Capitalismo versus democracia
Un banco suizo ha sido más eficaz que el Parlamento británico a la hora de exigir responsabilidades a sus líderes
SE ha comparado la caída de António HortaOsório de la presidencia de Credit Suisse con la de Novak Djokovic del Abierto de Australia. Ambos han perdido una gran oportunidad por no cumplir las reglas generales contra el Covid-19 y tratar de obtener un trato de favor. Sin embargo, la situación de Horta-Osório se asemeja más a la del primer ministro Boris Johnson, en la medida que el banquero formaba parte del órgano de poder que fijaba las reglas que él mismo incumplió. La banca suiza ha demostrado ser muchísimo más eficaz que la democracia británica a la hora de transparentar las conductas y exigir responsabilidades a sus dirigentes. La prueba es que Horta-Osório, que por cierto es ciudadano británico y tiene el título de sir que le otorgó en 2021 la Reina de Inglaterra por su papel en el rescate del banco Lloyd’s, ya no está en su cargo, pero Johnson sigue ahí.
El caso de Horta-Osório está lleno de paradojas. Fue contratado por Credit Suisse en abril de 2021 para poner fin a una ola de escándalos y errores. La entidad estaba contra las cuerdas por el hundimiento de la financiera británica Greensill y la caída del fondo Archegos Capital Management que causaron pérdidas de más de 5.000 millones de dólares y penalizaron su valor en Bolsa. Los problemas en la cúpula del banco se arrastraban desde febrero de 2020 cuando el entonces director ejecutivo del banco, Tidjane Thiam, renunció después de que se revelara que el banco había espiado a los empleados sénior.
Horta-Osório, retoño de una de las familias de abogados y deportistas más famosos de Portugal, fue fichado en 1993 por el grupo Santander. Durante años se habló de él como ‘el niño mimado’ de Emilio Botín. A partir de 2006 se trasladó a Londres para hacerse cargo del Abbey National, la entidad que Botín designó para iniciar su expansión en la City. Pero en 2010 se marchó a reflotar Lloyd’s y eso obligó a Ana Botín a dejar el Banesto en Madrid y mudarse a Londres para sustituirle. Fue entonces cuando el portugués se hizo extremadamente popular en el Reino Unido. La agobiante carga de trabajo que le impuso Lloyd’s lo quebró física y psicológicamente y tuvo que internarse en una clínica. Fue la baja laboral de más alto ‘standing’ que se recuerda en el país. El directivo se recuperó y llevó a buen puerto la operación de devolver a Lloyd’s al sector privado.
En 2016, un tabloide expuso una aventura extramarital que obligó a Horta-Osório a pedir perdón por el daño reputacional causado al banco.
Los defensores de Horta-Osório afirman que el consejo de Credit Suisse podía haberse limitado a amonestarle, pero que al final ha hecho caso a las habladurías de los afectados por los cambios que el banquero tenía que hacer en la cultura de la organización. Lo cierto es que si te has saltado las reglas y te han pillado, difícilmente contarás con la legitimidad para capitanear un cambio cultural como el que busca el banco suizo.