Triunfo de España en un debut dubitativo
La selección, pese a la falta de continuidad en su estreno en el Europeo, supera a la República Checa
Tras el bronce olímpico del pasado verano y el adiós de varias leyendas del balonmano nacional, como Raúl Entrerríos, Viran Morros o Julen Aginagalde, la selección española afronta el Europeo de Hungría y Eslovaquia con el objetivo de conseguir su tercer título continental consecutivo, una empresa inédita en la historia. Y los de Jordi Ribera empezaron ayer con buen pie tras derrotar a una combativa República Checa en el Ondrej Nepela Arena de Bratislava. En esta nueva etapa, donde la veteranía de hombres como Guardiola, Maqueda, Cañellas o Pérez de Vargas marida sutilmente con la bisoñez de Agustín Casado o el talentoso central Ian Tarrafeta, los españoles tienen mimbres para soñar en una competición en que los finalistas de Tokio 2020, Francia y Noruega, parten como principales favoritos.
Al finalizar los himnos y la parafernalia previa al debut, España comenzó el encuentro dubitativa y desacertada de cara a portería. Los checos, un combinado que nunca ha ganado al equipo español, pusieron un 2-4 en el marcador gracias a varias paradas de mérito de su guardameta Mrkva y al acierto lanzador de Kasparek y Reich. Pero las expulsiones de dos minutos en el equipo centroeuropeo devolvieron a los de Ribera a lo esperado, a dominar el partido sin un gran sufrimiento. Los goles de Maqueda, Gómez y Gurbindo llenaron de calma a la selección, que desde el ecuador del primer tiempo combinó rápido y corrió a placer al contragolpe. Pero si un hombre destacó en la primera mitad, ese fue Gonzalo Pérez de Vargas. Como acostumbra, el portero toledano hizo varias paradas imposibles (nueve en total) que permitieron a los atacantes salir en superioridad en las transiciones ofensivas. Ventaja española de tres goles al descanso (14-11).
Pero, tras el paso por los vestuarios, la República Checa se rearmó en torno a su mejor jugador en el día de ayer, Mrkva. El fornido portero, con más de siete paradas en la segunda mitad, maniató a los atacantes españoles y volvió a meter a los suyos en el partido. Los checos, poco a poco, encontraron la forma de atacar la portería de Pérez de Vargas y Corrales, e incluso en inferioridad (llegaron a estar con dos jugadores expulsados en el comienzo del último tercio del choque) consiguieron marcar. España tenía un hueco en el centro de su zaga y, a diez minutos del final, el seleccionado nacional tuvo que parar el encuentro ante el inminente empate. El tiempo muerto fue un bálsamo para los españoles, que liderados por Gurbindo (seis goles) confirmaron la victoria final, un triunfo vital en las esperanzas del vigente campeón continental. Mañana, ante Suecia (20:30 horas, Teledeporte) España afrontará su segundo examen en el campeonato.