Roberta, de oídas
JESÚS LILLO Los socios de Sánchez descalifican a la nueva presidenta del Parlamento Europeo por no ser de su cuerda
La pasada semana se quejaba un lector de la mezquina cobertura informativa que en ABC había merecido la muerte de David Sassoli, presidente de un Parlamento Europeo del que procede la mayor parte de la última legislación española, de inspiración comunitaria. Su queja estaba justificada. A diferencia de Antonio Tajani, enamorado de nuestra nación, hijo adoptivo y predilecto de España, Sassoli era casi un desconocido para la opinión pública, tanto como su sucesora, la maltesa Roberta Metsola, elegida ayer con los votos de conservadores, socialdemócratas y liberales. «Por sus frutos los conoceréis», se puede leer en Mateo. Hace este enero más frío que pelando rábanos, y esperar a que el árbol florezca y dé fruto es más propio de la vieja política bipartidista –dónde quedaron aquellos cien días de margen y cortesía, qué tiempos– que de la democracia real impulsada por el populismo de puño en alto, trámites abreviados y sentencias prejudiciales y cuyos díctámenes permiten conocer y reconocer de forma automática a cualquiera que se le ponga a tiro. Gracias a Pablo Echenique podemos hacernos ya una idea aproximada de quién es Metsola, «ultraconservadora antifeminista y contraria al aborto» y responsable del «peligroso despertar del nazifascismo en Europa», aclara el politólogo de guardia y custodia. Con eso es suficiente. Que Metsola represente el negativo de Irene Montero para quien conoce tan de cerca a la teórica del ‘jo tía’ y el ‘solas y borrachas’ resulta tranquilizador para una Europa apresurada, en la que aún quedan cien días para que florezcan los frutales.