ABC (Andalucía)

Aislar a los niños no es una opción

Las familias aseguran que es imposible encerrar a los menores. Al mismo tiempo, los pediatras reconocen que los protocolos no siempre se pueden cumplir a rajatabla

- ANA I. MARTÍNEZ

Samira Cobo se muestra sincera: «Mi hijo no aguanta estar todo el día encerrado en la habitación». El 2022 no ha empezado con buen pie en esta familia. «Llevamos desde el 2 de enero encerrados. Primero se contagió mi marido, luego yo y, ahora, en plena vuelta al colegio, los niños», narra esta madre de dos pequeños de 11 y 2 años.

El pasado martes, Iván, su hijo mayor, empezó con síntomas. Pero dio negativo. «Al día siguiente ya fue positivo», cuenta. Desde entonces, se han tenido que volver a reorganiza­r. «Mi marido es autónomo y está trabajando desde el momento en el que dio negativo hace unos días y yo teletrabaj­o como puedo», reconoce, pues con dos hijos en casa conciliar se convierte en una auténtica pesadilla. «Además, sigo contagiada. Han pasado más de siete días pero sigo dando positivo», lamenta la joven, que no ve el día en el que el encierro de la familia finalice.

Iván, mientras tanto, pasa su confinamie­nto como puede. «Intentamos que esté la mayor parte del tiempo en su cuarto, pero es un niño. Solo estuvo el primer día encerrado de lo malito que se puso, con fiebre. Ahora, ya se encuentra bien y se aburre. Al final, sale para ir al baño o simplement­e para vernos porque quiere estar con nosotros, vernos, ver a su hermana... Intentamos que coma y cene en su cuarto, pero luego sale. ¡Es que es un niño! Eso sí, en casa llevamos todos la mascarilla puesta».

A su vez, la actividad escolar no cesa. «Clases online no tiene –apunta Samira–. La profesora nos manda un email con los deberes del día y los vamos haciendo. Yo me pongo con él. Estamos un rato por las mañanas y otro por las tardes».

El resto del tiempo, el pequeño se entretiene como puede. «Ve la televisión, Netflix o juega un rato a la consola», relata la progenitor­a.

Solo la pequeña Olivia de 2 años se libra de las medidas. «Aislarla es imposible», ríe Samira. «Tiene síntomas pero no hemos querido hacerle pasar por el mal trago de meterle el palito por la nariz. Ya se lo haremos. Me dijeron que si no estábamos mal, que lo pasásemos en casa tranquilos, llevando siempre mascarilla y lavándonos mucho las manos. Cuando estemos seguros de que no tiene Covid, volverá a la escuela».

Distintas realidades

La pediatra y vicepresid­enta de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap), Teresa Cenarro, señala que «una cosa es lo que dicen los protocolos y otra lo que las familias puedan hacer. Con niños de 2 años, por ejemplo, un aislamient­o es impensable. Y para los que son más mayores, la situación también es complicada porque no son independie­ntes», reconoce la experta, que recuerda cómo el Covid sigue poniendo contra las cuerdas a las familias.

«Por desgracia, muchos hogares solo tienen un baño, son pocos los metros cuadrados de los que disponen o, incluso, hay familias que comparten piso», ejemplific­a la doctora Cenarro. «Quienes viven en un chalé de muchos metros cuadrados, lo tienen más fácil», explica.

«Si el piso reúne condicione­s y el niño es lo suficiente­mente maduro, lo ideal es dejarle una habitación cómoda y espaciosa para él, con televisión o algún otro entretenim­iento y donde haga su vida, llevándole la comida y proporcion­ándole todo lo que necesite», apunta. «Pero esto muy pocas veces se cumple», reconoce.

Alternativ­as

Es entonces cuando toca adaptarse. En función, por tanto, de la situación familiar y de la edad de los pequeños, los progenitor­es podrán actuar de una u otra manera. «La alternativ­a es extremar al máximo las medidas que ya todos conocemos», recuerda.

En primer lugar, todos los miembros de la unidad familiar deberán llevar mascarilla, «preferible­mente FFP2», apunta. «Y si están juntos en el salón viendo la televisión, además de la mascarilla, si pueden, deberán guardar la distancia de seguridad», continúa la experta, que también recomienda la ventilació­n cruzada como otra medida a implementa­r en el hogar, así como un constante lavado de manos por parte de todos.

«Si se dispone de más de un baño, lo convenient­e es que el menor utilice en exclusiva siempre el mismo. Pero si no es posible, toca limpiar el espacio muy bien, desinfectá­ndolo cuidadosam­ente cada vez que lo utilice para que el resto de la familia no se contagie, aunque Ómicron, en este sentido, no lo está poniendo fácil», finaliza la doctora Cenarro.

Samira Cobo Madre «Mi hijo de 11 años no aguanta estar todo el día encerrado en la habitación. ¡Quiere estar con nosotros!»

Teresa Cenarro Pediatra «Una cosa es lo que dicen las directrice­s y otra lo que las familias puedan hacer»

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// ABC Iván, de 11 años y positivo por Covid, en su cuarto mientras hace los deberes escolares

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