Ayuso reivindica su victoria del 4-M y pide a Mañueco que tome el testigo contra Sánchez
► García Egea reconoce que Casado se juega en las elecciones de Castilla y León su consolidación
La cercanía de las urnas ha puesto firme a todo el Partido Popular. A cuatro semanas para las elecciones de Castilla y León no hay hueco en este partido para gestos de rebeldía ni para que los versos sueltos den rienda suelta a su creatividad. En la primera jornada del congreso del PP de Castilla y León, en el que será reelegido Alfonso Fernández Mañueco, tanto Génova como los barones del partido mostraron ante todos un cierre de filas sin mucho hueco para pullas internas, aunque alguna hubo. El objetivo compartido es doblar el pulso a Pedro Sánchez, ante unas elecciones en las que, como confesó el secretario general, Teodoro García Egea, el PP se la juega para consolidar el cambio de tendencia política en toda España.
El número dos del PP dio así a las elecciones autonómicas una relevancia nacional, con una trascendencia muy importante para su partido en clave interna. Porque si está en juego la consolidación de la alternativa, también lo está el proyecto de Pablo Casado.
Desde ese foco nacional, García Egea aprovechó la inauguración del congreso para hacer su primer mitin electoral, y centró sus críticas en Sánchez, por la polémica del ‘chuletón’, pero también por la gestión «sectaria» de los fondos europeos, que el PP está dispuesto a llevar a Bruselas. Los populares quieren impedir que el reparto «a dedo» de esos fondos acabe como el caso ERE del PSOE en Andalucía.
En el congreso se rindió homenaje a Manuel Fraga, a los diez años de su fallecimiento. El plenario le dedicó varias ovaciones, cuando García Egea destacó su legado, su política de altura y su responsabilidad de Estado.
El plato fuerte de la primera jornada del congreso fue la mesa de los barones. Después del paréntesis de Aragón, aquí no faltó nadie. El anfitrión, Alfonso Fernández Mañueco, les invitó a un almuerzo, al que no pudo quedarse García Egea, por motivos personales. Sí acudieron Alberto Núñez Feijóo, Juanma Moreno y Fernando López Miras, mientras que Isabel Díaz Ayuso llegó justo al final. También estuvieron otros presidentes regionales del PP, como Alejandro Fernández y Jorge Azcón. Como representantes de Génova, acudieron los vicesecretarios Pablo Montesinos y Ana Beltrán. Los barones autonómicos llegaron juntos al Palacio de Congresos de León, en una imagen de unidad para mostrar ante todos un cierre de filas, en el que se volcaron para poner a Pedro Sánchez como adversario común.
«A ver si lo cogemos...»
En ese clima de unidad, Mañueco destacó que los cinco barones autonómicos son «la punta de lanza de Pablo Casado y de la gestión del PP». Una vez más, el aplauso principal se lo llevó Ayuso, que empezó su intervención ante el plenario del congreso castellano y leonés con un comentario que enseguida se analizó del derecho y del revés, cuando el cónclave de Madrid sigue sin fecha: «Queridos compañeros, iba a decir compromisarios, a ver si lo cogemos...»
Ayuso reivindicó su victoria del 4 de mayo en Madrid: «No fue una anécdota», dijo, sino el inicio de un «cambio imparable» protagonizado, afirmó, por ciudadanos libres e iguales. Por eso, instó a Mañueco a tomar el testigo para acabar con la «pesadilla» de Sánchez al frente del Gobierno.
El presidente autonómico que puso con más énfasis a Pablo Casado como referente de todo el PP fue el de la Región de Murcia, Fernando López Miras: «La hoja de ruta en las comunidades autónomas es precisamente la hoja de ruta que establece Pablo Casado».
López Miras se había adelantado al señalar que «todo empezó en Murcia», con la moción de censura que presentaron el PSOE y Ciudadanos, y que dio lugar a un terremoto político en toda España. Dentro del PP es un matiz en los argumentos: unos (López Miras y García Egea) defienden que Murcia fue el ‘kilómetro cero’ del cambio y del impulso del PP, y otros (Ayuso) subrayan que el 4-M marcó el punto de inflexión.
El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, animó a Mañueco a lograr una mayoría suficiente, porque el siguiente en examinarse, advirtió, será él. Alberto Núñez Feijóo, único de los allí presentes que puede presumir de mayoría absoluta, y no una sino cuatro veces, reclamó la unidad del voto de centro-derecha para poder vencer a la izquierda.