Ramo de tontunas
No vamos a sacar mucho en claro de la pandemia, no, salvo una manta de palabras averiadas
YA vamos viendo que la pandemia nos va a enseñar poco, o nada, salvo un ramo de palabras que no irán a ninguna parte, pero abultan la tertulia, y el telediario. La última, gripalizar, que es una palabra fea, forzada y de garaje con la que se pretende explicar que el coronavirus irá a menos. Hasta quedarse ahí donde la gripe manda. Viene a ser una tontuna como ‘nueva normalidad’, sólo que tontuna por la otra punta. ‘Nueva normalidad’ es una incalculable acuñación que incluye además un alegrón y una estafa, porque ya me contarán qué hay de normalidad en llevar un salvoconducto en la guantera, si vas al tajo, y en hacer al aire el gesto de besar a los íntimos con una mascarilla puesta. Entre la ‘nueva normalidad’ y ‘gripalizar’ se nos ha ido quedando el término ‘resiliencia’, que es como decir resistencia, pero mal dicho, con un traspié en la ele difícil. Llevamos dos años de adversa costumbre donde a ratos nos echan una nueva palabra horrenda y mal criada, no sé muy bien si por cabrearnos o por contentarnos. Parece que nos hablaran en jerga extranjera. Estas palabras insoportables cunden enseguida, como cunden las apropiaciones del inglés, porque las instrucciones de un móvil ya resultan para muchos un diccionario más solvente que el Quijote. No son palabras sino sustos, estas palabras de inútil rebuscamiento, y uno hasta había sopesado poner gripalizar en el título de esta columna, pero me ha dado vergüenza, porque soy de la Generación del 27, y prefiero que se me note. No vamos a sacar mucho en claro de la pandemia, no, salvo una manta de palabras averiadas, y una alineación de necios que ya estaban ahí, pero que no se habían delatado, desde el cuñado enciclopédico, que no es sólo animal de Nochevieja, hasta Novak Djokovic, que se maneja desde la soberbia, ese modal de la estulticia. La pandemia no nos ha hecho mejores, ni más fuertes, pero sí ha logrado un censo de negacionistas que, encima, gastan con gusto urgente el nuevo léxico de la tontuna. Ni están con la ciencia ni con Cervantes. Son los poetas del penúltimo verbo pendiente de olvido, ‘gripalizar’.