Espadas toma a Sánchez como modelo para recuperar la Junta: «Quiero hacer lo que tú»
El líder del PSOE-A se apoya en el presidente para su campaña en un acto en Granada con apenas mil asistentes
Aún sin elecciones convocadas, Juan Espadas dio en el día de ayer el pistoletazo de salida en su carrera para recuperar el poder en Andalucía para el PSOE. Lo hizo en Granada, ciudad que ya eligió como punto de partida en su campaña para ganar las primarias a secretario general de su partido en la comunidad andaluza. Esta vez escogió el Palacio de Congresos de la capital granadina. Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, arropó al candidato socialista durante el acto. Sánchez es un espejo en el que Espadas quiere mirarse de cara a este ciclo electoral. «Quiero hacer en Andalucía lo que tú has hecho en España».
Junto al presidente, para dar más pompa al asunto, hubo otros dos ministros de su gobierno. La ministra de Sanidad, Carolina Darias y el ministro de Agricultura, Luis Planas, se sentaron en las gradas del escenario casi de atrezzo en señal de apoyo. El aforo, escaso en comparación con los baños de masas de los tiempos Manuel Chaves. Apenas sobrepasó las mil personas, menos de la mitad de la capacidad en la sala elegida, la más pequeña del edificio, y muy lejos de las 3.500 de la sala contigua donde antaño se celebraban los mítines socialistas. La organización pretextó limitaciones por las restricciones del Covid.
Todos los asistentes, eso sí, bandera andaluza en mano y ondeando durante los aplausos de rigor. Fue una de las claves durante el acto: el afán por demostrar la preocupación por la comunidad autónoma desde el Gobierno, explotar la identificación entre la Junta y el PSOE cultivada durante décadas y la necesidad de volver al poder en su antiguo feudo. Esta vez, de hecho, al contrario que en el congreso regional, sí sonó el himno andaluz. «El gobierno de España es el mayor aliado de Andalucía. Juan, el partido está contigo» destacó el presidente.
A pesar de los guiños a Espadas, la figura de presidente andaluz, Juanma Moreno, fue el blanco de los reproches por su ofensiva contra el reparto de fondos europeos. «Es la gran oportunidad para la transformación de Andalucía, pero hay cosas que nunca cambian. Los socialistas conseguimos los fondos y otros lo niegan» respondió el presidente. El «negacionismo político», precisamente, fue el término empleado por Sánchez para describir a lo que denominó como «la alianza tóxica de las derechas».
Las «colas» en hospitales
Espadas, por su parte, describió las líneas maestras de su proyecto de forma algo desdibujada. Su programa, basado en los jóvenes, la retención del talento, el empleo, la transformación económica o la justicia social iban relatándose sin excesivo entusiasmo por parte de su público. Incluso cuando mentaba la defensa del sistema de Salud, donde volvió a recriminar a Moreno «las colas en los hospitales y los 8.000 sanitarios despedidos».
Su objetivo, como insistió en varias ocasiones, es llegar a San Telmo para ser «el dique de contención» que combatirá «a los negacionistas del Estatuto de Autonomía, de la igualdad de género y de la defensa del medio ambiente». Se refería a Vox, sin nombrarlo, y, de paso, en el mismo saco al PP.
A quien tampoco nombró fue al socio de coalición del gobierno de Sánchez, Unidas Podemos, ni a cualquiera de las otras papeletas de la izquierda alternativa. La asistencia al acto del poeta Luis García Montero, candidato por Izquierda Unida a la Presidencia de la Comunidad de Madrid en 2015, es otro aviso a navegantes en cuanto a la falta de expectativas de esta opción en la carrera electoral.
El PSOE-A eligió la sala más pequeña del Palacio de Congresos, donde Chaves celebraba en otros tiempos mítines con 3.500 personas