Sin luz ni taquígrafos
«Ladran, luego cabalgamos». Este Ejecutivo tiene aversión enfermiza a dar explicaciones sabedor de que cuanto hace no tiene pase
PEDRO Sánchez da la sensación, y cada día más, de haber importado los peores usos y costumbres de los países bananeros donde se mira cada mañana para atusar su acción de Gobierno. No en vano, en la rebotica de La Moncloa se mece algún conocido en el mundo de los servicios de publicidad y comunicación, conocedor profundos en hábitos y libertades en La Habana. Y en el mientras tanto, los demás vamos sumando curiosas experiencias... y tragando. De las filípicas dominicales durante la pandemia a las ruedas de prensa sin preguntas. Sánchez ha cruzado hace tiempo ya el rubicón de lo tolerable en democracia hasta llegar a las convocatorias de medios vedadas para todos aquellos que considera pueden poner en aprietos a la mentira, sacar a la luz verdad y contravenir la palabra de un Ejecutivo que ha roto definitivamente las contadas reglas de la libertad de información. «Ladran, luego cabalgamos», sabia frase sea de quien sea, para muchos de tradición oral, popular, tomada por Cervantes o Goethe indistintamente, en definitiva, no importa quién es el autor sino lo que significa. A fuerza de mentir –«hemos salido más fuertes»; «nunca pactaría con los herederos de ETA»; «no dormiría por la noche pensando tener a Pablo Iglesias en el Gobierno»–, Sánchez y los suyos siguieron por no dejar hablar a los demás y ahora ni siquiera permiten escuchar. Estamos ante una gestión sin luz ni taquígrafos, continuación del cerrojazo parlamentario que pegó en plena pandemia, y una aversión enfermiza a dar explicaciones sabedores de que cuanto hacen no tiene pase. Así, mientras los aplaudidores mediáticos piden luces para acabar con las sombras de un sombrío enemigo inventado, el aplaudido impone la caverna y el oscurantismo para no enfrentarse a la sin duda incómoda tarea de cómo administra la gestión de un país que le viene tan grande como la camisa de fuerza con la quieren tapar la Libertad de expresión.
Hoy es ABC, Colpisa, Cope, ‘El Mundo’, ‘La Razón’, ‘Libertad Digital’, Onda Cero y Servimedia... y pasado mañana será usted. No tenga duda. Esta es la forma en que la coalición socialcomunista evita dar respuestas: simplemente prohibiendo las preguntas. Esta es la forma en que Sánchez cauteriza con el hierro al rojo de la censura la hemorragia de credibilidad que le desangra día a día. Esta es la forma en que arranca las páginas del pluralismo y la transparencia y arroja a la máquina de picar la credibilidad y el orgullo de Europa por enfrentarse a los tiempos en búsqueda de la verdad. No creen en la libertad de expresión porque no creen en nada en absoluto. Pueden decirlo en alto ahora que aún están a tiempo.
Viendo que no se puede convertir en verdad una mentira por muchas veces que se repita, que a la gente ya le cuesta tragarse las trolas, han decidido silenciar la verdad para que solo resuenen las patrañas. Luego, los amiguetes ya se ocuparán de convertir las noticias falsas en mentiras oficiales.