atentado de la T4 de Barajas, perpetrado por la banda terrorista ETA. Las víctimas eran dos ciudadanos ecuatorianos que dormían en el aparcamiento del aeropuerto.
Ayer, la asociación Dignidad y Justicia presentó ante la Audiencia Nacional una querella contra cuatro de los exjefes de la banda terrorista, «por autoría mediata a través de aparatos organizados de poder y cuando menos, en comisión por omisión de los máximos dirigentes y miembros de la cadena de mando intermedia de ETA en delito de asesinato terrorista con alevosía y lesiones terroristas», dice la querella. Ésta fue interpuesta en el juzgado de Instrucción 1 de la AN, que es el que instruye la causa por la T4 contra los presuntos integrantes en aquella fecha del Comité Ejecutivo de ETA o ‘Zuba’. Los querellantes entienden que existen evidencias y datos en sentencias e informes policiales que respaldan la participación del Comité Ejecutivo de la banda en este atentado. En esta «implicación directa» estarían: Aitzol Iriondo Yarza, alias ‘Gurbitz’ y ‘Barbas’, responsable del aparato militar; Mikel Kabikoitz Carrera Sarobe, alias ‘Ata’, responsable del aparato logístico; Joseba Andoni Urrutikoetxea Bengoetxea alias ‘Josu Ternera’, cabecilla del aparato político y Ainhoa Ozaeta, alias ‘Kuraia’, responsable del aparato de tesorería. El pasado mes de noviembre, el juez de la Audiencia Nacional Alejandro Abascal reabrió el caso por el atentado para investigar la supuesta participación del exjefe de la banda Txeroki, y José Antonio Aranibar. Ya la Audiencia Nacional condenó en 2010 a 1.040 años de prisión a los etarras Igor Portu, Mattin Sarasola y Mikel San Sebastián como autores de la explosión de la T4. En la querella, los demandantes explican que era «imposible» que la decisión de perpetrar este atentado no tuviera el conocimiento de la cúpula de ETA y reclaman al juez instructor que oficie a la Policía y a la Guardia Civil a expedir informes sobre la composición «nombre a nombre» de toda la estructura de mando de ETA «al momento de los hechos objeto de la presente querella».
Este atentado puso fin al «alto el fuego permanente» que los terroristas habían declarado en marzo de ese mismo año. La explosión demolió parte del edificio de cinco plantas, y provocó heridas a 19 personas. El atentado se produjo apenas 20 horas después de que el por entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, tuviera un mensaje de optimismo por la tregua de la banda. Un día antes, Zapatero se mostró optimista con la marcha del proceso: «Hoy estamos mejor que hace un año (...) Dentro de un año estaremos mejor», dijo el expresidente.