ABC (Andalucía)

La Iglesia teme una desamortiz­ación encubierta

El Gobierno está interesado en hacerse con la Obra Pía de Roma

- FRANCISCO SERRANO OCEJA

Por un lado, la buena voluntad. Por otro, los hechos. Y al final, los comunicado­s. Así ocurrió ayer después del encuentro del presidente de la Conferenci­a Episcopal, cardenal Juan José Omella, y el ministro de la Presidenci­a, Félix Bolaños. Si en alguna ocasión la nota fue conjunta, ayer se optó por publicar dos textos por separado.

«El cardenal Omella quiere vender cordialida­d y al Gobierno eso no le interesa». Esta es la síntesis hecha por una fuente conocedora del encuentro. Primero, lo que no crea problemas: «La protección social de los colectivos más vulnerable­s, especialme­nte en la vivienda y la importanci­a de las diversas formas de protección social», según el texto episcopal.

Bienes inmatricul­ados

El escollo. De las tres Comisiones que venían trabajando desde hace meses, la dedicada al Régimen Tributario (el IBI), la Obra Pía de Roma y la dedicada a los bienes inmatricul­ados, en ésta última ha subido demasiado la temperatur­a por una actitud maximalist­a del Gobierno que quería dar un paso más que la mera revisión de los bienes inmatricul­ados. Revisión discutida al tratarse de una cuestión registral que no atañe a los Acuerdos Iglesia-Estado. El acuerdo se rompió y había que restaurar la buena voluntad con otra salida digna. Y uno de los últimos Ejecutivo de la Conferenci­a Episcopal emitió el primer grito de guerra.

Después está el interés del Gobierno con hacerse con la Obra Pía de Roma, una desamortiz­ación encubierta de unos bienes originario­s históricam­ente De la Iglesia que están bajo el paraguas del Estado y de los que depende la buena salud financiera de la Iglesia española de Monserrat, entre otras muchas obras de caridad. La Obra Pía supone un patrimonio de 180 pisos y 80 locales comerciale­s en pleno centro de Roma.

Convendría a este respecto no olvidar lo que el Embajador Carlos Abella, en sus «Memorias confesable­s», escribió al respecto de la campaña de la izquierda contra la Obra Pía en su época de embajador ante la Santa Sede. La calificó entonces como «una campaña política de infundios contra el Gobierno (PP) y su embajador».

El Gobierno y los abusos

Por último, el Gobierno le lanza un aviso a la Iglesia de alto rédito social, la investigac­ión de los abusos a menores. Dice el comunicado de Moncloa que el Gobierno está muy preocupado «por que todo lo casos se aclaren y se resuelvan lo antes posible». Y Omella contesta que «ha explicado al ministro Félix Bolaños el camino que la Iglesia española ya está realizando en comunión con la Santa Sede».

Mientras, la Iglesia «traslada su preocupaci­ón por la implantaci­ón de la educación y su desarrollo en las Comunidase­s Autónomas». Dos no riñen si uno, o los dos, no quieren. Pero motivos hay más que suficiente­s.

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// ABC Bolaños y Omella, minutos antes de su encuentro

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