Martín Villa censura la «omisión» de no defender la Transición desde la política
► Pide que los políticos en su situación puedan renunciar a la ley de Amnistía y defenderse
El exministro de Relaciones Sindicales y de Gobernación en los primeros ejecutivos de Adolfo Suárez, Rodolfo Martín Villa, considera que «en política, el pecado más grave es el de omisión» y por eso, «no debe haber omisión para defender aquel consenso de concordia nacional» que fue la base de la Transición.
Martín Villa se expresaba así en un desayuno informativo organizado ayer por Nueva Economía Forum después de que la Corte argentina tumbase el procesamiento contra él que había dictado la instructora María Servini. Le señalaba, sin un solo indicio, por crímenes de lesa humanidad entre 1976 y 1978 como brazo ejecutor de un «plan sistemático» orquestado desde aquellos primeros gobiernos para «aterrorizar» a los demócratas.
«Justamente la Transición fue lo contrario (...) Y si las leyes de Memoria tratan o bien de suprimir la Transición diciendo que fue una pura continuidad de la dictadura o incluso y peor, que se dieron esos planes que describe la querella argentina, pues ciertamente los políticos tenemos un deber adicional», señaló. Ese deber fue el que le llevó a pedir reiteradamente a la juez Servini que le tomase declaración, no teniendo por qué hacerlo ya que contaba con el aval de la justicia española. «Yo podía libremente haberme amparado en la Ley de Amnistía o en la prescripción de los delitos para defender mi honorabilidad atacada o la honorabilidad de los míos, también atacada. Pero si tocaba a la Transición yo entendía que como miembro sobre todo de aquel primer gobierno de Adolfo Suárez (...) tenía la obligación moral y personal de hacer frente», señaló. Por eso, sostiene que los políticos en su situación deberían poder renunciar al derecho a ampararse en esa legislación o en las prescripciones para poder defenderse y defender así la Transición. «No sólo por la pena de telediario (...) han pasado tantos años que hay que contar y defender la verdad de aquella etapa».
En su opinión, lo que se ha «montado desde aquí», desde España, con la querella argentina es un «espectáculo kafkiano», el proyecto de memoria democrática es un error porque borra la Transición y el debate actual sobre la derogación de la Ley de Amnistía, un paso atrás: «Volvemos a estar otra vez en la desgracia de las dos Españas que le helaban el corazón a Antonio Machado», lamentó.