ABC (Andalucía)

Sánchez se olvida del control de los fondos europeos y hace opaco el reparto

► Las regiones gobernadas por el PP exigieron explicacio­nes a Yolanda Díaz por carta sobre la asignación de nueve millones a cuatro regiones afines y tres meses después no han tenido respuesta

- SUSANA ALCELAY / DANIEL CABALLERO

Nueve millones para regiones afines, un millón en viajes para cien autores, cien para reformar sedes sindicales, 110 millones en subvencion­es a dedo para reducir las desigualda­des, medio millón para «infundir optimismo» a las pymes con el plan de recuperaci­ón... El BOE está siendo el principal vehículo informativ­o que puede utilizar la oposición para conocer los detalles del reparto de los millonario­s fondos europeos que deben ayudar a España a emprender la senda de la recuperaci­ón. El ‘modus operandi’ ha encendido las alarmas en el partido de Pablo Casado, que acusa a Sánchez de hacer un reparto «arbitrario y partidista». Lo ha hecho ante los tribunales, ha amenazado con llevarlo a Europa y ahora el Grupo Popular ha decidido iniciar una ofensiva en el Congreso.

El detonante se produjo el pasado 20 de octubre, cuando el BOE publicó un real decreto en el que se regulaba la concesión directa de subvencion­es para 2021 destinadas a la financiaci­ón de actuacione­s de inversión en el marco del plan de recuperaci­ón. Solo resultaron agraciadas cuatro regiones afines: País Vasco, Navarra, Extremadur­a y Valencia, que en conjunto recibirían nueve millones de euros.

Pocos días después las regiones gobernadas por el PP enviaban una carta a la vicepresid­enta segunda, Yolanda Díaz, a la que pedían explicacio­nes sobre una asignación «fuera de los cauces establecid­os» y con «falta de transparen­cia». «Ninguno de los planes y programas que pretenden financiar tienen encaje legal», relataba el consejero de Economía y Hacienda de la Comunidad de Madrid, Javier Fernández-Lasquetty en su misiva, en la que aseguraba también que «dada la gravedad» exigía la convocator­ia urgente y extraordin­aria de la conferenci­a sectorial de Empleo. Ni esta petición ni la del resto de políticos de las regiones lideradas por el PP han tenido respuesta tres meses después.

Las dudas sobre el control del reparto planean sobre el proceso y la falta de controles, después de que el propio Gobierno rechazara en el Congreso la creación de una agencia independie­nte que gestionara y controlara los fondos. Europa sigue trasladand­o a los gobiernos el mensaje de que estos recursos no son una financiaci­ón a corto plazo del gasto corriente, sino una inversión para que ayuden a mejorar el potencial de crecimient­o a medio y largo plazo de las economías europeas como un primer toque de atención antes de exhaustivo­s procesos de supervisió­n.

La Comisión ha implementa­do su estrategia de control para asegurarse que los fondos han sido utilizados apropiadam­ente a su destino y espera que cada país haga lo propio de forma interna. Pero en España esos mecanismos de control están rezagados. No terminan de despegar, lo que hace del reparto un proceso poco transparen­te.

La Comisión Europea ha reclamado que el plan de reformas comprometi­do se estructure y ejecute con un grado de detalle tal que permita después un proceso ágil de auditoría. Esta exigencia se incluye en el plan de recuperaci­ón, pero el compromiso no está desarrolla­do. El Gobierno sigue trabajando en un modelo en el que la Intervenci­ón General de la Administra­ción del Estado (IGAE), dependient­e del Ministerio de Hacienda, articule un sistema de control y auditoría de los fondos, que no acaba de llegar, bien porque no hay personal o bien por la propia complejida­d del proceso.

Apagón informativ­o

Las propias empresas también ha dado la voz de alarma, no solo porque no se ejecuten los fondos y no lleguen al tejido empresaria­l. La CEOE alertaba en su primer informe sobre el seguimient­o de los fondos de que no existe ninguna fuente oficial que, de manera centraliza­da, recoja «datos integrados y detallados» respecto a la ejecución de los fondos, como sí tienen otros países como Francia o Portugal.

Lo cierto es que en la IGAE, al principio, sí que hubo cierto desglose y detalle de cómo iban fluyendo los fondos. Llegó el dinero comunitari­o, se pusieron en marcha los primeros proyectos... y luego oscuridad, plena oscuridad. En agosto, la IGAE, en su informe ‘Principale­s Indicadore­s de la actividad económica y financiera del Estado’, incluyó la última referencia a lo más parecido al grado de ejecución del dinero europeo.

El citado documento destacaba que, hasta agosto, solo se había consumado un gasto final, esto es, que el dinero haya llegado a las empresas, de 104 millones de euros. Esta es la única cifra de cuánto dinero ha llegado a la economía real. Desde entonces, el Ejecutivo ha optado por el apagón informativ­o

Las empresas se quejan de que no existe ninguna fuente oficial centraliza­da que recoja el detalle de la ejecución de los recursos

y la colocación de sus mensajes bajo otro tipo de retórica.

En el Gobierno no hablan de datos de ejecución final sino que retuerce las palabras para que la foto le salga favorable. Según las últimas cifras del Ministerio de Asuntos Económicos, a cierre de 2021 se habían autorizado 22.124 millones; se habían comprometi­do 20.973 millones; se habían reconocido obligacion­es por 19.995 millones; y se habían realizado pagos por 11.001 millones. En 2021 había presupuest­ados 24.000 millones de euros.

Sin embargo, de ejecución final, nada de nada. Es más, el Gobierno cuando habla de «pagos» utiliza la trampa de que esto son fondos ejecutados pero en realidad solo es dinero transferid­o a las comunidade­s autónomas en su mayoría, no ejecutado.

La opacidad sigue vigente y el apagón en la ejecución se extiende desde agosto. Este periódico solicitó ayer al Ministerio de Hacienda las cifras actualizad­as; se remitieron a los datos hechos públicos, sin aportar los de ejecución.

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ÁNGEL DE ANTONIO // Nadia Calviño y Pedro Sánchez

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