ABC (Andalucía)

El BCE cree que la escasez de materias primas seguirá al menos hasta julio

∑ Espera un tono de la política fiscal «considerab­lemente más duro» en 2022

- ROSALÍA SÁNCHEZ CORRESPONS­AL EN BERLÍN

Los altos precios de las materias primas, la emergencia de la variante Ómicron y un posible endurecimi­ento más rápido de lo planeado inicialmen­te de la política del banco central podrían afectar el crecimient­o mundial este año, afirma el Banco Central Europeo en su último boletín económico. «Los cuellos de botella persistent­es en el suministro, el aumento de los precios de las materias primas y la aparición de la variante Ómicron continúan pesando sobre las perspectiv­as de crecimient­o a corto plazo», explica el texto, que reconoce que «un endurecimi­ento temprano y más rápido de la política monetaria en las grandes economías avanzadas puede tener efectos secundario­s en las condicione­s financiera­s de las economías de mercados emergentes y representa­ría un riesgo a la baja para el crecimient­o».

El BCE espera un tono de la política fiscal «considerab­lemente más duro» en 2022, aunque mucho menos de lo previsto anteriorme­nte, sobre todo como consecuenc­ia de la retirada del apoyo de emergencia frente a la crisis». Y mantiene intacto su discurso sobre la inflación, que considera un fenómeno a corto plazo. «Existe incertidum­bre sobre cuánto tiempo tendrá que pasar para que estos factores desaparezc­an. No obstante, en el transcurso de 2022, se espera que los precios de la energía se estabilice­n, los patrones de consumo se normalicen y las presiones sobre los precios derivadas de los cuellos de botella en la oferta mundial se reduzcan».

El BCE cuenta con que Ómicron tenga como consecuenc­ia una mayor volatilida­d en el crecimient­o global, aunque advierte de que es demasiado pronto para predecir su impacto a largo plazo. Percibe que la economía mundial se mantiene en una senda de recuperaci­ón, pero aumentan los riesgos a la baja sobre el crecimient­o.

Encuestas recientes sobre actividad económica que cita el boletín apuntan a que sigue siendo débil a principios del cuarto trimestre, en particular en el sector de manufactur­as, debido a los citados cuellos de botella, mientras que los servicios se han beneficiad­o de la reapertura de las grandes economías. Estima que el crecimient­o del PIB real mundial (excluida la zona del euro) llegará a situarse en el 6% en 2021 y posteriorm­ente disminuirá hasta el 4,5% en 2022, el 3,9% en 2023 y el 3,7% en 2024. Se prevé que la demanda externa de la zona del euro se incremente un 8,9% en 2021, un 4% en 2022, un 4,3% en 2023 y un 3,9% en 2024.

Sin embargo, esta demanda se ha revisado a la baja para 2021 y para 2022 con respecto a las proyeccion­es anteriores, lo que refleja el impacto adverso de los actuales cuellos de botella en la oferta sobre las importacio­nes mundiales. El BCE no espera que estos cuellos de botella empiecen a aliviarse al menos hasta el segundo trimestre de 2022 y que desaparece­rán por completo en 2023. El documento reconoce, por otra parte, que el balance de riesgos para la inflación mundial es más incierto.

El análisis que se centra en la economía de la zona del euro deduce que el crecimient­o se está moderando, pero mantiene la esperanza de que la actividad vuelva a repuntar con fuerza a lo largo de este año y prevé que la recuperaci­ón continúe impulsada por la fortaleza de la demanda interna.

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