ABC (Andalucía)

«Me ponen verde al decirlo, pero mi marido es más importante que mis hijos»

Irene Alonso, madre de 10 hijos, asegura que «el cimiento de una familia es el matrimonio, y hay que fortalecer­lo»

- Autora de ‘Soy una madre normal’ LAURA PERAITA

Irene Alonso se considera una madre como muchas otras. Al menos así lo asegura en el libro que acaba de publicar: ‘Soy una madre normal’. En él narra una sucesión de aventuras de lo que le ha supuesto tener once partos y criar a diez hijos, puesto que la pequeña Nazaret falleció al poco de nacer.

—Algunos de sus hijos han sido prematuros, incluso grandes prematuros, ha conocido la UCI prenatal, cuida de diez hijos, se encarga de la casa sin ayuda, maneja redes sociales, escribe un libro... ¿En qué se considera una madre normal?

—Pues en que no llego a todo, ¡como todas las madres! Llevo a los niños al cole, paso noches sin dormir, hago comidas, ajusto citas de médicos, cambio pañales, limpio vómitos... Lo de todas las madres, con la diferencia de que lo hago para más gente. Hay que destacar lo bueno que tiene «lo normal», reivindica­r la belleza de la normalidad, de lo cotidiano, que es lo que hacemos la mayoría de nosotros.

—¿Cómo logra mantener la calma cuando hay muchas madres que, incluso con dos hijos, no lo consiguen?

—Las madres somos muy propensas a echarnos mucha mierdecill­a encima y es necesario cambiar. Debemos pensar que si hemos metido la pata hay que resetear y tirar hacia adelante. A veces me voy a mi habitación, cierro los ojos seis minutos, respiro... Es mi técnica particular. En mi casa, los nervios se pierden muchas veces al día, pero se reconducen. Eso es lo importante. Tenemos en el hall un espacio para reunirnos, hablar, rezar y buscar soluciones.

—¿Cómo se fomenta en su hogar la comunicaci­ón?

—Mi marido Israel y yo hablamos todo el tiempo. Nos contamos hasta las cosas más insignific­antes. Nuestros hijos lo ven y eso les ayuda a ser más abiertos con nosotros. Muchas madres dicen «es que mi hijo no me cuenta nada!» ¡Pues claro, es que los hijos hacen lo que ven! Podemos enseñarles mucho con nuestra actitud.

—¿Qué papel cumple Israel en el rol familiar? ¿Cómo se nutre esa relación de pareja?

—A mí, en este asunto, siempre me ponen verde, pero mi marido es más importante que mis hijos. Mis niños llegaron un día, y algún día se marcharán y yo seguiré con mi marido. A la única persona que he elegido en mi vida es a él, y para mí es fundamenta­l. El cimiento de la familia es el matrimonio y hay que fortalecer­lo: con comunicaci­ón, tiempo para estar juntos, solos, ser un poco novios toda la vida... Si estamos bien, alrededor puede pasar lo que sea porque podremos con todo.

—Ha tenido algunos embarazos muy difíciles. Fernando fue gran prematuro y estuvo en la UCI. Al año nació Nazaret, que falleció a los pocos minutos de nacer. ¿Cómo consigue recuperars­e de una pérdida tan dolorosa?

—No lo consigues nunca. Su muerte fue un hito, un ‘shock’. Aún así, pienso que tener una hija en el cielo es algo precioso. El día que yo esté con ella,

❝ Sin complejos «Si alguien me hacen un comentario soez le digo ‘tranquila señora, ninguno es de su marido’» Fortaleza ante la pérdida «Tener a mi hija Nazaret en el cielo es algo precioso. El día que nos reencontre­mos va a ser la pera»

el encuentro va a ser la pera limonera. Pero cuando se marchó fue muy duro. No estamos preparados para esto. Nunca piensas que un embarazo vaya terminar así, y menos siendo un caso tan raro como que naciera enferma de cáncer. Sientes que no es tu vida. Que no te está pasando. El día que enterramos a nuestra hija nos dimos cuenta de qué hay mejor que acoger a nuestros hijos, los que Dios quiera, como una bendición. Te das cuenta de que la vida no te pertenece. Pensamos que lo controlamo­s todo, pero no es así. Se supera con mucho amor de la familia y con mucha oración. —Después de todo tipo de experienci­as con sus partos e, incluso de atreverse a hacer un vuelo de China a España con contraccio­nes, ¿de dónde saca la valentía para seguir teniendo hijos?

—Esta generosida­d nace del agradecimi­ento. Veo que tengo una vida fantástica. Somos católicos y vivimos nuestra fe de una forma teórica, día a día. Hay tantas cosas tan estupendas, como los hijos, que no son un adorno ni una carga en mi vida... ¿Cómo no voy a recibirlos si es lo que Dios quiere para mí? Los recibo como una gracia, un don.

—Aún así, ¿habrá recibido críticas por tener tantos hijos?

—Intento responder con algún comentario irónico, de broma, sarcástico... pero a veces te pilla con el día torcido y cuesta. Lo malo es que hagan un comentario soez con los niños delante. Mi prima, que tiene siete hijos, respondió a una señora en el supermerca­do que nos miraba con estupefacc­ión: «Tranquila señora, que ninguno es de su marido».

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// ABC Irene Alonso, durante su entrevista en la sede de ABC

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